Estamos a pocos días del Paro Nacional del 15 de setiembre, en el editorial anterior abordamos la importancia de su convocatoria, las características de esta y de su plataforma. Es necesario insistir en su relevancia, al punto de ser muy precisos: desde nuestro punto de vista no hay tarea más importante para las y los militantes del campo popular, en estos días, que contribuir de todas las maneras posibles a concretar un gran Paro Nacional el 15 de setiembre.
La restauración conservadora, con su ajuste neoliberal, ha provocado que Uruguay hoy sea mucho más desigual. Y no es una consecuencia indeseada provocada por factores externos o impredecibles, no es una situación coyuntural. El objetivo manifiesto del gobierno de la coalición de derecha, encabezada por Luis Lacalle Pou, es proteger a los que él mismo denominó como “malla oro”. Y eso están haciendo. El principal producto del rumbo económico trazado por el gobierno de derecha y de la materialidad económica y social que promueven, es la desigualdad.
Se podrían dar múltiples ejemplos, citábamos la semana pasada que mientras los depósitos bancarios aumentan 10 mil millones de dólares, con el 80% de ese crecimiento concentrado en las cuentas de más de 100 mil dólares y el 62% en las de más de 250 mil dólares, las ollas populares resuelven 1.200.000 porciones de comida por mes. La acumulación inédita de riqueza y el hambre, las dos caras de la desigualdad. Se puede agregar que se bate un récord histórico de exportaciones, que alcanzan 13 mil millones de dólares en los últimos 12 meses, la economía crece, 2.7% este año y los principales rubros de exportación ya superan largamente los niveles de la prepandemia, y, sin embargo, cae el peso de la masa salarial en el PBI y los salarios y las jubilaciones siguen sin recuperar siquiera los niveles de 2019.
Ante esta realidad, un aspecto central de la estrategia ideológica, política y comunicacional del gobierno de derecha, y de las clases dominantes que expresa, es presentar las medidas adoptadas como separadas, como inconexas y, por lo tanto, fragmentar y dividir las luchas por enfrentarlas.
Por el contrario, uno de los aspectos centrales de la acción ideológica y de lucha del bloque histórico, político y social, democrático y radical de los cambios, que, para abreviar, aunque no sea totalmente precisa la denominación, llamamos campo popular, es buscar los caminos para dar una respuesta unitaria al conjunto de la estrategia de las clases dominantes.
En estos dos años y medio de gobierno de derecha hubo momentos en que esto se consiguió. Así fue en las importantes movilizaciones de la Intersocial antes y durante la pandemia. En el paro parcial del PIT-CNT de setiembre de 2021. En las movilizaciones previas y en el propio paro general parcial de julio de este año. En el 1° de mayo, en el 20 de mayo, en el 14 de agosto, en el 8 de marzo. El momento de mayor síntesis unitaria, y, por lo tanto, de mayor potencial transformador, del campo popular fue el logro de 800 mil firmas y la campaña del SI para derogar 135 artículos de la Ley de Urgente Consideración (LUC). Allí ,el campo popular demostró que cuando logra actuar unido y desplegar todo su potencial organizativo y movilizador en una sola dirección, puede disputarle de igual a igual la iniciativa política al bloque de poder, aún sin tener el gobierno nacional. No es poca cosa. Y, por supuesto, la derecha y las clases dominantes tomaron nota, de allí el llamado, esta vez con reminiscencias boxísticas y no ciclísticas, de Lacalle Pou a recuperar “el centro del ring”.
Por eso es tan importante el Paro Nacional del 15 de setiembre. No se trata del reduccionista llamado a unificar las luchas, o el más aún reduccionista planteo de unificar los conflictos. Hablamos de otra cosa, en términos precisos: se trata de actuar en la dialéctica de la lucha de clases con una perspectiva general y provocar un cambio en calidad. Nada menos.
Se trata de lograr un momento, y hay que conseguir varios, de síntesis, donde el movimiento popular, que no la sociedad civil, despliegue su potencial organizativo, militante y movilizador ,en un sentido único.
Y siendo esto importante, clave, no alcanza. Hay que lograr, simultáneamente, una amplitud enorme para incorporar a la acción y a la unidad a la mayor cantidad de organizaciones y sectores populares posibles. Hay que fortalecer el bloque político y social de los cambios.
Si decimos que estamos, y lo estamos, en un período de acumulación de fuerzas, debemos plantearnos en términos prácticos, y no de relato, donde se produce fundamentalmente esa acumulación. Lograr acumular fuerzas implica tener perspectiva estratégica, precisión y flexibilidad táctica, lograr que la estrategia no limite las opciones tácticas y que las urgencias tácticas no devoren la estrategia. Pero también supone espacios materiales de acumulación. Y hoy el principal espacio de acumulación de fuerzas es el propio movimiento popular, su fortalecimiento, su desarrollo organizativo, su capacidad de movilización, su militancia, su nivel de unidad, la madurez de su perspectiva programática.
La derecha y las clases dominantes lo tienen muy claro, por eso aprueban con los votos de la coalición de derecha en una Comisión de Diputados un proyecto de ley para una regresión en la negociación colectiva. Por eso promueven un proyecto de ley de reglamentación sindical. Quieren acotar la acción del movimiento sindical, quitarle espacio, golpear al principal destacamento, el más organizado y decisivo del movimiento popular y también aislarlo.
Es en ese plano que la convocatoria amplia a un Paro Nacional, no solo del PIT-CNT, sino de todo el movimiento popular y en ese marco relanzar la Intersocial, adquieren la relevancia que adquieren.
Este viernes se reúne la Intersocial con un grupo más amplio de organizaciones populares para ampliar la base de la convocatoria del Paro Nacional. La Intersocial tuvo una relevancia histórica en Uruguay, jugó un papel decisivo en la ofensiva de masas para derrotar a la dictadura y también en la Concertación Nacional Programática, para darle contenido popular a la recuperación democrática. Volvió a tener protagonismo en la crisis social del 2002 y antes en el enfrentamiento al neoliberalismo descarando del gobierno presidido por el padre del actual presidente. Más en lo inmediato, jugó un papel fundamental en las movilizaciones antes y durante la pandemia, reclamando medidas que atendieran el impacto social de la crisis, que fueron rechazadas por el gobierno. Y tuvo su momento de mayor proyección en la obtención de 800 mil firmas para el referéndum contra 135 artículos de la LUC.
Hoy adquiere una relevancia estratégica, que no se reduce solo a la convocatoria al Paro Nacional, es para todo el período histórico, para la acumulación de fuerzas y para el más largo trecho de la emancipación social. En el Paro Nacional no termina nada, es una iniciativa para darle impulso la perspectiva popular y se enlaza con la construcción programática común en el proceso hacia el Congreso del Pueblo, es parte del mismo.
El Paro Nacional tiene como consigna central, más que acertada: “Contra el modelo de la desigualdad”.
La plataforma base, aún en construcción, ya incluye los siguientes puntos: Por trabajo y aumento de salario real; aumento de jubilaciones, pensiones y del salario mínimo nacional; por una reforma de la seguridad social integral, solidaria y digna; por la eliminación de las AFAPs; en defensa de las empresas públicas; por mayor inversión estatal, en la administración central y la empresas públicas; por mayor inversión para la UdelaR, ciencia y tecnología; por mayor presupuesto para vivienda y 2% de interés en los préstamos para la construcción de viviendas cooperativas; por el relanzamiento del Sistema Nacional de Cuidados; contra la impunidad y por la plena vigencia de los derechos humanos, en rechazo de la prisión domiciliaria para personas implicadas en el terrorismo de Estado, en defensa de la Institución Nacional de Derechos Humanos; por medidas para atender la emergencia carcelaria y el aumento de la violencia social; contra la desigualdad de género; en rechazo a los criterios del Poder Ejecutivo sobre la Negociación Colectiva.
La convocatoria termina con una consigna ya utilizada, pero imprescindible: “Por la unidad de quienes movemos la rueda”.
Por todo lo dicho, y sin quitarle trascendencia a ninguna de las luchas planteadas en cada segmento del movimiento popular, sean estos políticos o sociales, institucionales o no, hoy, en estos días, el centro de toda la actividad militante del campo popular debe estar, tenemos que lograr que esté, en lograr un gran Paro Nacional el 15 de setiembre.