Con la reducción del déficit fiscal se reduce la inversión del Estado en temas sociales y de infraestructura. Justamente lo contrario a lo que los organismos económicos internacionales, de corte neoliberal, aconsejan. Más papistas que el papa, más neoliberales que la propia cuna del neoliberalismo.
Mientras que Chile aumenta su déficit al 7% del PBI y Colombia al 9%, España, Francia y Japón llegan a superar el 10%, aquí este extraño gobierno quiere reducirlo al 5%. En plena pandemia mundial, el gobierno uruguayo reduce sus inversiones sociales y de infraestructura. El mundo del revés.
Y, como corolario, hace ya varios días, el campeón del conservadurismo económico por excelencia, aconseja desplumar al pueblo con más impuestos pero, eso sí, de a poco.
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