Ferro el terrorista de Estado

Por Gabriel Mazzarovich

El agente de la dictadura, torturador, secuestrador y asesino, coronel Eduardo Ferro, prófugo de la Justicia uruguaya desde 2017, se entregó en España, donde estaba escondido y ahora está pendiente su extradición.

Ferro está acusado de múltiples crímenes, su requisitoria judicial es por su responsabilidad en el secuestro y desaparición el militante anti dictatorial y del Partido Comunista del Uruguay, Oscar Tassino, en 1977.

Enfrentaba un juicio por este caso en 1985 pero la Ley de Impunidad lo bloqueó. La denuncia se retomó en 2011, luego de que se anularon los efectos de esa ley y en 2016 cuando debía comparecer ante la Justicia Ferro se fugó. La jueza Dolores Sánchez, del Juzgado Penal de 10º turno, libró una orden de captura internacional.
Desde entonces está prófugo. En España donde se refugió, volvió a fugarse ayudado por estamentos de la justicia española, ahora se sabe, por boca de él mismo que estaba en un pueblo de Valencia, oculto.

La “entrega” es por lo menos sospechosa, parece más bien una operación de inteligencia más vasta para presentarse como víctima y presionar por impunidad. Ferro anunció su “entrega” en un audio de WhatsApp que dirigió a sus “camaradas” retirados y en el que pedía que se avisara a la prensa.

Parece que Ferro mantuvo fluida comunicación con militares retirados, a través de un grupo de WhatsApp del que participan unos 30. Circuló por redes sociales otro audio que recogió el diario El País. Este audio enviado a los 30 militares retirados, según El País la mayoría militaron en la pasada campaña electoral en Cabildo Abierto, es una reivindicación de lo actuado, con críticas al Partido Comunista “que es el que mejor se infiltra en la sociedad”, a los gobiernos del Frente Amplio y al actual gobierno porque según él no ha hecho nada para garantizarle la impunidad.

Ferro en entrevistas de prensa que concedió estando prófugo y en los citados audios ataca a la Justicia uruguaya y en particular a la Fiscalía. Coincide en estos ataques con los cuestionamientos hechos por Cabildo Abierto y también por el presidente de la República, Luis Lacalle Pou y otras figuras del gobierno.

La entrega de Ferro deja varias interrogantes, por ejemplo como es que al menos 30 militares retirados mantenían comunicación con un prófugo de la justicia y reivindicaban su accionar de terrorista de Estado, o quién o quiénes lo protegieron y mantuvieron oculto en España, entre otras.

Pero queda claro en los audios y en su difusión que Ferro viene a presentarse como víctima, de los comunistas y de la izquierda, a reclamar más impunidad al gobierno de la coalición de derecha y que preparó su entrega coordinando con un grupo organizado de militares retirados que reivindican la dictadura y el terrorismo de Estado, y que, según El País, militan en Cabildo Abierto.

Ante esta operación obvia y burda de presentarse como una víctima que no es y reivindicar la dictadura y el Terrorismo de Estado conviene señalar la verdad.

Ferro, experto en inteligencia y contrainteligencia integró la “patota” del Organismo Coordinador de Operaciones Antisubversivas (OCOA), la pata uruguaya de la Operación Cóndor. Además del secuestro y desaparición de Tassino, Ferro está acusado del secuestro y asesinato del militante comunista Fernando Miranda, cuyo cuerpo fue recuperado en el Batallón 13 de Infantería en el gobierno del Frente Amplio; de la tortura y desaparición en Argentina de Andrés Bellizi y Jorge Goncalvez. Ferro también está acusado de espiar en democracia a organizaciones sociales y políticas de izquierda. Una junta médica militar declaró loco a quién lo acusó, una investigación periodística de Leonardo Haberkorn, en El Observador, probó que esa Junta fue fraguada. Ese poder tenía y tiene Ferro y quienes lo protegen.

En una entrevista con el periodista Alfonso Lessa, desde España donde estaba prófugo pero muy activo, Ferro rechazó todas las acusaciones en su contra, salvo un secuestro en Brasil, porque fue denunciado y probado por la prensa brasileña en el mismo momento que lo hizo y por eso quedaron vivos las y los secuestrados.

En noviembre de 1978, Ferro integró y dirigió un comando que secuestró, torturó y trasladó clandestinamente a Uruguay a la pareja de militantes del PVP, Lilián Celiberti y Universindo Rodríguez, junto a su hija Francesca de 3 años y Camilo de 7, en 1978. La denuncia de periodistas brasileños frustró la clandestinidad y expuso el secuestro.

Precisamente Camilo, el niño secuestrado en 1978, escribió una carta que deja muy claro quién es Ferro y por qué lo busca la Justicia.

La carta de una de las víctimas de Ferro

“Sr. Secuestrador.

Me dirijo a vos secuestrador, para aclarar un par de cosas: la primera, es que por más que vos creas que sos víctima de los comunistas, te aclaro, que vos sos un genocida: «persona que aniquila en forma sistemática e intencional a un grupo social….» por ende, espero que nadie en este país u en otros, te defienda, como se dice en la jerga “quemas”. Yo que fui unas de tus víctimas tengo esa firme esperanza.

Seguramente no me recuerdes, seguro recordarás más fácilmente el operativo que nos involucra «zapato roto”, pero yo sí recuerdo perfectamente la primera vez que tus “camaradas“ interrumpieron mi juego, me cambiaron la vida, rompieron lo más sagrado que tiene un niño, su niñez y me alejaron de la seguridad de mi madre.

Recuerdo bien ese mediodía en el cual yo de 7 años junto a mi hermanita de 3 años, hacíamos lo de siempre, jugar en la puerta de nuestra casa en Porto Alegre, Brasil. Al ver llegar a mamita salí corriendo a abrazarla, como hacíamos, y hacen todos los niños de esa edad, pero el abrazo fue interrumpido por una cantidad de “camaradas”. Aún hoy, escucho los golpes que le dieron al Yano al hacernos entrar a todos en el apartamento.

Nos llevaron primero a una comisaría en Porto Alegre, luego en una camioneta llena de soldados armados hasta los dientes, nos trajeron a Uruguay, pasamos la frontera y nos separaste de nuestra madre, te la llevaste a Brasil y nos encerraron a mi con 7 años y a mi hermanita de 3 solos en una habitación vacía, me golpearon cuando a la mañana siguiente quise abrir la ventana para escaparme de ese infierno.

No les tembló el pulso cuando nos envolvían en alfombras para trasladarnos, ni les hubiera temblado al matarnos o regalarnos si el secuestro hubiera salido como querían y se los hubieran ordenado. Nos mantuvieron encerrados 18 largos días, para mi eternos. Soldado fuertes y valientes, nosotros 2 niños asustados, fue una pelea desigual pero te enorgulleces de eso, por eso ahora andas mendigando no se sabe bien que.

Saliste de tu madriguera haciéndote la víctima, mandas audios a tus camaradas, no sabemos bien con que fin, haciéndote el pobre perseguido político.

Lo segundo que te quiero aclarar, es que acá te estábamos esperando tus víctimas, no solo los comunistas, también los que no lo somos, y te queremos ver encerrado, preso que es donde mereces estar, porque en definitiva, lo único que sos verdaderamente es eso, un genocida, un criminal.

Camilo Casariego”.

 

 

Compartí este artículo
Temas