Bruno Giometti (*)
Se hicieron públicos los datos referidos al mercado de trabajo, correspondientes al primer cuatrimestre del año. La tasa de empleo se ubica medio punto por encima de la pre-pandemia. El desempleo crece en los últimos meses, puesto que la creación de puestos de trabajo no alcanza a absorber la mayor cantidad de personas que se vuelcan a la búsqueda de empleo. Persisten desafíos en cuanto al mantenimiento del nivel de empleo ante la finalización de obras de gran porte, el enlentecimiento de la actividad y el retiro del Estado de la economía. Preocupa la calidad del empleo en términos de informalidad, pero también de estabilidad, carga horaria y salario. Se profundiza la situación crítica en el litoral, con tasas de desocupación superiores a 14% en algunos departamentos.
La tasa de empleo, es decir la proporción de personas ocupadas sobre el total de población en edad de trabajar, se ubica en Enero/Abril de 2023 en un valor de 57,5% lo que implica un incremento de medio punto porcentual respecto a Enero/Abril 2019.
Se viene produciendo un aumento en la tasa de desempleo (8,8% en abril lo que implica 162.000 desocupados) principalmente explicado porque la creación de puestos de trabajo (bastante modesta en los últimos meses) no alcanza para absorber la mayor cantidad de personas que buscan empleo, reflejado en el incremento de la tasa de actividad.
Si bien los niveles de empleo han recuperado y superado las cifras prepandemia, persisten varias preocupaciones. Una tiene que ver con la sostenibilidad de esta trayectoria. En segundo lugar, el tema de la calidad del empleo. Finalmente, la persistencia de fuertes disparidades en el mercado laboral.
Sobre la sostenibilidad de los niveles de empleo, hay que destacar que la recuperación ocurrida tuvo como factores explicativos, en parte, el pico de trabajo en la construcción de UPM y obras conexas, más los 15.000 “jornales solidarios” vigentes desde finales de 2021 y durante el año 2022. La finalización de obras de gran porte provoca riesgos en los niveles de empleo en la construcción, que podrían ser compensados por la puesta en funcionamiento de las actividades de dichas empresas, con los empleos indirectos que puedan generar. En el caso de los llamados “jornales solidarios” no aparece una alternativa clara de empleo para las personas de baja calificación que se han plegado hasta ahora a dicho plan. Por su parte, las perspectivas de crecimiento económico para 2023 son modestas, con el impacto de la desaceleración que ya venía de la segunda parte del año anterior, más los problemas de la sequía, por lo cual no se avizora un escenario muy optimista en términos de creación de empleo para el año. El gobierno nacional no ha utilizado al Estado y a la política económica activa como palanca para generar dinamismo económico, más bien al contrario, se han recortado esas capacidades.
Respecto de la calidad del empleo, si bien la tasa global de informalidad ha disminuido, no es fruto de una política pública deliberada en dirección a ello, sino a una reestructuración del mercado de trabajo durante la pandemia y la post pandemia. Se achicaron sectores donde predominaba la informalidad (típicamente el servicio doméstico) y crecieron otros de mayor formalidad, generando este resultado. También puede haber operado un factor “subjetivo” en cuanto a que los trabajadores tengan mayor preferencia que antes por la formalidad, vinculado a las “enseñanzas” de la pandemia. En cualquier caso, este factor es limitado a los trabajadores que pueden efectivamente decidir si trabajar en la formalidad o en la informalidad, ponderando los beneficios en términos de seguridad que permite la formalidad. Por otra parte, la calidad del empleo es mucho más que la formalidad, también deben considerarse dimensiones como el subempleo (problema que afecta a un 8% de los ocupados), la cantidad de horas que se trabaja o el tema del salario por el cual se trabaja, variable que ha bajado notoriamente en los últimos 3 años.
En cuanto a las disparidades en el mercado de trabajo, los últimos datos muestran una persistencia de las históricas diferencias entre las tasas de desempleo entre hombres y mujeres, personas menores y mayores de 25 años, por nivel educativo, etc. Recientemente vemos con preocupación las importantes diferencias en términos geográficos, con una tasa de desempleo que se ha disparado en los departamentos del litoral del país (Salto 14,7%, Río Negro 14,1%, Artigas 14,1%, Soriano 11,4% y Paysandú 10,8% según el último informe del INE). Si bien las diferencias cambiarias con Argentina son imposibles de absorber por la política económica, las medidas tomadas por el gobierno nacional han sido tardías e insuficientes para atender esta situación.
(*) Economista.
Foto de portada:
Trabajos en el marco del Plan ABC Veredas de la Intendencia de Montevideo en el barrio Cerrito de la Victoria. Foto: Javier Calvelo / adhocFOTOS.