La realidad política nacional muestra una agudización de las contradicciones, pero de lejos, por su impacto e importancia, el hecho que sigue siendo central son las 800 mil firmas que logró el movimiento popular contra 135 artículos de la Ley de Urgente Consideración (LUC).
Por eso hace bien el Comité Central del PCU, reunido este fin de semana, en ratificar la centralidad de las firmas. El balance no ha terminado, es más, recién comienza. Se ha abierto un nuevo escenario político, no se puede permitir que el bloque de poder borre de la consideración ciudadana un triunfo de esa magnitud política y de esa proyección.
El movimiento popular hace muy bien en plantear su visión, su balance y su perspectiva. Uno de estos aportes, que resume aspectos de la discusión, está en una nota publicada en el portal de EL POPULAR, en la que el secretario general del PIT-CNT, Marcelo Abdala, definió la consecución de las firmas como “un acierto táctico de la firmeza estratégica” (*).
Es cierto que la LUC no es toda la restauración conservadora. Es cierto que esta, con el ajuste neoliberal que incluye, se continúa aplicando, desde la materialidad de la sociedad, el capitalismo en crisis genera concentración de la riqueza y del poder, aumenta la pobreza y la desigualdad; pero también, y muy especialmente, desde la gestión cotidiana de gobierno y desde dos políticas que constituyen, junto a la LUC, la tríada restauradora de la derecha: la política presupuestal, expresada ahora en la Rendición de Cuentas y la política salarial, en la misma Rendición, para las y los trabajadores públicos y en las Pautas Salariales para las y los de la actividad privada.
Es necesario, apoyándose en el cambio político producido por el tsunami político de las firmas, construir un nuevo nivel de acumulación de fuerzas del movimiento popular para enfrentar a la totalidad de la restauración conservadora. En ese sentido las firmas y su impacto son “el eslabón de la táctica” del que hay que tirar hoy, también por sus proyecciones estratégicas, y porque potencian todas las luchas.
Por ejemplo, la Rendición de Cuentas es una declaración de principios neoliberal, recorta la inversión pública en medio de una de las peores crisis de la historia y rebaja los salarios. Golpea de forma bestial a ANTEL, lo que parece ser una obsesión herrerista, por ejemplo, en sus artículos 153 y 154 con la creación de un Fondo Universal de Telecomunicaciones; un fondo público para favorecer a las empresas privadas que competirán con ANTEL. Tiene medidas de fanatismo neoliberal, en otro artículo de la Rendición de Cuentas se habilita que los depósitos de las empresas públicas salgan del BROU y vayan a la banca privada, que en nuestro país es toda extranjera desde que ocurrió lo que todos sabemos con la banca privada “nacional” en la crisis del 2002.
Las pautas salariales, presentadas en el Consejo Superior Tripartito, parecen obedecer el reclamo empresarial de “pagar menos salarios”. Con los lineamientos planteados, en cualquier escenario, desde el más pesimista al más optimista, el salario perdería peso en el PBI. Si en el PBI, que es el conjunto de lo producido por nuestro país, cae el salario y cae la inversión pública, ¿qué es lo que crece? Solamente el capital.
En el medio de todo esto se sigue aplicando la LUC. Se anuncian nuevos aumentos del precio de los combustibles, ya van tres en un año, amparándose en los artículos de la LUC referidos a ANCAP que se buscan derogar. Crecen las denuncias sobre abusos policiales, desde que se aplican las disposiciones de la LUC que se buscan derogar. En una nota aparecida en Búsqueda se da cuenta que la Asociación de Defensores de Oficio del Uruguay, presentó una carta ante la Suprema Corte de Justicia, el 12 de julio, en la que denuncia “un incremento en la violación de garantías y derechos fundamentales de los ciudadanos en las actuaciones llevadas a cabo por los funcionarios policiales”.
Entre las violaciones a los derechos señalan: “allanamientos sin orden judicial, maltratos y agresiones en las detenciones, coacciones físicas y psicológicas para conseguir declaraciones, ausencia de exámenes médicos para comprobar lesiones en los detenidos, uso “desmedido” de la fuerza frente a niños, daños innecesarios en hogares de bajos recursos. En la denuncia los defensores expresan que “la situación se agravó tras la aprobación de LUC, que dio mayor autonomía y respaldo al accionar policial”. También sigue adelante el proceso para implementar la portabilidad numérica, violando la autonomía de ANTEL y dándole armas a su competencia, proceso previsto en artículos de la LUC que buscamos derogar.
Y en las acciones cotidianas de gestión del gobierno se hace un acuerdo para asegurarle el monopolio privado de un parte central de la operativa del puerto de Montevideo a una trasnacional por 60 años, mintiendo sobre fundamentaciones técnicas y jurídicas que no existían. O se interviene directamente desde el Edificio Libertad para bloquear la votación en Canelones de un fideicomiso de inversiones para la comuna canaria.
Por eso, en una entrevista en esta edición, el secretario general del PCU, plantea la necesidad, reafirmada por el Comité Central de este fin de semana, de “entrelazar todas las luchas”.
La segunda etapa hacia el referéndum, con más unidad y más amplitud, en diálogo directo con nuestro pueblo, miles organizándose para dialogar y convencer a miles. Pero al lado de esto la solidaridad con los conflictos en la pesca; en el puerto; en los peajes; en ALUR y la caña de azúcar, cuyos trabajadores protagonizaron una formidable movilización desde Bella Unión a Montevideo; en la lucha de los gremios de los entes del Estado; en la defensa de la Enseñanza Pública; en la lucha diaria de las ollas populares y en sus movilizaciones.
En junio de 2020, el Comité Central del PCU, se paraba ante la realidad nacional planteando que era un momento de “unidad, lucha y perspectiva” y agregaba: “nuestro camino es el de la acumulación de fuerzas, levantando perspectiva programática y revolucionaria, con una línea unitaria y de masas. Eso implica defender la unidad de las herramientas del pueblo; impulsar y organizar la lucha social por las reivindicaciones inmediatas, y, a la vez, lograr que el Frente Amplio exprese políticamente esas luchas”.
Esa definición está pensada para toda una etapa política y, por lo tanto, mantiene absoluta vigencia. Todo eso es necesario hacer. En la lucha de cada día, hacia el Congreso del FA, del PIT-CNT y el propio 32 Congreso del PCU. Todo eso integra la síntesis necesaria. Pero la posibilidad de que esa síntesis, de toda la sociedad, sea más favorable al movimiento popular, se potencia con las 800 mil firmas. Hay que recordarlo, en el discurso, metodológicamente, y, sobre todo, en la práctica política y social, cada día.
(*) Enlace con la columna de Marcelo Abdala:
https://elpopular.uy/apuntes-sobre-el-referendum-un-acierto-tactico-de-la-firmeza-estrategica/