Este jueves, la Asamblea General se reunió en una Sesión Extraordinaria, para, a solicitud de varios legisladores, considerar “los hechos políticos acaecidos en el mes de febrero de 1973”.
EL POPULAR reproduce íntegramente la intervención del senador de la 1001 y el Frente Amplio, Oscar Andrade, en el marco de la citada Sesión Extraordinaria.
“Un antes y un después”
“El 9 de febrero no se puede entender sin un antes y no se puede entender sin un después. Algunos colocan el deterioro de las instituciones a partir de los hechos del Club de Tiro Suizo.
Podríamos decir que el año anterior asesinaban a Arbelio Ramírez en el Paraninfo de la Universidad; que, en el año anterior, 1961, moría uno de los cinco mártires de la industria frigorífica; que, en 1962 bandas fascistas, las mismas que tatuaron con la esvástica a Soledad Barrett, prendían fuego un local partidario en el que moría un bebé de cinco meses, fue a unas cuadras de acá; reitero, en el año 1962, llamado Olivio Fernández Píriz.
También podríamos decir que esta casa, inexplicablemente, fui a buscar los documentos, rechazó formar una Comisión Investigadora sobre torturas en el Uruguay, y la rechazó a pesar de tener argumentos contundentes. Era Aguerrondo el jefe de Policía. Después nos enteramos por los relatos de Howard Hunt, agente y espía de la CIA, de las formas de colaboración.
El deterioro institucional no nació en un día. Uno podría ubicar las Medidas Prontas de Seguridad como un componente sistemático del pachequismo en Uruguay, no contra la guerrilla. Las Medidas Prontas de Seguridad fueron instaladas para criminalizar la protesta social en 1968. Fueron aplicadas contra los bancarios, contra los trabajadores de ANCAP, contra los trabajadores de UTE, contra los trabajadores de AMDET. Se militarizó, hubo una decisión política.
Ese año se reprimió el 1° de Mayo; hubo una muerte, antes de los mártires estudiantiles, en el año 1968, y un proceso interno en las Fuerzas Armadas que se inundó de sectores antidemocráticos. También tuvo que ver el Parlamento en eso, hubo depuración de sectores constitucionalistas a la interna de las Fuerzas Armadas.
En el año 1969, viene a cuento para recordar a Vasconcellos (senador del Partido Colorado), después de un tortuoso camino, el 10 de diciembre sí se logró aprobar lo que no se había logrado en 1962: una Comisión Investigadora para tratar el tema de las torturas en democracia y las violaciones contra la dignidad. Fue fundamental el papel de Vasconcellos acá.
En diciembre de 1969, Vasconcellos dice: “El Senado quiere saber si es cierto o no que en este país han existido torturas y agravios a los derechos de la persona humana, tal como se ha denunciado. Hay quienes creemos que sí, que son ciertos estos hechos, por eso los hemos denunciado; y hay quienes creen que no, que aquí no ha ocurrido nada”. Se refiere a los mismos que sabotearon durante todo 1969, no dando quorum a la comisión investigadora. Claro que hubo responsabilidades políticas. Podemos buscar los partidos que estuvieron atrás de cada una de esas decisiones, ¿cómo no?
Decía Wilson Ferreira el día de la votación de esa Comisión Investigadora: “La única manera de investigar, es nombrar una Comisión Investigadora. Todo lo demás son argucias”.
Fue un debate interesantísimo el que se instaló en el Senado. Continuaba diciendo: “Si queremos poner las cosas en limpio, si queremos saber si hay o no uruguayos sometidos a regímenes vejatorios, indignos de nuestra civilización, si lo que deseamos es averiguar, realmente, lo que está pasando vamos a no engañarnos; sabemos que, realmente, están ocurriendo, por encima, incluso, de lo que significan los acontecimientos políticos del país […] es necesario que tengamos conocimiento […]”.
Quienes se oponían a la Comisión Investigadora sostenían que tenía que ser la Asamblea General la indicada, porque era la que tenía el control de las Medidas Prontas de Seguridad, pero a la vez, eran los mismos que no daban quórum para discutir la violación de derechos humanos en el marco de las Medidas Prontas de Seguridad.
Hubo un debate interesantísimo entre Alba Roballo y Echegoyen. La respuesta de Echegoyen es contundente; le termina contestando a Alba Roballo: «¿Usted está segura, señora, y preguntaría lo mismo al senador Vasconcellos, de que la Asamblea General, en este momento, sería obedecida si el Poder Ejecutivo recibiera una comunicación de la misma levantando las Medidas? Y ella confirma que no. Esas eran las condiciones de deterioro institucional.
Hubo Comisión Investigadora: Me tomó trabajo encontrar las más de cien páginas del informe parlamentario que se trató el 6 de octubre del año 1970. Estremece. Violaciones de mujeres embarazadas, quemaduras con puchos, hablo del año 1970.
Deterioro institucional, ¿queremos hablar de deterioro institucional? Es necesario no reconocer esta parte de la historia para hablar de deterioro institucional.
Por unanimidad, cuatro integrantes del Partido Colorado y tres del Partido Nacional terminan consolidando el informe. Leamos lo que dice Vasconcellos en ese informe acerca de las torturas y violaciones a los derechos humanos. Después, no fue unánime en el Senado. En el Senado faltaron dos votos. Siguieron las Medidas Prontas de Seguridad.
En ese contexto fueron las elecciones. No en otro contexto. En ese contexto: con asesinatos, como el del niño Castillo, o el intento de asesinato al general Líber Seregni. En ese contexto. O el asesinato de un frenteamplista en el Cerro. En ese contexto fueron las elecciones del año 1971 y no en otro contexto: con atentados, con bombas en locales frenteamplistas.
Las responsabilidades políticas
La situación empeoró. ¿Se puede hablar de golpe de Estado sin hablar de la votación del Estado de Guerra Interno? ¿Sin hablar de lo que se resolvió, acá, el 15 de abril del año 1972? ¿Sin hablar del decreto de setiembre de 1971, que genera la participación de las Fuerzas Conjuntas?
Siete veces esta Asamblea General vota por la suspensión de las libertades individuales. Siete veces. Tengo acá las versiones taquigráficas: siete. Algunas, después de la barbaridad de octubre. En la primera solo el Frente Amplio votó en contra; después, en todas las demás nos acompañó el Wilsonismo. La última tuvo tres días de discusión: 29, 30 y 31 de marzo. Marzo de 1973.
El de marzo de 1973 es un debate que yo recomiendo seguir. No sé por qué no se ha colocado como parte de la discusión política. Un mes y pico después de los comunicados N° 4 y N° 7, el Parlamento, esta casa, tenía que votar si clausuraba o no las libertades individuales. La votación salió sesenta y cinco a sesenta y tres.
¿Quiénes votaron a favor de clausurar las libertades individuales, después de los comunicados N° 4 y N° 7 y con la guerrilla derrotada desde octubre del año anterior? ¿De qué partidos eran?
¿Merecemos o no una discusión profunda? O capaz que nos agotamos con el editorial El Popular. Nunca había escuchado citar tantas veces a El Popular como en esta instancia.
Insisto: siete veces. Una en noviembre, después de que las Fuerzas Armadas en octubre desoyen al Poder Ejecutivo, se declaran en rebeldía cuando ocurre la liberación de los dieciocho presos, entre ellos, los cuatro médicos. Esto fue en octubre del año 1972. ¿Es verdad o no que tenemos que discutir?
A los dos días del Estado de Guerra Interno es que asesinan a otros trabajadores, acá, en el Paso Molino. Los fusilan. Hace poco se nos fue «Machadito» con una bala en la cabeza, un sobreviviente de esa noche que ni la Justicia Militar pudo juzgar. Se cayó a pedazos el relato de que ahí hubo un enfrentamiento.
El 25 de mayo matan en torturas a Batalla. Son los que dieron la vida por la democracia. Recordémoslos a todos, ¿cómo no? Tenemos algunas listas que nos inflan el pecho de orgullo.
Porque hubo diferentes conductas ante el golpe de Estado. Tenemos que examinar todo. Es cierto que cuando se dio el golpe de Estado hubo ministros que renunciaron al ministerio, y es cierto que otros no lo hicieron. Es cierto que hubo quienes pasaron a la resistencia, pero otros integraron el Consejo de Estado, otros integraron Embajadas y otros colaboraron con el régimen.
Todo tenemos que discutir. Y después ponderar qué es más grave en términos del proceso de deterioro institucional. Algunos fueron juzgados. No recuerdo si alguno fue expulsado de los partidos políticos y de las colectividades políticas que integraban. Es más, creo que no.
El debate de Vasconcellos. ¿Por qué no pudo interpelar Vasconcellos? Porque no hubo quórum. ¿Quién no hizo el quórum para que Vasconcellos interpelara, las preguntas de febrero? ¿Cuáles fueron los partidos que negaron la posibilidad del quórum? ¿Es más o menos importante que el editorial confuso y con errores de El Popular? Parece que la autocrítica es unidireccional. En una sola dirección.
La Cámara de Comercio y la Cámara de Industrias, al año y a los dos años del golpe de Estado, promocionaban en los medios de comunicación saludos a la dictadura, ellos no la llamaban dictadura , diciendo que había logrado la paz nacional. Pero el problema era la CNT, que era la que ponía los presos en la resistencia contra la dictadura. A veces parece que nos orientara un prejuicio.
Es bienvenido este debate. Todo el debate, de punta a punta, de todas las cosas que pueden haber influido. Las reacciones que no supimos tener a tiempo. Y es claro que en este debate el de Vasconcellos es un papel para reivindicar.
Hay memorias que engrandecen. También hay olvidos que queman. Del año 1968, con medidas prontas de seguridad, el golpe de Estado, la huelga general y la resistencia a la dictadura, que fue una dictadura para cortar por la yugular el proceso de acumulación política del pueblo uruguayo.
La lucha de los comunistas contra la dictadura
Tenemos la obligación de la memoria y yo me sentí convocado cuando acá se sostiene qué importante que es poner sobre la mesa a quienes dieron la vida.
A nosotros, con aciertos y errores, y aunque yo no era nacido en 1973, se nos infla el pecho de orgullo cuando hablamos de los que dieron la vida, porque en esa lista está Líber Arce. En esa lista está Hugo de los Santos; en esa lista está Susana Pintos, saliendo a defender a Hugo de los Santos. En esa lista está Luis Alberto Mendiola. En esa lista está el «Pulpa» Gancio, a quien dejaron desangrándose durante cinco horas, ahí, en Agraciada, al costado del Paso Molino. Y está Justo Sena. En esa lista está el “Torito” Cervelli; en esa lista está José Abreu, Elman Fernández. En esa lista está Claudio López. En esa lista está Ricardo González, está Ramón Peré, está Hermes Silva Fernández, está José Arpino Vega, obrero de la construcción aún desaparecido. En esa lista está Nibia Sabalsagaray; y la sonrisa de Nibia que nos sigue convocando. Está Guillermo Carlos Mar. En esa lista está Raúl Feldman, está José Luis Barboza, a quien aún lo estamos buscando. En esa lista está Carlos Curuchaga; está Alvarito Balbi, y no puedo dejar de emocionarme al mencionar que está Lile Carusso. Y está Emilio Morales; está Nuble Yic, obrero de la industria frigorífica. Está Eduardo Bleier, cuyos restos encontramos hace poco. Está Juan Manuel Brieba. Está Fernando Miranda; está Juan Mincho; está Carlos Arévalo Arispe; está Carlos María Argenta; está Julio Correa; está Otermin Montes de Oca; Emilio Fernández; Roberto Castro. Está Horacio Gelos Bonilla, salvajamente torturado en el Cuartel de la Laguna. Está Juan Basilicio López; está Ivo Fernández. En esa lista larga está Oscar Bonifacio; está Liber Trinidad. En esa lista está el imborrable recuerdo de Manuel Liberoff. Está Ubagesner Chaves Sosa, que la mañana que lo detuvieron llevaba un juguete para su hija. Está Silvana Saldaña, Nicanor Aldabalde; Francisco Candia, Walter Ibarburu, Hilda Sara Delacroix. En esa lista está Carlos Bonavita, Julio Escudero, bancario; Dante Porta; Saúl Facio Soto. En esa lista está Juan Carlos Insausti; María Angélica Ibarbia; Humberto Pascaretta; Luis Arigón; Óscar Tassino; Óscar Baliñas; Wilhelm Wurm; Hugo Pereyra, obrero de la construcción detenido en el Parque Posadas; Amelia Sanjurjo; Myriam Vienés; Norma Cedrés Vega; Rubén Darío Rodríguez; Jorge Pedreira, Luis Pitterle; Carlos Etchebarne; Miguel Almeida; Gladys Yáñez, Edmundo Rovira; Rodolfo Dematte. En esa lista está el imborrable recuerdo de Gerardo Cuesta. Está Omar Paitta; está Félix Ortiz; Urano Miranda; Miguel Mato; Roberto Rivero y Vladimir Roslik.
La Bruja Pacella, en esta investigación que tiene más de mil páginas acerca del papel de la resistencia del Partido Comunista en la dictadura, tenía una frase. La Bruja había estado preso. Habían caído varias direcciones, cinco del Partido; terminaron cayendo siete direcciones del Partido en la clandestinidad y le piden que regrese para organizar la lucha clandestina de cara al plebiscito de 1980.
Después, la Bruja volvió a caer preso. Hablando de la lucha clandestina, la Bruja decía que lo más meritorio del Partido es: “haber tenido una orientación política muy clara y ser una orquesta. Cuando digo una orquesta, me refiero a esto: suponete que vos tenés una orquesta que viene tocando una melodía, y esa melodía para nosotros era la unidad antidictatorial, la lucha sin tregua frente a la dictadura, la convergencia y la acción común, que en cada momento tuvo su expresión.
Caía el que llevaba la batuta; la batuta quedaba tirada en el piso, pero alguien que estaba tocando el trombón iba y agarraba la batuta, y alguien que estaba sentado en el teatro corría, presuroso, al puesto del trombón; y alguien que estaba escuchando la misma melodía, por radio, ocupaba el lugar vacío en el teatro”.
Eso fue el Partido en la clandestinidad. La historia hay que contarla toda. ¡Honor y gloria a los compañeros!
Foto de portada:
Oscar Andrade. Foto: Javier Calvelo / adhocFOTOS