La visión del secretario general del Partido Comunista Portugués, Paulo Raimundo.
Hoy se cumplen 50 años de la Revolución de los Claveles en Portugal. El 25 de abril de 1974 el pueblo de Portugal se levantó y derrocó a la brutal dictadura fascista que lo asoló por décadas, encabezada en su mayor parte por António de Oliveira Salazar.
El 25 de abril empezó como un levantamiento militar, oficiales y soldados, muchos organizados en sus sindicatos que se levantaron contra la guerra colonial y la dictadura. Pero la inmensa movilización de la clase obrera y las y los estudiantes, con un papel heroico del Partido Comunista Portugués, luchando desde la clandestinidad y desde el primer día, pagando un alto costo con miles de presos y asesinados, transformaron el levantamiento en revolución.
Al levantamiento popular que puso fin a décadas de fascismo se la conoce como la Revolución de los Claveles, porque ese día en Lisboa y otras ciudades el pueblo salió a la calle a respaldar a los insurrectos y les puso claveles rojos en los cañones de los fusiles y los tanques. Esa madrugada cuando tomaron las radios, la señal de la sublevación fue emitir «Grandola, Vila Morena», este himno a la libertad y la dignidad de José Afonso.
La Revolución de los Claveles significó la conquista de la democracia para Portugal, la liberación y la independencia de sus colonias, como Angola y Mozambique, tras la heroica lucha de sus pueblos con el MPLA y el Frelimo a la cabeza y una luz de esperanza para América del Sur que sufría las dictaduras fascistas impuestas por las oligarquías y el imperialismo yanqui.
“Resistir y avanzar por los caminos de Abril”
Por la importancia de la conmemoración publicamos la intervención de Paulo Raimundo, secretario general del Partido Comunista Portugués, en el acto de conmemoración de los 50 años de la Revolución de los Claveles, el 25 de abril de 1974.
“Aquí nos reunimos para celebrar el 50º aniversario de la Revolución de Abril, este momento más importante en la historia del pueblo portugués y del país.
El 25 de abril de 1974, nuestro pueblo liberó al país de una dictadura fascista criminal marcada por la represión, la violencia, las prisiones, la ausencia de libertades individuales y colectivas básicas, el atraso económico, social, cultural y civilizacional, el analfabetismo, la emigración masiva, las desigualdades más flagrantes, por la discriminación legal contra las mujeres, por la guerra, por el colonialismo, por la alta corrupción, por la riqueza concentrada en manos de unos pocos.
Este odioso régimen que contaba con el apoyo del imperialismo y de la OTAN, de la que el fascista Portugal fue miembro fundador en 1949. Estas mismas potencias extranjeras que todavía se llenan la boca de libertad, democracia y derechos humanos, cuando son las principales instigadoras de la guerra, de Golpes, invasiones, sanciones, bombardeos.
A la Revolución y sus constructores le debemos las conquistas, logros, valores e ideales que quedan en la memoria y el corazón de los pueblos que aman la libertad, la justicia y el progreso, y son guía de acción en la construcción de una vida más fraterna y solidaria, más libre, democrática y desarrollada.
Abril tiene sus raíces en años y años de lucha, de resistencia al fascismo, de hombres, mujeres y jóvenes que lo dieron todo, incluida su vida. Una lucha en la que el Partido Comunista Portugués se afirmó como fuerza determinante, con los comunistas al frente de la resistencia y la lucha, con valentía y determinación desinteresadas, señalando e implementando el camino hacia la libertad, la democracia y el socialismo.
A todos ellos queremos rendir homenaje y afirmar nuestro compromiso y pensando en todos, destacamos aquí a Álvaro Cunhal, la figura más grande de esta epopeya de resistencia y transformación.
Abril fue provocado por una acción militar. Aquí recordamos el coraje, la voluntad y la determinación de estos jóvenes y valientes capitanes de Abril en aquel inolvidable amanecer que, seguido de un vigoroso y decidido levantamiento popular, selló la alianza Pueblo-MAE y transformó el levantamiento militar en Revolución.
Una verdadera revolución emancipadora, asumida por el pueblo, la clase obrera, los trabajadores, los intelectuales, amplias capas antimonopolio de la ciudad y del campo, por todos los que llevaron a cabo, con sus acciones, profundas transformaciones y conquistas en todos los ámbitos. de nuestra vida colectiva.
Revolución que estableció las libertades y la democracia, el derecho de asociación y manifestación, a formar partidos políticos, el sufragio universal y directo, la libertad de asociación, el derecho de huelga, la contratación y la negociación colectiva.
Promovió la mejora inmediata de las condiciones de vida de los trabajadores y del pueblo, el aumento de los salarios reales y la implementación del Salario Mínimo Nacional, reformas y pensiones mínimas, entre muchas otras medidas.
Creó el Servicio Nacional de Salud general y gratuito, amplió y mejoró la seguridad social, consagró el derecho a la educación y la cultura.
La Revolución liquidó el capitalismo monopolista de Estado, que era el principal sostén del régimen fascista.
Nacionalizó y puso sectores clave de la economía nacional en manos del pueblo. Puso la tierra al servicio de quienes la trabajan y no de los latifundios, hizo la Reforma Agraria.
La Revolución construyó el poder democrático local y la autonomía regional, y de esta manera aseguró el derecho de los pueblos a decidir sobre los problemas de sus tierras y su desarrollo.
Abril puso fin a la guerra colonial, estableció relaciones diplomáticas con todo el mundo, transformó Portugal en un país que promueve la paz, la solidaridad, la cooperación y la amistad con todos los pueblos.
Sí, es cierto que la contrarrevolución y la política de derecha que duraron décadas destruyeron y amputaron muchos de estos logros, y también sabemos que su objetivo es ir aún más lejos. Pero no es menos cierto que muchos de los logros de Abril están en nuestra vida cotidiana, y así es gracias a la acción y determinación de los trabajadores y el pueblo que los han defendido durante décadas, frente a intereses poderosos, desde los que nunca se resignaron a esta nueva y liberadora época de abril.
Los mismos que alimentan la mentira, la falsedad, el odio, la reescritura de la historia que devalúa a Abril y a sus constructores; aquellos que quisieran arrojar Abril al estante de la Historia. Lo querían, lo querían, pero no lo conseguirán.
Aquí estamos, aquí está nuestro pueblo, los trabajadores y la juventud, para hacerles frente y con la voluntad y determinación de volver a encarrilar al país en abril.
Abril es del Pueblo, Abril lo extraña el Pueblo. Al Pueblo le falta el objetivo de Abril de un Estado que responda a los intereses y necesidades de las mayorías y no al servicio de una minoría de grupos económicos.
Así como pertenece al pueblo y a él responde la Constitución de la República, que también ha sido atacada, mutilada, pero que sin embargo sigue tan avanzada. Tan avanzada que la contrarrevolución busca impedir que los derechos en ella consagrados se conviertan en una realidad en la vida cotidiana.
La Constitución responde al pueblo, a los trabajadores, a la juventud y al país. La política de derecha al servicio de los grupos económicos es profundamente anticonstitucional y por ser así, es una política contra el pueblo.
O cambia la Constitución como unos pocos quieren, o cambia la política, que es la gran necesidad de la mayoría de quienes viven y trabajan en nuestro país. Bajos salarios y pensiones bajas, empobrecimiento de grandes sectores de la población, inseguridad laboral, explotación. y desigualdades sociales, graves déficits estructurales, con énfasis en la producción, deterioro y destrucción de las funciones sociales del Estado, particularmente en salud, sumisión a las grandes potencias y sus intereses, alto grado de dependencia del país…
Abril no es esto. Este es el resultado de la política contra Abril, de esta política de derecha que no es compatible con Abril.
Abril no es el momento para que la mayoría de los jóvenes ganen menos de mil euros al mes.
Abril es y debe ser una garantía para que los jóvenes encuentren en su país las condiciones para vivir, trabajar y emanciparse aquí.
Abril se trata de garantizar el derecho a la salud y fortalecer el Servicio Nacional de Salud, se trata de garantizar el derecho a la educación y fortalecer las Escuelas Públicas.
Abril es el derecho a la vivienda, no la protección de los bancos y los especuladores.
Abril es Cultura, participación y construcción.
Abril no es vender el país, pedazo a pedazo, a monopolios y multinacionales.
Abril fue precisamente el fin de estos monopolios que se repartían entre sí la riqueza creada en el país y condenaban a gran parte de la población a la pobreza. Abril precisamente liberó al país de las manos de los poderosos.
Abril es una lucha contra la causa fundamental de la corrupción, la promiscuidad entre el poder económico y el poder político. Esta corrupción crece a medida que se desarrolla la captura del poder político por el poder económico.
Abril es soberanía, es capacidad de decidir sobre los destinos de nuestras vidas. Abril no es sumisión a otros países, cualesquiera que sean.
Abril tiene que ser la realización de sueños y deseos, tiene que ser la realización de la felicidad. Esta felicidad que todos y cada uno de nosotros buscamos con razón, y que no se logra mediante salarios bajos, precariedad, jornada laboral irregular, emigración forzada, que no se puede lograr mediante injusticias y desigualdades, que afectan especialmente a los niños y a los jóvenes.
Esta felicidad no reside en los viejos, fracasados y reaccionarios objetivos del liberalismo y el individualismo, del sálvese quien pueda, de la ley de la jungla y de salvarse si se puede.
La felicidad, los sueños, el derecho a la educación, a la salud, al medio ambiente, a la vivienda, a la emancipación, al trabajo con derechos, una vida sin discriminación de ningún tipo sólo será posible con los valores de abril, ese abril que algunos quisieran poner. a tus espaldas de una vez por todas.
Es a partir de este abril cuando el Gobierno y la derecha intentan alejarnos cada vez más.
En pocos días se confirmó el análisis que realizamos en relación al nuevo Gobierno, su programa, su proyecto y sus objetivos, que desde el primer momento incluyeron el rechazo y combate al PCP.
La moción de rechazo que presentó el PCP al programa de gobierno fue justa, oportuna y esclarecedora.
Una señal clara de denuncia y lucha contra una política injusta sobre la que no nos hacíamos ilusiones.
Una iniciativa que aclara quiénes realmente dan forma al proyecto de derecha y quiénes están disponibles para echar una mano.
El programa de gobierno no deja dudas y, por ello, uno o lo rechaza o queda atrapado en él.
Cada uno tomó sus propias decisiones.
Nuestra opción era y es clara, darle una lucha firme y sin vacilaciones al Gobierno de derecha, al servicio de quienes se creen dueños de todo esto.
Una a una, las preocupaciones que teníamos sobre la intensificación de la política de derecha se hicieron realidad.
En los salarios se están tirando subidas, necesarias y urgentes ya, para 2028 o 2030.
En vivienda, la opción es profundizar el camino recorrido, protegiendo las ganancias bancarias y los especuladores, mientras miles de familias siguen afrontando gastos insoportables en bienes de primera necesidad, como su vivienda.
Después de todo, en política fiscal, la montaña que prometía un shock resultó en otra reducción más del IRC.
Tanto hablar y al final lo que quiere el Gobierno, como siempre decimos, es profundizar aún más la injusticia fiscal. Serán las rentas más altas e incluso muy altas las que se beneficiarán de las medidas avanzadas, cuando lo que se requería era una reducción de las rentas más bajas y medias.
Utilizan al IRS para justificar los miles de millones de euros que se preparan a entregar al capital en concepto de reducciones y recargos del IRC. No es necesario reducir aún más estos impuestos, sí deben contribuir a una justicia fiscal más justa y proporcionar al Estado los medios para invertir en servicios públicos y garantizar que los derechos se respeten y se implementen en la vida cotidiana.
Para ello, la próxima semana presentaremos dos tipos de propuestas que en realidad están dirigidas a los salarios más bajos e intermedios, en lugar de centrarse, como hace el Gobierno, en las rentas más altas. Propuestas que en términos de IRS e IVA se traducirán en beneficios efectivos y más profundos para trabajadores y jubilados y una mayor justicia fiscal.
Cuando se habla del “shock fiscal”, lo que buscan el Gobierno y los grupos económicos a los que sirve es perpetuar el modelo de bajos salarios. Como venimos diciendo desde hace muchos meses, lo que la vida de cada persona, lo que necesita el país, es un shock salarial, esta es la medida central que es necesaria para mejorar las condiciones de vida de los trabajadores.
Pero también es así en salud, anuncios de planes de emergencia al servicio de grupos privados aquí, planes de motivación allá, lo que quieren es seguir con el proceso de desmantelamiento del Servicio Nacional de Salud. Una pésima opción para el país y para el pueblo. Una gran oferta para quienes hacen de la enfermedad un negocio.
La situación del SNS es efectivamente preocupante y requiere medidas para su urgente y necesaria recuperación. Y eso es lo que hicimos el pasado viernes, con la presentación de un plan de emergencia con medidas concretas para salvar el SNS, para salvar ese derecho de abril, el acceso a la sanidad.
Y ahora tenemos el Programa de Estabilidad, una confirmación más de la sumisión a los deseos de Bruselas. En nombre de una reducción acelerada del déficit y la deuda, se sacrifican salarios, pensiones, servicios públicos e inversión pública.
Porque vamos a presentar un Proyecto de Resolución proponiendo el rechazo de este programa de auténtica inestabilidad en nuestras vidas. Afirmemos la alternativa, forcemos una votación y obliguemos a otros a aclarar sus opciones.
Aquí está la fuerza que dice lo que hace y hace lo que dice.
He aquí la fuerza que ya ha presentado en la Asamblea de la República propuestas para aumentar salarios y pensiones, revocar la caducidad de la negociación colectiva y restablecer el principio de trato más favorable a los trabajadores, valorar a los trabajadores en el Servicio Nacional de Salud, defender el derecho a la vivienda, a contabilizar todo el tiempo de servicio de profesores y educadores, a asignar un subsidio a todas las fuerzas y servicios de seguridad, a reconocer el Estado de Palestina.
Proyectos para combatir seria y consistentemente la corrupción. Hay partidos que hablan mucho de corrupción, pero no tienen ninguna voluntad de combatirla.
La próxima semana se discutirá y votará la propuesta del PCP de crear una comisión de investigación sobre la privatización de ANA, donde el propio Tribunal de Cuentas ya ha dicho que se podrían perder más de 20 mil millones de euros, además de haber señalado un enorme conjunto de signos de corrupción.
Es una nueva oportunidad para investigar y detener la corrupción y el amiguismo y hacerlo en serio. Queremos dejar este desafío a las fuerzas políticas que quedan aquí. Para aquellos que tantas veces se llenan el pecho con la llamada lucha contra la corrupción, ¿están ahora disponibles para acompañar al PCP en esta comisión parlamentaria de investigación?
Los mismos que consideraron un escándalo la indemnización de 500.000 euros concedida a Alexandra Reis cuando dejó TAP, y lo fue, ¿cómo se van a posicionar ahora ante un escándalo 40.000 veces mayor.
Veremos quién apoyará la propuesta del PCP y quién se pondrá al servicio de las multinacionales y los grandes capitales.
Presentamos también una iniciativa para dignificar y valorar a los excombatientes de las Fuerzas Armadas, otorgándoles un complemento pensional vitalicio y una pensión mínima digna, una propuesta justa que cobra aún más sentido en estos 50 años del 25 de abril.
De aquel Abril que puso fin a una guerra que tantas vidas se cobró, tantos heridos y de la que aún hoy las heridas siguen abiertas.
Este es también el momento de afirmar que nuestro pueblo, nuestros trabajadores y nuestros jóvenes no permitirán que nos arrojen nuevamente a la guerra. Nuestros hermanos, hijos y nietos no servirán de carne de cañón en una guerra que nunca debería haber comenzado, pero que tiene que terminar, poniendo fin a la muerte, a la destrucción, pero también al negocio de las empresas armamentísticas, únicas beneficiadas con la guerra.
Nuestros valores son la paz, la solidaridad, la cooperación, la amistad, la fraternidad, con todos los pueblos del mundo. Hagamos, como ya lo estamos haciendo, del 25 de abril y sus celebraciones una expresión masiva e inequívoca de sus valores, su proyecto, sus derechos.
Y hagamos también del 1 de mayo ya convocado por la CGTP-IN un gran día de lucha. Una lucha que es necesario desarrollar, una lucha que es decisiva para condicionar la acción del Gobierno.
La política de derecha al servicio de los grupos económicos está hoy en mejores condiciones para desarrollar su proyecto, pero no tiene las manos libres. Aquí estamos y estaremos, como siempre hemos estado, junto a los trabajadores, junto a las poblaciones, luchando por mejores condiciones de vida y de trabajo.
He aquí el PCP, la fuerza de abril, la fuerza de los valores, del proyecto, la fuerza que no subestima las dificultades pero que afronta las batallas con confianza y determinación.
Es y será así en la lucha contra la política de derecha, es y será así en las batallas electorales, empezando por las elecciones al Parlamento Europeo el 9 de junio, es y será así en las múltiples luchas. Estamos peleando.
Es y será así en lo que es un logro de gran importancia para los trabajadores y el pueblo y de enorme trascendencia para el PCP que es la celebración de nuestro XXII Congreso los días 13, 14 y 15 de diciembre de este año.
Aquí estamos, con los pies en la tierra, pero con la mirada puesta en el futuro, aquí estamos, por la alternativa basada en los valores y logros de la Revolución de Abril y que tiene como agregado la Constitución de la República Portuguesa. La alternativa que requiere fortalecer la influencia del PCP, con su identidad, su proyecto, su programa, su compromiso con los trabajadores, el pueblo y el país, y su propia afirmación como factor de ampliación de la convergencia.
Es por esta convergencia y alternativa que el PCP apela a todos aquellos que no se ajustan al rumbo impuesto por décadas de política de derecha, a todos aquellos que no se ajustan al crecimiento de fuerzas reaccionarias y retrógradas, a todos aquellos que saben que en sus manos está la fuerza de la transformación, de movilizarse y actuar para resistir y avanzar por los caminos de Abril.
Aquí estamos con determinación y confianza inquebrantable en los trabajadores y en este pueblo. Este pueblo donde siempre encontramos la fuerza para levantarnos, este pueblo constructor, protagonista y garante de este abril que está vivo, este abril que es más futuro, este abril nuevamente con la fuerza del pueblo. Por los trabajadores y el pueblo.
Pueden contar con nosotros, pase lo que pase, sean cuales sean las circunstancias. Estos 103 años de vida lo demuestran. Sólo un colectivo así, con esta confianza, esta alegría, este deseo de transformar la realidad, ante todos los desafíos que enfrentamos, está en condiciones de crecer y avanzar.
¡Vamos a hacerlo! ¡Vamos a la lucha!”.