Alertan sobre creciente influencia de grupos criminales en prisiones de Paraguay

Expertos en crimen organizado alertaron que en los últimos trece años las cárceles brasileñas y paraguayas han sido cooptadas por grupos criminales.

Este fenómeno de “copamiento”, señalan los expertos ha dado lugar a la existencia de “un cogobierno tras las rejas (…) con las autoridades del Ministerio de Justicia”.

Dentro de los grupos criminales identificados se señalan al Primer Comando Capital (PCC), el Comando Vermelho, de Brasil, así como, los paraguayos del clan Rotela y del Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP).

De acuerdo al diario Última hora, estos grupos criminales han conseguido aumentar su influencia en el interior de los penales, influencia que es considerada como problemática para la seguridad nacional.

De acuerdo a la ex directora de Establecimientos Penitenciarios de Paraguay, Olga Blanco, “el fenómeno comenzó a gestarse a principio de los años 2000”, alcanzando su consolidación en el año 2012, “con la irrupción del PCC, que fue ganando adeptos entre los internos paraguayos”. “Antes eran individuos que pasaban desapercibidos, pero ahora está todo permeado. En el 2012 yo escribí un documento advirtiendo la influencia de grupos criminales en cárceles de Ciudad del Este, Pedro Juan Caballero y en Tacumbú”, señaló Blanco.

La ex funcionaria alertó sobre la estrategia de estos grupos con vistas a “la captación masiva de internos paraguayos por parte de los brasileños”, una “metodología” de reclutamiento que los convierte en sus “hermanos para ganar poder tras los muros”.

El documento elaborado en 2012, añadió Blanco, donde se alertaba sobre este fenómeno no fue considerado por sus superiores y pasó desapercibido.

Consultado sobre esta situación, Orlando Castillo, comisionado del Mecanismo Nacional de Prevención de la Tortura, afirmó que “estos grupos criminales aprovechan la corrupción” existente, así como, “la falta de idoneidad de los funcionarios para erigirse en administradores de los penales”.

Como estrategia, agregó, los grupos criminales, “brindan asistencia de salud, de alimentación y de seguridad a los internos de escasos recursos para ganarse su confianza”.

Para Castillo, uno de los centros de la responsabilidad sobre lo que acontece se localiza en las instituciones encargadas de impartir justicia.

“Cuando empiezan a poblar cárceles sin criterio; sin división entre condenados y procesados, se crea una ensalada. El que entró por un delito bagatelario se convierte en un soldado del crimen organizado”, denunció.

El sistema penitenciario paraguayo alberga hoy a 16.545 hombres y mujeres privados de libertad, una cifra que sobrepasa las capacidades locativas del sistema que solo permite albergar de forma “razonable” a 9 mil privados/as de libertad en todo el país.

A juicio de Castillo, el cambio en esta situación pasa por “dejar de improvisar y poner a gente idónea; dejar de lado a los operadores políticos que delegan el gobierno de los penales a los internos”.

Junto a ello, agregó el experto, es necesario “combatir el abuso de la prisión preventiva, que es la canilla que permite que se riegue la tierra fértil del crimen organizado”.

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