Las conquistas, no por queridas y arduamente trabajadas, persistirán

Carolina Cosse (*)

Si los seres humanos nos organizamos es siempre por el afán de trascender nuestra individualidad y sin duda la política es expresión de ese ánimo por excelencia. Es así entonces que una dirección, un camino político puede conducir al aislamiento, al egoísmo, y a no pensar en los otros. Quienes elegimos ser de izquierda estamos convencidos que el mejor camino político para el ser humano y para nuestro país es el que nos contemple a todas y a todos y es el que con un profundo realismo se atreva a soñar tan lejos como queramos, tan lejos y tan juntos.

El ser consciente de que uno es parte de un camino colectivo trae implícito llevar adentro que la historia no empieza con uno y que seguirá mucho, mucho después. Por eso, un suceso como llegar al número 500 de EL POPULAR, es un momento que nos puede invitar a la reflexión profunda alrededor del momento histórico, de los por qué y de los para qué, en clave colectiva y con toda nuestra alma porque los grandes proyectos se realizan con la mente y con la maravillosa capacidad humana y se sostienen con el corazón. Me siento honrada de poder participar en esta celebración y trataré de contribuir en algo al largo camino frenteamplista que no empezó ayer y que seguirá por muchos, muchos años más.

En nuestra vida personal, así como en nuestra vida colectiva, los momentos difíciles son aquellos que ponen de relieve el valor en muchos sentidos. El valor de los amigos, el valor de las compañeras, de los compañeros, el valor de las cosas buenas que construimos en la realidad y el valor en el sentido más lato, el coraje para enfrentar los momentos difíciles sin perder la frescura de que la felicidad es posible.

En este momento histórico del Uruguay y del mundo, me pregunto cómo lo estaríamos encarando si no se hubiera reformado la salud. Como lo estaríamos encarando si en vez del 80 % de cobertura de salud por parte del Estado  tuviéramos el 20%. Cómo estaríamos viviendo la pandemia si 2.800.000 compatriotas no tuvieran cobertura de salud por parte del Estado. Me pregunto cómo estarían funcionando una gran cantidad de empresas e instituciones si no hubiéramos logrado tener telecomunicaciones del primer mundo. Me pregunto cómo podría estar funcionando la actividad educativa primaria, media y universitaria si no tuviéramos telecomunicaciones de primer nivel y plataformas digitales de primer nivel. Las que incorporó Ceibal y las que tiene la Universidad de la República. Me pregunto cómo estaríamos viviendo esta pandemia si no tuviéramos la seguridad de una alimentación eléctrica soberana y firme. Me pregunto cómo estaríamos viviendo esta pandemia si los más frágiles no estuvieran registrados, monitoreados y acompañados durante años por lo que fue el Ministerio de Desarrollo Social, que vino con un plan de emergencia, esa vez sí de verdadera emergencia, a registrar la pobreza que nunca nadie había registrado. Cómo sería posible, me pregunto, canalizar la voluntad solidaria de nuestro pueblo si no estuviera armada esa red institucional que llevaron adelante los gobiernos del Frente Amplio alrededor del concepto del desarrollo social. Me pregunto cómo sería posible obtener los fondos que permiten financiar una situación así como la de hoy, si Uruguay no tuviera la solidez financiera que construyó nuestro Frente Amplio.

Yo sé la respuesta a estas preguntas, y estoy segura que en el fondo del alma todas y todos los uruguayos también la saben, no sólo los frenteamplistas. Pero también quiero agregar otra pregunta, porque cada uno de estos logros podría pensarse que solo se hubieran alcanzado de una sola forma, y eso nunca es así. Siempre hay muchas formas de hacer las cosas. Por ejemplo, podría pensarse que lograr niveles de clase mundial en lo que es estructura de telecomunicaciones y servicios hay solo una forma de hacerlo, y no es así, no hay solo una forma, nosotros lo hicimos desde una perspectiva de izquierda y a la uruguaya. Llevamos lo mejor de las telecomunicaciones a todos los hogares del país sin distinguir si eran de Montevideo o del interior, sin distinguir si eran barrios ricos o barrios pobres. Llevamos la energía renovable a todo el Uruguay no buscando una oportunidad de negocio sino buscando una solución en todo lugar donde hubiera un uruguayo. ¿Cómo hicimos la reforma de la salud?, ¿la hicimos a puertas cerradas o la hicimos con un plan discutido, compartido con operadores públicos y privados y con los usuarios?

Por eso no solo las metas son importantes en el desarrollo de un camino, sino también como dice el maestro Tabárez, el camino en sí, que en política es el desafío de todos los días. Cómo se construye política, cómo se construye conciencia, que en definitiva es construir madurez ya no a nivel individual sino a nivel colectivo.

Año tras año nuestros gobiernos fueron consolidando las reformas que se fueron transformando de metas lejanas, por lo ambiciosas, a cuestiones de nuestra vida cotidiana, que fueron dejando de ser montañas para pasar a formar parte de un valle más alto, como dice José Martí en el prólogo del poema del Niágara.

Sobre esos valles más altos estamos parados hoy, pero como sabemos de la experiencia personal de todos y cada uno de nosotros, construir lleva mucho tiempo y deconstruir a veces puede llevar segundos, a menos que no permitamos que nada interponga distancia entre nosotros, a menos que no aceptemos la descalificación de la política.

Miremos con nuevos ojos la realidad reconociendo en cada aspecto de la vida cotidiana que nos es común, un gran valor a proteger y descubriendo también otros que antes no teníamos en cuenta y que ahora suman con su enorme valor, por ejemplo el imponente valor de la Universidad de la República que de punta a punta está contribuyendo con conocimientos y con investigación científica de muchos, muchos años atrás, en este momento de pandemia.

Reconocer una vez más la tarea heroica de maestras y maestros, de docentes de todo el territorio nacional que, así como se pusieron al hombro la dinámica de la pedagogía y de los conocimientos en los años que pasaron, ahora se están poniendo al hombro el enorme desafío de continuar con la educación pase lo que pase. Reconocer que si puedo leer un libro, ver una película, pagar cuentas sin moverme de mi casa es porque una legión de trabajadores llevó adelante el proyecto más importante de telecomunicaciones de la historia de Uruguay. Si puedo prender la luz aunque esté a kilómetros de un centro poblado, es porque hubo una empresa pública que llevó adelante el cambio de la matriz energética en el marco de nuestra política pública.

Buscar en lo que nos rodea, que otras cosas tenemos que proteger, proponernos la tarea de la búsqueda diaria y sistemática de las cuestiones que nos sostienen en nuestra vida y que no nacieron de un repollo. Una crisis puede ser una invitación a la obediencia o puede ser una invitación a la grandeza. Dejemos de lado la desazón y pongamos todo de nosotros como ya lo hemos hecho en la historia de nuestro país para que la creatividad colectiva, el amor, el respeto y la solidaridad le demuestren al mundo el pueblo grande que somos.

 

(*) Senadora de Unidad para los Cambios y el Frente Amplio.

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