Las mujeres y la lucha en Palestina

Este martes la Cámara de Diputados realizó una sesión extraordinaria en el marco del Día Internacional de Solidaridad con Palestina, instituido por la ONU en 1977. La diputada de la 1001 y el FA, Micaela Melgar, centró su intervención en el papel de las mujeres palestinas en la lucha por la liberación de su pueblo.

EL POPULAR transcribe la intervención de Melgar.

«Los movimientos de mujeres en los países del mundo no poderoso han sido históricamente una parte fundamental de la lucha anticolonial.

Las mujeres palestinas no son la excepción, en el siglo xx tuvieron que hacer frente a dos proyectos coloniales: el inglés primero y el del movimiento nacionalista israelita después. Asi es que el el compromiso en acción de las mujeres palestinas está orgánicamente ligado a la lucha de liberación nacional.

Desde el occidente hay una fuerte mirada estereotipada sobre la mujer palestina, que trata de perpetuar la idea de que la mujer árabe es una mujer sumisa, metida para adentro de la casa, con inconsciencia de su situación y que, de alguna forma, el feminismo blanco tiene que ayudarla a liberarse. Una mirada, como todas las miradas parciales, totalmente distorsionada. Una rapera palestina dice:

«Incluso en la lucha tengo múltiples responsabilidades.
Si tu te resistes dañas su sionismo.
Si yo resisto también daño su machismo».

La mujer palestina sufre múltiples explotaciones por su condición de género y por la ocupación de Israel que han determinado un conjunto de políticas de exclusión, asedio, aislamiento y subordinación que implican todas las fases de la vida de los niños y las mujeres de Palestina.

En primer lugar hay que visibilizar la realidad de la mortalidad materna y neonatal en la Franja.
Si lográs parir y salir viva, es muy probable que vivas periódicas operaciones de rastreo nocturnas llevadas a cabo por las fuerzas israelíes, violentas, de madrugada, con soldados fuertemente armados y acompañados por perros.
Así se va desarrollando la vida.
El nivel de truculencia hace, que, por ejemplo, la demolición de viviendas palestinas como medida punitiva se use también como forma de tortura, obligando a las personas residentes a destruir sus propias casas como forma de degradación,
Desde el 2014 a los ultimos datos que se tienen más de 150 gurises menores de edad fueron testigos y protagonistas de la demolición de su vivienda. Con la desestructura que eso implica para el desarrollo de una vida familiar, para el estudio, para la salud, para los cuidados de las personas dependientes. Todo a cargo de la mujer sin casa.

Y si se divorcian y los niños quedan con el padre, porque tenga donde alojarlos, las mujeres pierden los derechos de residencia y nadie te asegura poder volver a verlos en tu vida. Y acá a nadie le importa que los niños y las niñas palestinas tengan derecho alguno, mucho menos el derecho a la educación, donde la ocupación provoca día a día pérdida de numerosos días de clases. Las estudiantes palestinas son sometidas a intimidaciones o humillaciones específicas de género en sus traslados a escuelas y universidades en los puestos de control israelíes.

El afán de disciplinamiento de la población y en particular de las mujeres y las niñas palestinas es tenebroso.

Estamos hablando de un país agresor que tiene 350 niños y niñas detenidas en prisiones israelíes con apoyo internacional, en especial de EEUU.

Señor presidente, si no te llega agua limpia a tu casa, si te allanan y destruyen tu casa por ser de esa tierra, si te encierran, aunque seas niña, si balearon a tu primo de 14 años, si se usa la noche como espacio del terror: ¿La dignidad no es la reacción?
Viva Palestina libre».

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