Roberto Markarian y su hija Vania decidieron crear y financiar becas para que docentes y estudiantes se especialicen en matemáticas.
GM
Roberto Markarian, es un matemático de relevancia internacional, investigador, docente grado 5 y Doctor Honoris Causa de la Facultad de Ingeniería, fue rector de la Universidad de la República; junto con su hija Vania, destacada historiadora, investigadora, doctora en Historia; decidieron usar los ahorros familiares que había hecho Roberto destinados a Vania, para financiar becas para el estudio de la matemática.
EL POPULAR dialogó con Roberto en su apartamento del centro de Montevideo sobre las razones de esta decisión, su compromiso con la ciencia, con su estudio, las lecciones de su madre Osana Abrahamian, cuyo nombre llevan las becas. También sobre la ciencia y el compromiso con la humanidad, su condición de comunista, la cárcel y como junto con José Luis Massera y Wladimir Turiansky siguieron generando ciencia aún en prisión y como todo esto se relaciona con las becas. Una conversación a fondo sobre la coherencia.
-¿Cómo surge la decisión de esta donación y por qué para becas de estudios de Matemática?
Resultó que Vania, mi hija, se enteró de cuanta plata heredaría y me informó que consideraba que ella no necesitaba ese dinero. Que era un dinero que ella no usaría, y que, con nuestro estilo de vida, el de ella y el mío, era imposible que gastáramos, en nuestro día a día y en nuestro buen vivir, porque nosotros no vivimos mal. Por eso me propuso utilizarlo de alguna manera en otros fines.
Fue una respuesta que me sorprendió un poco, pero me pareció muy de acuerdo a las pautas de la familia, de mi educación, de mi madre, de mi vida y por lo tanto acepté la negativa de ella a recibir la herencia, digamos, aunque no era exactamente eso si no algo parecido. Después de conversar muy poco, fue muy rápido, quedamos que el uso tendría que ver conmigo, iba a constar en todos lados que ella era la proponente de hacer esta cosa tan fuera de lo común, y lo íbamos a hacer vinculado a la matemática.
Yo consulté a muchos compañeros cercanos, de las facultades de Ingeniería y de Ciencias, con los cuales convivo y tengo confianza, acerca de qué podíamos hacer para utilizar una cantidad importante de dinero, nunca les dijimos cuánto era. Aparecieron formas de becas, al principio, y luego precisando aquí y allá. Una primera propuesta fue que convenía becar a docentes de secundaria para que se dedicaran a estudiar Matemática en serio, haciendo maestrías, cosa que pueden hacer los egresados del IPA o de los CERP, por más que se hace propaganda de que no pueden, pueden.
Esa era una primera finalidad vistos los problemas que había con la enseñanza de la Matemática en secundaria.
Luego apareció lo bueno que sería que hubiera becas en las que se pudieran presentar para estudiar doctorados, en el Uruguay, tanto gente del país como del exterior. Para gente del exterior no hay becas en el Uruguay, hay para uruguayos que están en el exterior y para quienes tienen cargos docentes en el país. Nosotros tenemos muchos grupos que pueden ofrecer bueno estudios de doctorado, que compiten con los mejores doctorados del mundo en varias áreas.
Y, en conversaciones con otra gente, pareció bueno agregarle a esto que era para profesores de secundaria y estudios superiores de doctorado, una cosa que fuera para nivel de grado, estudiantes, jóvenes que promoviéramos para que estudiaran matemáticas. Así que hay una tercera beca que es para estudiantes, que estén finalizando secundaria o en primer año de la Universidad, estudiando, sea Licenciatura de Matemáticas en la Facultad de Ciencias, sea estudiando una carrera poco conocida que se llama Ingeniería Físico Matemática, que se da en Ingeniería, a estudiantes que ya estuvieran estudiando o futuros estudiantes que quisieran estudiar eso, pagarles una beca, menor que las que nombre antes, pero mayor a las que se ofrecen en el Fondo de Solidaridad, para que se dedicaran a estudiar esas disciplinas.
Al final, después de varias idas y venidas, que tuvieron más que ver con quién ejecutaría eso, porque tampoco nos íbamos a poner Vania y yo a instrumentar todo, ver como se pagan las becas, y todas esas cosas, pensamos primero crear una fundación y luego apareció la posibilidad de que fuera la Fundación Ricaldoni la que ejecutara toda la operación. Por suerte la Fundación ofreció hacerlo sin costos, o sea dedicando todo el dinero que nosotros pusiéramos a las becas. Y en eso estamos parte del dinero ya está puesto en la fundación y se va a usar en las becas.
Así se hizo y por eso el día martes hicimos la presentación en la Facultad, le avisé al rector Rodrigo Arim si quería estar y decir unas palabras, eso sucedió; también habló el decano de la Facultad de Ingeniería, Pablo Ezzatti, que es el presidente de la Fundación Ricaldoni; y los docentes Marcelo Fiori y Matilde Martínez, que presentaron las carreras, a las que, como expliqué, están destinadas unas de estas becas, las que tienen que ver con el llamado para profesores, que es el que ahora ya está andando.
Este llamado, que ya está abierto, es para profesores de secundaria en ejercicio, egresados de los institutos estatales de formación de profesores, que se tienen que comprometer a seguir dando clases en la Enseñanza Pública, hasta 20 horas, es decir 20 horas o menos, porque queremos que al menos 20 horas a la semana las dediquen a estudiar, para eso la beca y le estaríamos pagando más de los que ganarían en secundaria si trabajaran todas esas horas. Esa beca es hoy de 45 mil pesos y está cotizada en BPC, así que se ajustará el año que viene.
Esa es la beca para la que ya hubo llamado, quienes estén interesados tienen que entrar a la página de la Fundación Ricaldoni, allí está la explicación, los requisitos y la fundamentación del nombre de la beca.
-A eso quería ir, ¿por qué el nombre de tu madre para las becas?
Lo conversamos con Vania, que, insisto en decirlo, fue la promotora de la idea inicial, la ejecutoría posterior la hicimos juntos a mis colegas y con la Fundación, la idea era que las becas tuvieran el nombre mi madre, de su abuela. Eso es porque ambos, en el caso de Vania más indirectamente que yo, porque a mí me crío mi madre, consideramos que le debíamos mucho y que lo asociábamos a tres aspectos que hacen a su vida, por la negativa, en el sentido de que mi madre no pudo en su vida hacer uso de estas tres cosas que nos inculcó: recibir solidaridad, tener una buena educación y abrir oportunidades. Bueno, mi madre no terminó la primaria; sufrió un golpe muy duro con la separación de los Markarian, ella se llamaba Osana Abrahamian, y no tuvo muchas oportunidades de avanzar en muchos terrenos. Así que en las tres cosas que ella nos inculcó a nosotros no las tuvo.
Si se mira en las bases de las becas, eso está explicado (ver recuadro).
-Vos tenés una vida entera dedicada a la investigación, a la docencia, a la generación de conocimiento científico, pero también a la militancia en defensa de la Educación Pública, de la UDELAR y de una sociedad más justa. ¿Cómo se entronca esta iniciativa con esa perspectiva de vida?
Cuando conversamos con Vania, que fueron discusiones muy breves, porque se puede pensar que estuvimos meses pensando que hacíamos, no fueron para nada meses. Ella me propuso esto y a la segunda conversación ya estábamos decidiendo que iba a ser en Matemática.
Cuando me hace esta propuesta me pareció que la coyuntura de que estábamos haciendo una cosa poco común, en el Uruguay por lo menos, que la queríamos asociar a la memoria de mi madre, convenía que fuera en un área que está poco protegida por los sistemas de financiación.
Hay mucha moda en la financiación de ciencia, eso es bien sabido, o coyunturas como la que pasó con el COVID. En el caso de las matemáticas o cercanías ahora con esto de la inteligencia artificial recibe un montón de plata. Y así con otras ramas.
El sector en el que yo trabajo, el de los sistemas dinámicos, cuando los problemas de la carrera por salir al espacio recibieron gran financiación, o sea eso de que está desligado de todo es mentira. La importancia que tuvo en occidente el lanzamiento del primer Sputnik, por ejemplo, que a esta altura se ignora ya casi que es eso, fue notoria. Incluso el impacto en el problema de la enseñanza básica…
-Es imposible no tentarse con tu razonamiento, a ver, ¿cómo es eso del impacto del lanzamiento del Sputnik por la URSS en la enseñanza básica en occidente?
Y, hubo una discusión en EEUU acerca de que se estaban quedando atrás, que como era eso que estos soviéticos, rusos atrasados, lograban poner un aparato allá en el espacio haciendo vip, vip. Ese famoso vip, vip, del Sputnik, que yo lo tengo grabado, me lo mandaron y lo tengo metido en la computadora, cada tanto lo escucho. Que además fue lo único que hizo, dio dos vueltas, hizo vip, vip y desapareció.
Pero el impacto de eso promovió discusiones sobre el sistema básico de enseñanza en primaria y secundaria, diciendo que había algo que tenía que ver con la forma de enseñarle a los jóvenes. Se abrió toda una discusión, el Sputnik fue en el 57, en el 60 y el 61 salieron un montón de trabajos dedicados a reformular la educación en el sistema primario de EEUU, y esto estaba claramente motivado, dicho expresamente, por el relativo atraso en el que parecía estar la educación en occidente.
-Bien, queda claro, volviendo a un plano más cercano de los motivos que llevan a esta iniciativa tuya y de Vania para financiar becas para el estudio de Matemática, esto tiene que ver también con un debate actual sobre una transformación educativa en marcha que tiene una visión muy polémica y rechazada por las y los docentes en torno a varias materias, entre ellas matemática y también las relacionadas con humanidades.
Si, claro. Yo diría que no es que la razón de poner dinero para promover el estudio de matemática tenga que ver con eso, pero está claro que tiene un impacto. Ojalá que tenga un impacto en eso.
En esas consultas que yo fui haciendo, si efectivamente uno mira las financiaciones que hay actualmente en el sistema nacional e internacional, la financiación para el estudio de matemática es menor que la que hay para otras ciencias que están un poco de moda o son más interesantes, no se. Así que la decisión de orientar estas becas solo a la matemática, que como vos bien dijiste, está estrechamente vinculada a mi vida, es por todo eso. Por otra parte, y en ese mismo sentido, el dinero que se está poniendo es dinero generado en la matemática.
-Si, otro punto por el que te han preguntado mucho es como se origina este fondo, este ahorro.
Si, dentro de poco me voy a convertir en asesor financiero (risas). Efectivamente ese dinero se compone de parte de mis salarios cuando fui rector. Luego tuve suerte, en jugadas que me salieron bien en la parte financiera y por otro puse un poco de cabeza, no lo voy a negar, en que la plata no fuera quedando muerta.
Cuando miré lo que tenía yo mismo me sorprendí, Vania notoriamente más. Peo bueno, estaba ahí y decidimos aportarlo para esto.
-Bien, volvamos a lo que estabas analizando sobre cuán vinculada está la decisión de financiar estas becas para el estudio de matemática, con la discusión actual sobre la transformación educativa en Uruguay.
Si, eso es así, yo estoy participando ahora en algunas en la Academia de Ciencias sobre los cambios a nivel del secundario superior, lo que antes era preparatorio, está claro que allí hay referencias a más disciplinas, no solo a la matemática, está la geografía, la filosofía, la economía. Pero referido a los problemas de las ciencias más cercanas a la matemática, el problema central es que la insistencia en plantear el asunto en una forma STEM, que es una sigla en inglés que quiere decir, Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemática, ha llevado a que la enseñanza multidisciplinaria de las ciencias se haya impuesto cono un modelo casi único de hacerlo. Y más allá de que hay que motivar al estudiante a interesarse por lo que estudia, que eso es indiscutible, y es una cosa que se puede hacer de muchas maneras, yo me hecho un tanto famoso por motivar en mis clases haciendo bromas o poniendo ejemplos con cosas del almacén, de cómo cortar la mortadela, y está demostrado que esas cosas atraen, ayudan, pero no se trata de eso. Resulta que la matemática aparece, en esos formatos, como una ciencia totalmente auxiliar, operativa, por ejemplo, para estudiar por qué el café tiene tal olor, entonces hay que usar una regla de tres y entonces enseñamos la regla de tres. Entonces la matemática aparece solo subsidiariamente. Y la matemática no es una ciencia subsidiaria. No digo que sea la más importante, pero es una ciencia en sí misma, tiene su propia historia, su propio desarrollo, sus propios valores, y, por lo tanto, transformar la matemática en una ciencia exclusivamente instrumental no está bien.
Es lo que lleva en que al final de la enseñanza primaria y en muchos momentos de la enseñanza secundaria, la matemática sea la enseñanza y el aprendizaje de un montón de reglas y la estructura misma de la disciplina, su profundidad, su importancia para el desarrollo humano, para el desarrollo de la persona y de la humanidad entera, se pierda.
En un programa de radio que estuve hace poco, me sorprendió que un oyente preguntara si yo sabía toda la matemática. Es una buena pregunta para mostrar el grado de desconocimiento. Yo contesté que claramente no, no sabía. Es más, dije una frase más: La importancia de saber es más no saber, decir lo que no se sabe. El no se sabe es que está lo nuevo. Los investigadores tenemos que saber lo que no sabemos para poder aprender algo nuevo. Esa idea que parece rebuscada formulada así, yo diría que es el fundamento y modo de operar de nosotros. Por eso que haya gente que crea que la matemática está toda inventada y que hay gente que se sabe toda la matemática, como si fuera leer la Biblia, y no es eso.
Por eso, el carácter propositivo, positivo, abierto, de la disciplina es parte de lo que no se transmite.
Estoy seguro de que la opinión de Vania sobre estas cosas es la misma, en términos generales.
Por eso, aunque no me refiero explícitamente a las transformaciones actualmente en marcha, que no van en el sentido en que hago mis reflexiones, si no al contrario, te diría yo, intentamos con estas becas modificar esto, en lo poquito que podamos hacer.
-Roberto, en una mirada un poco más larga y profunda sobre tu vida, vos tenes además de un desarrollo académico, docente grado 5, investigador, Rector de la Universidad, Doctor Honoris Causa de la Facultad de Ingeniería, un compromiso de vida y una militancia, honrar ese compromiso te llevó a años de cárcel durante la dictadura y aún allí, en la cárcel, seguiste investigando, produciendo conocimiento y participaste en la creación de un libro sobre filosofía de la matemática. ¿Cómo se conecta esto con la decisión de promover estas becas?
Una persona muy cercana, que no tiene nada que ver con la matemática, en estos días, me elogió la coherencia de mi pensamiento con mi modo de vida. Cuando hablo de lo que nos enseñó mi madre esos valores no son netamente políticos, pero está claro que están vinculados a una forma de pensar. Mi madre me enseñó a mi que no había que ser comunista solo de lectura, cosa que en mi caso se aplicaba mucho porque yo estudiaba mucho, que había que serlo en la vida. Eso es coherente con lo que estamos haciendo. Es decir, manifestar, de una manera explícita y en un terreno poco usual, creativo le llamo el Rector en el acto del otro día, una cosa que va en el bien del otro.
Acá no quiero hablar en nombre de Vania, por más que las formas de vivir de nosotros son muy parecidas, tenemos los dos una vida sencilla, pero esta decisión de promover las becas está asociada a un modo de pensar, por eso ha sido tan natural, digamos.
El trabajito que hicimos con Massera en el Penal de Libertad (un libro sobre filosofía de la matemática, “Dialéctica y Matemática”, escrito violando la censura y la vigilancia en la cárcel por José Luis Massera, Roberto Markarian y Wladimir Turiansky) fue de las pocas experiencias de intercambio científico que tuvimos. Eso básicamente fue escrito a fines de 1981 y principios de 1982 y surgió de conversaciones en los recreos, que como Massera no jugaba al fútbol ni nada, todos destinábamos tiempo a caminar con él. En esas conversaciones, charlando para aquí y para allá surgió la idea de hablar de los fundamentos de la matemática, su carácter dialéctico, el carácter de la verdad matemática, de los objetos matemáticos, de todo eso trata el trabajo. Yo le he quitado importancia, en el sentido de que los trabajos duros sobre eso son realmente difíciles, complicados, no hay una verdad, se discute mucho en el ambiente de filosofía de la matemática, pero que vale como manifestación de lo que se puede hacer para ayudar a la mente a seguir funcionando en circunstancias difíciles. Es también un buen ejemplo de convivencia, de tratar de hacer cosas conjuntamente en un ambiente de aislamiento tan grande como en el que había en el primer piso del Penal de Libertad.
De ese período de la cárcel, y de la convivencia con tanta gente de primera, Aurelio Pérez, entre ellos, que fue mi compañero de celda durante muchos años, es la capacidad de aprender de gente con formaciones distintas, con maneras de vivir distintas. Y allí aprender a explicar, expresar y compartir las cosas un poco sofisticadas y de punta del ambiente científico a las cuales muchos de nosotros nos dedicamos.
Foto de portada:
Presentación de las becas Osana Abrahamian en la Facultad de Ingeniería, a la derecha, Roberto y Vania Markarian. Foto UDELAR.