UJC
El 5 de enero de este año hubo un nuevo parte aguas en la historia laboral de nuestro país. Quien esté leyendo probablemente intente recordar qué pasó ese día, y si alguien lo recuerda quizás nos tilda de exagerados. Mientras algunas familias juntaban pasto para los camellos, 250 trabajadores y trabajadoras, fundamentalmente jóvenes, fueron despedidos y despedidas de una forma que impactó por lo inhumano. Se convocó una reunión por ZOOM y se les informó que estaban despedidos, que Pedidos Ya cerraba su “contact center” en nuestro país. Quién no se conectó se enteró o porque les cerraron el acceso a las computadoras o porque algún compañero de trabajo les mandó un mensaje, porque empezaron a explotar los grupos de WhatsApp.
Nos vendían que las plataformas internacionales eran el futuro del trabajo, las mejores oportunidades laborales; y de golpe y porrazo, la realidad. No es ningún plot twist, es que los nuevos empresarios tienen los mismos vicios que los viejos. Sea en el Siglo XIX haciendo trabajar 16 horas sin descanso a hombres, mujeres y niños, sea en el Siglo XXI colocándole una vincha con un micrófono, con luces y alertas que indican la productividad y contando los segundos que se “gastaron” en el baño. Siempre la burguesía, siempre los explotadores llenándose los bolsillos a costa de nuestro trabajo, siempre despreciándonos y pensando en nosotros como variable de ajuste, aunque ahora algunas empresas coloquen miércoles de frutas o “casual friday”.
Entre el pasado, el presente y el futuro
En nuestro país, un pequeño país dependiente con un capitalismo deforme coexiste formas de trabajo. Encontramos, con escandalizante frecuencia, noticias que muestran trabajadores (a veces extranjeros) en situaciones de semi – esclavitud; trabajadores y trabajadoras rurales a los que se les sigue cuestionando el derecho a trabajar 8 horas; fábricas que cierran o despiden a mansalva; obras con los derechos laborales más consolidados producto de un sindicato unido y fuerte; zonas francas con contadores que le calculan el sueldo a trabajadores de India que generan plusvalía para empresarios alemanes. Y solo por nombrar algunos.
Ante tanta diversidad laboral debemos trabajar en múltiples áreas: mejorar las condiciones de trabajo, aumentar los salarios, desarrollar productivamente al país y generar cadenas productivas con países de la región para intentar romper la dependencia. Reconocer las tareas de cuidado, disminuir la brecha de género, romper los techos de cristal y fundamentalmente secar los pisos de barro. Atender el empleo juvenil sin precarización, con proyección hacia adelante, con perspectiva de futuro, pero un futuro digno. Y, por supuesto, jubilaciones dignas. Que la vida vaya más allá del trabajo, que trabajemos dignamente para vivir dignamente; no que trabajemos para vivir.
Eso, que debería ser un proyecto de mínimas, escandaliza a determinados actores y partidos. “¿Cómo los jóvenes se pueden atrever a querer no trabajar hasta morir? ¿Si la gente siempre trabajó hasta los 70 sin problema? Si yo estudié mientras trabajaba 10 horas”. Pues si, nos atrevemos a pensar en un futuro -y también un presente- distinto.
Un bloque para el futuro
Existen dos actores fundamentales para el impulso de ese programa de mínimas, e incluso uno de máximas -porque si algo no nos falta a los jóvenes es esperanza-. Por un lado, nuestro glorioso movimiento sindical y todo el campo popular; las organizaciones sociales, el movimiento estudiantil, el movimiento cooperativo, feminista, ambientalista. Sobradas pruebas nos ha dado nuestro PIT-CNT de capacidad de mover la aguja. De tejer cuidadosamente la unidad, articular con diversas organizaciones acciones concretas que han hecho historia en torno a programas comunes. Es nuestro PIT-CNT el que abrazó a los compañeros de Pedidos Ya y colocó en agenda la regulación de esas formas de empleo, el mismo PIT-CNT que cobijó a los compañeros injustamente despedidos de Acodike o que está al pie del cañón acompañando a cada trabajador o trabajadora en cada lugar de trabajo. Es quien se opuso con todas sus fuerzas a la reforma de las jubilaciones y luego de aprobada a espaldas del pueblo propuso un mecanismo no sólo para revertirla, sino colocando una perspectiva de Seguridad Social integral y la apertura de un nuevo diálogo social.
No alcanzan las palabras para definir y describir la importancia de nuestro PIT-CNT, que aglutina UN SOLO MOVIMIENTO SINDICAL, que construye intersocial y vertebra el bloque social de los cambios.
Pero también tenemos como actor fundamental al bloque político, que desde su rol puede y debe mejorar las condiciones de vida del pueblo y establecer las bases para un país productivo, con justicia social y profundización democrática.
Por supuesto, en año electoral colocar y discutir agenda es importante, pero sobre todo construir correlación de fuerzas y mayorías populares para impulsar y sostener las transformaciones.
Sabemos que el mejor proyecto político es el que tiene 52 años de construcción, fruto de las luchas del pueblo y como espacio de esperanza en donde cabemos todos. Pero sabemos que con el Frente Amplio en el gobierno no alcanza. Debe ser el FA con mayorías parlamentarias, pero eso tampoco alcanza. Debe ser al mismo tiempo un gobierno popular y democrático con un programa profundo de transformaciones; y generar una sinergia con el campo popular que empuje, sostenga y cuando sea necesario combata en función de impulsar los cambios.
Los vínculos entre la política y el campo popular uruguayo son siempre un punto polémico, pero quienes integramos uno, otro o ambos campos sabemos y conocemos de su independencia (que no es lo mismo que indiferencia). Y somos comunistas, entendemos que no alcanza con una u otra forma de organización, se necesitan ambos.
Un breve punteo que vertebra nuestra plataforma
Los años electorales son buenos para pasar en limpio los logros, hacer balance, establecer perspectivas y sintetizar programas. Lo hizo nuestro Partido, nuestro FA en un enorme Congreso, y también los y las jóvenes 1001, estableciendo algunas prioridades en todas las áreas. ¿Qué nos proponemos a impulsar sobre el empleo? Para sintetizar, que sea digno. Para explayarnos un poco más, y en relación a la juventud, algunos apuntes:
Reducción de la Jornada Laboral sin pérdida salarial. Un planteo que ha tomado fuerza en todo el campo popular, que implica una nueva generación de derechos laborales. No nos queremos resignar a trabajar y no poder estar con nuestras familias, salir con amigas, distraernos y disfrutar. En un mundo cada vez más tecnificado no tenemos que atrever a subir un nuevo escalón que el que subieron quienes nos precedieron, y pasar de las 8 horas a las 6. Y por supuesto, velar por un aumento general del empleo y el salario, que directa e indirectamente permitirá que el Uruguay se mueva.
Una nueva ley de Empleo Juvenil. Si decimos que los y las jóvenes estamos fundamentalmente en situación de informalidad y precariedad, tenemos los peores salarios y mayor rotación en el empleo, es importante que haya un mejor paraguas para ampararnos. Al mismo tiempo una bolsa de trabajo juvenil, necesitamos mejorar las oportunidades para acceder al empleo.
Atender la situación de estudiantes que trabajan y trabajadores/as que estudian; actualizar el sistema de licencias por estudio es fundamental. Actualmente tenemos días de licencia que no abarca las necesidades de los nuevos planes de estudio que priorizan la evaluación continua, entregas y parciales y no tanto los exámenes. Al mismo tiempo, tenemos un sector importante de estudiantes que para culminar sus carreras deben hacer prácticas pre-profesionales o similares por lo que un sistema de becas y pasantías que garantice tanto las condiciones laborales como el vínculo con el estudio es fundamental.
Y para cerrar el círculo con el que empezamos esta nota, regulación y fiscalización del teletrabajo y trabajo en plataformas. Los hechos recientes nos han demostrado lo importante que es sostener la organización sindical, y como le hemos encontrado la vuelta para que a pesar de la fragmentación que intentan imponer las nuevas empresas, el sindicato siga en cada lugar de trabajo e incluso en cada casa. Con esa creatividad y porfiadez de nuestro movimiento sindical uruguayo como punto de partida trabajaremos para que lo que parece ser el “futuro del trabajo” sea más humano, menos precario y más digno.
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Concentración de trabajadores de Pedidos Ya en la puerta del Ministerio de Trabajo el pasado mes de enero. Foto: Javier Calvelo / adhocFOTOS.