El forense Guido Berro confirmó que la causa probable de la muerte fue por la tortura del “submarino”.
Este martes se cumplió una etapa más del juicio por el asesinato en tortura de Álvaro Balbi, durante la dictadura fascista, en julio de 1975. Declaró el forense Guido Berro y de esta manera, según consideró el abogado de la familia de Balbi, se “culminó el proceso de diligenciamiento de pruebas”.
En la sede del Juzgado Penal de 23° Turno, a cargo de la jueza Isaura Tórtora, declaró el forense Guido Berro, quien explicó las conclusiones de una Junta Médica y las suyas propias, en base a la autopsia practicada a Álvaro Balbi. Berro tiene conclusiones diametralmente distintas a las que llegó el forense militar José Mautone, hace 46 años: Balbi, con casi certeza, murió a consecuencia de haber sido sometido a la tortura denominada como “submarino”, consistente en sumergir al prisionero o prisionera, encapuchado, en un tacho con líquido, hasta que no pueda respirar, repitiendo el procedimiento durante horas.
La declaración de Berro se suma a la de varios testigos, ex presas y ex presos políticos que fueron detenidos y torturados junto a Balbi; inspecciones oculares; declaración de la compañera de Balbi, Lille Caruso y de tres indagados, los represores Enrique Santiago Navas, José Felipe Sande Lima y Ricardo Medina.
En las audiencias anteriores, como informara EL POPULAR, se produjo un careo entre Medina y Lille Caruso, en el que esta desenmascaró al represor que negaba todo, recordándole que él estuvo en su casa de Lezica, allanándola, la noche en que secuestraron a Balbi y que también estaba en Inteligencia de la Policía, al otro día cuando Lille fue a averiguar por Álvaro. Lille le recordó la hora en que fue a su casa, la placa del auto en la que fue al allanamiento y también la frase que le dijo despectivamente en Inteligencia de la Policía, respondiendo a sus preguntas: “Pasó a la órbita militar”.
Berro dio “casi certeza” sobre la causa de la muerte
En diálogo con EL POPULAR, López Goldaracena, destacó que al igual que aceptando el careo, Lille Caruso, demostró “una gran valentía y entereza, estando presente en toda la declaración de Berro, que tuvo momentos muy duros”.
-¿Qué aportó a la causa la declaración este martes del forense Guido Berro?
La declaración del doctor Guido Berro, confirma que la causa probable de la muerte de Álvaro Balbi, y en palabras del doctor Berro con la “casi certeza convictiva”, fue por tortura, específicamente por haber sido sometido a la tortura del “submarino”. La declaración de Guido Berro aclara la causa, explicó en términos sumamente entendibles, con un grado importante de docencia, el análisis de las conclusiones de una Junta Médica, que se realizó hace años, en este mismo expediente, y la conclusión sería exactamente la misma a la que se llega por parte de Berro. Esto es en base a la autopsia que en aquel momento se le practicó al cadáver de Álvaro Balbi. Hay una cantidad de indicios, en cuanto a las heridas, que indican la tortura a la que fue sometido, pero hay un elemento determinante, el agua en los pulmones, lo que denota, inequívocamente que fue sometido a la tortura del submarino. Esa es la conclusión sobre la causa probable de la muerte.
-En la causa ya han declarado varios imputados y varios testigos, se han hecho inspecciones oculares, ¿en qué etapa se encuentra ahora, que instancias quedan por delante?
A nuestro criterio se ha culminado toda la instancia de recolección de prueba y el expediente seguramente va a ser remitido a la Fiscalía Especial de Delitos de Lesa Humanidad, para que esta se expida, es decir defina si solicita el procesamiento de los indagados. Luego, en virtud del dictamen que vaya a dar la Fiscalía, la jueza del caso deberá adoptar resolución, con la realización de las audiencias formales de rigor. Reitero, el expediente va a pasar a la fiscalía, no hay más pruebas para diligenciar, y, en primer lugar, se tiene que expedir la Fiscalía.
Yo auguro que en no más de un mes o mes y medio tiene que estar esa resolución o incluso antes. Ya hay una espera de 46 años, por parte de la familia y por parte de la sociedad uruguaya, para esclarecer este crimen de lesa humanidad. Esto está llegando, si se quiere, a un punto clave: que haya justicia. Esperemos que sí, que se corrobore por lo que estamos abogando, que se determinen las responsabilidades penales de los indagados. Creemos que hay elementos de convicción suficientes para procesarlos, pero eso lo van a determinar, primero la fiscalía y luego la jueza.
46 años de lucha contra la impunidad
Como ya informó EL POPULAR, hace 46 años que la familia de Balbi, el PCU y la UJC, luchan por justicia en este asesinato. Álvaro Balbi fue detenido por la Policía, el 29 de julio de 1975, mientras participaba en una reunión clandestina en el Regional 3 del PCU, junto a otras siete personas; todos fueron conducidos al Departamento de Inteligencia y Enlace, luego trasladados al Cuartel de Coraceros, allí fueron torturados. El allanamiento y detención estuvieron dirigidos por el Sub Comisario Eduardo Telechea y el Agente de 2º Adolfo Alem Castro, alias “La Momia”. Medina, Sande Lima y Navas son sindicados de haber participado, junto a Alem Castro, en la tortura de Álvaro.
Apenas dos días después, el 31 de julio de 1976, funcionarios policiales informaron a la familia que había muerto por un ataque de asma provocado por enfriamiento.
Su familia denunció desde el primer momento que había muerto por torturas. Así lo prueban las lesiones que se le constataron y los testimonios de las y los compañeros que fueron torturados junto a él. Sin embargo, un Tribunal Militar clausuró el caso y un médico militar, José Mautone, firmó una autopsia falsa, que fue usada por Juan María Bordaberry, dictador, y Juan Carlos Blanco, canciller de la dictadura para mentir en todos los foros internacionales donde se denunció el caso. Selmar, padre de Álvaro, envió una valiente y conmovedora carta a Bordaberry denunciando el crimen, en agosto de 1975.
El 26 de octubre de 1985, tras la recuperación democrática, Lille Caruso, compañera de Balbi, presentó una denuncia penal. En 1988 la investigación fue detenida cuando Julio María Sanguinetti incluyó el caso en la Ley de Caducidad. El 12 de mayo de 2011, José Mujica, aplicando la resolución de la Corte Interamericana de Derechos Humanos por el Caso Gelman, anuló este decreto y abrió el camino para la investigación nuevamente. Estuvo a cargo del caso la jueza Mariana Motta, hasta que fue desplazada por Suprema Corte de Justicia. Desde 2011 hasta 2019, el Observatorio Luz Ibarburu patrocinó el caso. Se han realizado inspecciones oculares por parte de testigos y de la familia del cuartel de la Republicana; se han tomado declaraciones de testigos y a los acusados. Desde 2019 el abogado Oscar López Goldaracena es quien patrocina el caso junto a la familia.
Gabriel Mazzarovich