El GUARDIÁN de la LUC

A escasas semanas de una instancia electoral que pondrá un mojón indeleble a este período de gobierno, sobrevinieron hechos que cuestionan la veracidad de los argumentos esgrimidos por los defensores de la Ley de Urgente Consideración.

Protagonistas que olvidan -en sus argumentaciones- discernir exactamente los artículos que se proponen anular del resto de una iniciativa que contó con el voto opositor en muchos de sus enunciados.

Es en ese afán por intentar sostener los puntos cuestionados que cometen excesos tales como faltar a la verdad de los hechos objetivos que necesita la ciudadanía para emitir su voto. Así ocurre en muchos aspectos, pero en cuanto a la seguridad es uno de los más notorios, donde a la puesta en escena de una gestión que contó con ayuda externa e impensada (una pandemia), le suman el dato falso (y fácilmente contrastable) que los expone al ridículo más extremo.

En ocasión de celebrarse el último clásico de fútbol en Maldonado, ocurrió un hecho policial que expuso la calidad de la Nueva Policía que dejó la anterior administración junto al nivel de eficiencia de tecnologías hartamente criticadas por quienes hoy se lucen con los resultados.

Un control de ruta, un arma incautada y la carrera de un futbolista en juego, dieron letra para el dislate argumental de quienes se creen los fundadores de una institución que empieza a demostrar los resultados de una gestión que dejó muchos instrumentos heredados… entre ellos, El Guardián.

«Me tienen pinchado»

Quizás alguno no recuerde el episodio en ocasión de una comparecencia del ministro Bonomi al Parlamento por los cuestionamientos que hicieron legisladores que hoy son gobierno, al Sistema de Interceptaciones Telefónicas adquirido por su administración – El Guardián.  Entre ellos un Ministro destituido (Germán Cardoso) y el actual Ministro de Defensa (Javier García).

Críticos acérrimos del software adquirido por la Policía para el combate al crimen organizado, pusieron cuanto obstáculo pudieron y llenaron de cuestionamientos la compra de un instrumento que no solo ofrecía más garantías, sino que involucraría a otros operadores estratégicos sin los cuales no podría funcionar, como son los Jueces. En realidad, la sistematización de las escuchas a partir de un software que concentrara, ordenara y encriptara la investigación a los actores legalmente establecidos, era (es) una herramienta que marcaría un antes y un después a la hora de combatir al crimen organizado (ese que estaba un paso adelante casi siempre).

Hoy esos instrumentos, demonizados entonces, pasaron a cobrar relevancia con hechos como el de la incautación de un arma a un jugador de fútbol en un control de ruta. Y la adquiere porque la verdad de los hechos fue que existía información previa de la existencia del arma y su transporte a través de escuchas telefónicas a los detenidos, según audios de policías que se viralizaron rápidamente a las pocas horas.

Pero no solo eso -que no lo reconocerán las autoridades- es cierto, sino que además tuvieron la osadía de salir a reivindicar a la LUC como la madre de las acciones policiales que ya superaron su adolescencia a partir de normativas dispuestas muchos años atrás.

Decir hoy que los controles de ruta en ocasión de operativos policiales (sean por partidos de fútbol o por lo que fuera), son por obra y gracia de la LUC es una falsedad absoluta. Podríamos citar los cientos de Operativos Gavilán que realizó la policía a lo largo y ancho del país en la anterior administración para echar por tierra esa afirmación.

Pero, sin ir más lejos y sin dejar de lado el fútbol, en ocasión de partidos similares, la realización de controles en ruta con inspección y registro de vehículos era una constante siempre, en partidos de alto riesgo como son -lamentablemente- los partidos clásicos entre Peñarol y Nacional.

Encima, como en este caso, la utilización de instrumentos tan cuestionados antes como El Guardián, permitieron resultados con los que -en ese afán imperioso por mostrar resultados y llevar agua para su molino- terminan reconociendo lo acertado de su compra y la eficacia de su funcionamiento, por la vía de los hechos.

Por eso es que no era buena práctica aquel exagerado cuestionamiento que hicieran porque aún con los argumentos proporcionados siguieron insistiendo en su inconveniencia, hiriendo de credibilidad a un instrumento del cual hoy no dicen nada pero es una (sino la principal) razón de su «exitoso operativo».

El Guardián sigue siendo eficaz instrumento que protege la investigación, donde un Juez -el dueño de la llave digital que habilita la interceptación- dispone de una herramienta confiable y eficaz para adelantarse a los hechos y evitar una tragedia como la que pudo ocurrir si esa arma hubiera llegado a destino.

Sería bueno que las autoridades tuvieran la humildad mínima de reconocer el instrumento, y aceptar que no es a cualquier precio que se defiende una posición política como la defensa de la LUC. Fundamentalmente porque el pueblo no es tonto, tiene memoria y, si esta falla… porque, además, hay registro.

el hombre estaba pinchado,

el perro sabía que era otra clase de aguja…

Fernando Gil Díaz – «El Perro Gil»

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