Rolando Arbesún
Las expectativas, con relación a cambios en las relaciones con Cuba, durante la administración Biden se han desinflado.
De acuerdo al diario The New York Times, Biden ha asumido posiciones más duras que las que sostuvo Donald Trump.
“Es decepcionante: cubanos critican la estrategia de Biden”, se titula la nota del medio de prensa, refiriendo así cómo, para muchos, el mandato del demócrata se esperaba, por sus anuncios durante la campaña electoral, que apuntara a un regreso a los tiempos finales del mandato de Barack Obama.
El diario estadounidense recuerda, que fue durante este tramo final del mandato de Obama, el momento en que el otrora presidente norteamericano buscó enterrar el último vestigio de la Guerra Fría al restablecer las relaciones diplomáticas con Cuba y pedir el fin del bloqueo, una política que, al decir del propio Obama “había fracasado”.
En contraposición a esta historia de avances en el cese de hostilidades diplomáticas y políticas, la actual administración de Biden, asume otras prioridades y estrategias, similares a otras de anteriores administraciones y que están conectadas en el tiempo con las políticas más conservadoras de anteriores mandatarios norteamericanos.
“Biden está implementando una línea más dura con Cuba que su predecesor, el expresidente Donald Trump, quien endureció las restricciones a los viajes y las transacciones financieras”, se enfatiza en la publicación periodística.
En una síntesis del mismo, Prensa Latina (PL), señala que “para muchos cubanos que habían visto la elección de un presidente demócrata como un motivo para regresar a la normalización de las relaciones, con más vuelos a la isla y más canales para enviar dinero en efectivo, medicinas y alimentos a sus seres queridos, el enfoque de Biden (que mantiene vigentes las 243 medidas coercitivas de Trump) ha sido un golpe duro”.
La Casa Blanca, se agrega, que desde hace 7 meses declaró que se encontraba estudiando la política a desarrollar respecto a Cuba, ha encontrado en los disturbios del 11 de julio, un nuevo pivote para su política hacia el país caribeño.
En un giro que recuerda, políticas anteriores, Cuba ha sido incorporada como “una prioridad de su agenda exterior” y para remarcarlo se ha avanzado, por ejemplo, en la imposición de “nuevas sanciones contra funcionarios cubanos en las últimas semanas”.
De acuerdo a PL, en la nota del diario norteamericano, se resalta “que Biden pidió a expertos del gobierno que elaboren planes para que Estados Unidos amplíe de manera unilateral el acceso a Internet en Cuba y se comprometió a incrementar el apoyo a los llamados disidentes, acciones que el Gobierno de La Habana denunció como actos de injerencia”.
Con anterioridad a estas variaciones, los autores de la nota periodística, señalaron “que no pocos esperaban que Biden y su homólogo cubano, el presidente Miguel Díaz-Canel, tomaran medidas para volver al lento y vacilante proceso de normalización de las relaciones”.
Un hecho que no ha sucedido a pesar de que Cuba siempre ha expresado su disposición al diálogo con su contraparte estadounidense.
Una vez más, un presidente estadounidense queda atrapado en las tensiones de la política doméstica norteamericana que han sido y probablemente sigan siendo, las que marcan la “aguja” que guíe el rumbo de las relaciones entre ambos países.
Una vez más, un mandatario norteamericano ignora el consejo que, en abril de 1975, Henry Kissinger, entonces secretario de Estado, diera a sus colaboradores más cercanos: “Es mejor tener un trato honesto con Castro. Hay que comportarse caballerosamente, como hombres hechos y derechos, no como leguleyos”.
