El balance de tres años de gobierno de derecha es ampliamente negativo.
Victoria Alfaro
A tres años de gobierno de la coalición de partidos políticos de derecha encabezados por el Partido Nacional, EL POPULAR entrevistó al secretario general del Partido Comunista de Uruguay (PCU), Juan Castillo, para realizar un primer balance de los mismos.
– ¿Cuál es el balance de estos tres años de gobierno de Lacalle Pou?
El balance político que se puede hacer del gobierno no esta diferenciado del balance que hace cada compatriota nuestro con relación a su vida. Lo cierto es que Uruguay está en peores condiciones de lo que estaba en 2019, cuando gobernó el Frente Amplio hasta el 1 de marzo del 2020 cuando asumió Luis Lacalle Pou. Nosotros no hicimos presunciones ni jugamos a la adivinanza. Una vez que nosotros fuimos derrotados electoralmente anunciamos de forma inmediata en el Comité Central del PCU de diciembre del 2019, que esto iba a traer consecuencias políticas para el pueblo trabajador. Hay que retrotraerse a lo que fue esa resolución. Lo primero que había mostrado la coalición de gobierno marcaba por dónde podían estar pasando los énfasis de esta administración llamada como coalición multicolor. Ya al año de gobierno cualquiera podía darse cuenta, cuando decía que no le preocupaba tanto el pueblo, sino que defendía a los “malla oro”. Todos veíamos las trágicas consecuencias de la pandemia, en materia de salud no podemos responsabilizar a Lacalle Pou, pero si en las medidas no tomadas cuando se afectaba el empleo, cuando cerraban las fuentes de trabajo, cuando la movilidad se recortaba para cuidar la salud sin tomar las medidas adecuadas de cómo se iban a estar cubriendo las necesidades básicas de nuestra población. La respuesta del presidente fue que gobernaban para los “malla oro” y no tocan al gran capital. Esto marca claramente la concepción de esa fuerza política que está en el gobierno: protege a los más ricos y desprotege y desvaloriza el papel de nuestra población. Esto en la práctica lo hemos vivido todos. Independientemente de los anuncios que haga el presidente el 2 de marzo lo cierto es que en tres años han caído los salarios reales, en algunos sectores ha caído mucho más del 9% el poder adquisitivo del salario, en otros ha caído menos, pero mayoritariamente se perdió salario. Esto arrastro a las jubilaciones y pensiones, ya que están directamente relacionadas al índice Medio de Salarios (IMS). Por lo tanto, las condiciones de nuestro pueblo están siendo bastantes distintas y rebajadas con respecto a cuando gobernaba el Frente Amplio.
En segundo lugar, los recortes que tienen que ver con los derechos, muchos de ellos en la Ley de Urgente Consideración (LUC), cambiando los ejes de la agenda de derechos que había colocado el Frente Amplio: la recuperación de una mejor democracia y la profundización democrática que había avanzado bastante y que volvieron atrás con la LUC. De un plumazo prácticamente quedamos todos bajo sospecha, además de recortarnos algunas garantías públicas. Esto se basó en una decisión política del gobierno para aplicar su programa, un programa de ajuste neoliberal, con concepciones liberales contra el pueblo y que hizo al mismo tiempo que la movilización popular fuera en aumento para tratar de impedir lo más negativo. Cierto que esa gran patriada que supuso la recolección de firmas en tan poco tiempo y en medio de la pandemia, no alcanzó para derogar la LUC, pero generó un estado de conciencia política en nuestra población que hoy tiene mucho mas claro el papel de quienes nos están gobernando.
Un tercer punto está ligado, desde nuestro punto de vista, a actos que están siendo investigados por la Justicia, que directamente ya se puede decir que inducen a elementos de corrupción adentro del gobierno. Lo mas sonado es el caso del pasaporte al narcotraficante Marset, gestionado por el gobierno y entregado en la cárcel de un país árabe. Luego el caso Astesiano, donde un hombre con la confianza política de la familia Lacalle y del Presidente de la República fue colocado en el cuarto piso de la Torre Ejecutiva, con una responsabilidad tremenda en cuanto al potencial que tenía para la llegada a distintos ámbitos del gobierno. Logrando que dirigiera desde allí una banda que, efectivamente, era una asociación para delinquir. Esto junto con lo que fue la licitación de la Terminal del Puerto de Montevideo, tal vez sean los tres puntos más notorios que lindan directamente con la corrupción y que están siendo denunciados e investigados por la Justicia. Para nosotros este elemento cuenta a la hora de estar hablando del análisis de los tres años de gestión que nos está dejando Lacalle Pou.
Creo que sin dudas este pantallazo marca a las claras las consecuencias que tiene para nuestro país. Nuestro pueblo, que ha visto recortado su poder adquisitivo, ve como todos los días crecen los precios de los insumos básicos de la canasta familiar. Que cada vez tiene menos posibilidades de mantener la calidad de vida que había logrado y que en muchos casos, como ocurrió hasta en los picos más altos del 2021-2022, termina comiendo el último plato de comida caliente del día en una olla popular gracias a la solidaridad de la gente. Esta es una de las consecuencias del impacto más directo que tiene, el porcentaje de desocupados, la caída del salario, la caída en la calidad del trabajo de los puestos que se generan. No es lo mismo trabajar en una industria para la que uno se preparó, a tener que estar haciendo cola para ingresar al barrido otoñal o tareas comunitarias como hay en varias intendencias. Estos son algunos de los elementos que rompen los ojos.
-También tenemos dos proyectos que inciden en la visión de país que tiene el gobierno: una es la transformación educativa y la otra la reforma jubilatoria a estudio en el Parlamento.
Claro que sí, además recordemos que en gran parte de la campaña electoral se decía que no iba a subir el combustible, y hoy en día el combustible sale casi el doble que durante el gobierno del FA. No lo pudieron soportar y ahora sobre el aumento de los precios del combustible hacen un análisis de cuanto impacta en el escenario político. Otro elemento con el cual ganaron muchos votos y simpatía fue la Seguridad Pública. Antes cada vez que había una muerte violenta, salía la muletilla: “renuncia Bonomi” y decían que iban a ganar el gobierno para revertir todo eso en muy poco tiempo. No solo no lo lograron, sino que las cifras son espeluznantes. En estos momentos se habla de que las cifras marcan que enero cerró con mas de un asesinado por día y en lo que va de febrero las cifras no bajan. Tampoco pudieron cumplir con eso y no dieron muestras o señales de construir una política de Estado en materia de seguridad cuando el Frente Amplio instala ese debate.
Por último, y en referencia a tú pregunta, tenemos estas dos reformas estructurales que marcan a las claras a quienes quieren favorecer. Sobre defender la soberanía, bastante poco tienen, tanto por la entrega del Puerto de Montevideo a una empresa multinacional por 60 años más, donde van a pasar 12 gobiernos que van a tener que bancarse que los recursos principales a partir de las ganancias que se produzcan en el puerto se vayan del país. Pero también está ahora en pleno debate la Transformación Educativa, que no tiene en cuenta a la educación pública, tampoco a los docentes y menos a los alumnos, en torno a la necesidad del debate sobre los contenidos que tiene que mantener la Educación Pública. Esto ha generado muchas acciones de movilización del año pasado, el protagonismo importante que están jugando los estudiantes y los jóvenes, junto con las y los docentes y maestros, y seguramente este año vaya a tener picos de movilización importante, tratando de impedir que lo mas negativo de esa propuesta se pueda llevar a la práctica. También tenemos las acciones de movilización en contra de la Reforma Jubilatoria, mal llamada por ellos como reforma de la seguridad social. EL POPULAR de la edición pasada (N°621), le dedicó un gran espacio a informar a la población en torno a lo que se pretende llamar una Reforma de Seguridad Social cuando no lo es. No tiene nada que ver con el Sistema Nacional de Cuidados, ni con la Discapacidad, ni con los Derechos de la Mujer. Al contrario, en muchos casos la propuesta de reforma ataca estos derechos, por lo tanto, es una reforma jubilatoria, tomado por el gobierno como si fuera un elemento de recaudación donde el problema principal es el gasto que mantiene la seguridad social, como si existiera la necesidad de recaudar de allí para el Estado. Esto es lo que está en debate, tratando de discutir al menos las cuestiones más negativas. Lo que está claro es que el costo de esta reforma lo van a pagar los trabajadores, trabajando más años, aportando más a sus respectivas cajas y cobrando menos cuando se logre jubilar, si es que lo logran. A esto se suma el tema de las AFAP para todas las cajas, no importa si es publica o paraestatal. Este es el escenario que tenemos.
– ¿Y cómo está nuestro pueblo parado frente a este escenario?
Tenemos a nuestra estructura militante de pie, las fuerzas políticas del Frente Amplio, de las organizaciones sociales, con el movimiento sindical a la cabeza, pero no solo, ya que están los movimientos de jubilados y pensionistas en la ONAJPU, las cooperativas de viviendas en FUCVAM, toda la Intersocial movilizándose y luchando, tratando de impedir la aprobación de esta reforma jubilatoria en la Cámara de Diputados o, por lo menos, tratando de revertir las cuestiones mas negativas. A pesar de que algunos actores de la coalición gargantean y dicen que no la van a aprobar, cuando les den algún cargo o algún puesto, seguramente negocian y se quedan tranquilos. Así que, pasado este momento de asumir un nuevo período legislativo, va a seguir con nosotros la movilización de nuestro pueblo tratando de que, estas dos reformas negativas por donde se las mire no queden tal cual lo quiere la coalición de gobierno.
-En este marco el gobierno anuncia con bombos y platillos la rebaja de algunos impuestos, cuando la mayoría de la población no se va a ver beneficiada y no se toca el IVA.
Hay anuncios que se están haciendo en la previa de la comparecencia de Lacalle Pou que veremos cómo se concretan. Es grande el desconcierto, primero que muchos de sus socios se van a enterar en el momento que lo anuncie el Presidente. Le están dando mucha espectacularidad y generando expectativas de manera tal que impacte en la opinión pública. Nosotros entendemos que le han metido la mano en el bolsillo a la gente, estamos hablando de tres años durante los cuales hemos venido siendo limitados en nuestro poder adquisitivo. Cuando hay un anuncio de que se va a rebajar el IRPF o el impuesto a las jubilaciones genera una expectativa positiva que será un alivio, si se anuncia que no va a haber aumento de combustible este mes también será un alivio para los sectores productivos. El problema es que no nos conformamos con un caramelo, porque cuando tenemos hambre no nos sirve un dulce. La población lo que está demandando es que haya medidas que impulsen el desarrollo productivo en el país. Lo que reivindica la central obrera, lo que se reivindica en cualquier barrio, en cualquier pueblo de nuestro país, es la apertura de un periodo de generación de puestos de trabajo reales con salarios dignos y decorosos. Esto es lo que está demandando la población y no dadivas, ni limosnas. Lo que estamos reclamando es el derecho que le pertenece a nuestro pueblo, lo que ahorraron en plena pandemia y el presidente se jactaba que mientras en el mundo se gastaba más en función de la pandemia en Uruguay se ahorró, pero lo hizo a costillas del hambre y la necesidad de nuestra gente. Ahora esa caja de ahorro la quiere utilizar para el clientelismo político, salir a pintarse la cara, como si siguiéramos de carnaval hasta las elecciones que vienen y lo que recortó antes ahora va a aparecer: mejores pautas para la negociación colectiva y como consecuencia indirecta subirán las jubilaciones y pensiones. Tal vez si se efectivice la rebaja del IASS y el IRPF, cosas que habían aumentado al principio de este gobierno y que no deberíamos olvidar. Eso es lo que aparecerá en estos días.
Foto de portada:
Juan Castillo, secretario general del PCU. Foto: Mauricio Zina / adhocFOTOS.