Los caminos para una nueva síntesis política y social

El Espacio Democrático Avanzado llenó la Huella de Seregni poniendo en debate la relación entre “la política, los partidos y los movimientos sociales”

El Espacio Democrático Avanzado tuvo una gran respuesta a la convocatoria a la primera charla de un ciclo de debates. La charla “Una nueva síntesis. La política, los partidos y los movimientos sociales”, realizada el viernes 4 de noviembre, convocó a una nutrida concurrencia que desbordó La Huella de Seregni.
La actividad es el inicio de una serie de debates y encuentros para aportar a la reflexión y la elaboración programática, del Espacio Democrático Avanzado, el Frente Amplio y todo el movimiento popular.
Convocaron: el Frente Izquierda de Liberación, el Partido Comunista de Uruguay, el Encuentro 18 de Agosto, Acción Frenteamplista, Lista La Amplia, Lista 810 de Flores y militantes independientes que integran el Espacio Democrático Avanzado.
Estuvieron presentes, la senadora Silvia Nane, las diputadas Ana Olivera y Verónica Mato y los diputados Federico Ruiz y Ubaldo Aita; ediles y edilas de Montevideo, Canelones y San José; dirigentes y militantes de los sectores convocantes, entre ellos Juan Castillo, secretario general del PCU; dirigentes y militantes frenteamplistas y del movimiento social; del Partido por la Victoria del Pueblo, la lista 6009, varios referentes departamentales, directores de las intendencias de Montevideo y Canelones, concejales.
En esta oportunidad, la mesa estuvo integrada por Claudia Pascual, ex ministra de la Mujer del gobierno de Chile y actual senadora por el Partido Comunista de Chile; Lilián Abracinskas, militante feminista, comunicadora y docente, frenteamplista, fundadora de MYSU y de Cotidiano Mujer; el senador de la 1001 y el Frente Amplio, Oscar Andrade y el ex intendente de Canelones, ex director de ASSE y ex senador de la 1001, Marcos Carámbula.

Un nuevo diálogo

Abrió las exposiciones la senadora chilena Claudia Pascual, que destacó “la trascendencia de resignificar la importancia de la política y los partidos políticos y de los movimientos y las organizaciones sociales, que hagan más virtuosa la política”.
“Nuestros mensajes y propuestas pueden ser muy justas, pero no siempre estamos llegando con nuestro mensaje, ni estamos interpretando a nuestros pueblos y a nuestra ciudadanía”, indicó.
“En el siglo XX se era militante político y social, por lo tanto, uno podía ser militante de un partido y de una organización social sin ningún problema, sobre todo de las organizaciones sociales clásicas, sindicales, estudiantiles, poblacionales, que tanto aportaron a la transformación de mi país. Había un diálogo, una comunicación bidireccional absolutamente naturalizada”, señaló.
“Eso lo quebró la dictadura. En Chile la dictadura fue brutal en eso. Transmitió una campaña contra los partidos políticos y contra las organizaciones sociales, sobre todo las de clase, con tanta fuerza que hoy la desafección con la política, no solo afecta a los partidos, también afecta a las organizaciones sociales”, dijo.
“Hoy asistimos a un divorcio entre las organizaciones sociales y los partidos. Los partidos de izquierda, aunque mantenemos presencia e influencia en algunas organizaciones sociales, tenemos falta de presencia en organizaciones más emergentes, que se han ido construyendo sin esa vivencia de compartir la militancia”, sostuvo.
Ejemplificó la situación en que “algunos movimientos sociales, que buscan la transformación social, sin embargo, levantan la consigna de “El pueblo unido, avanza sin partido”, y esto va en contra de los partidos de izquierda”.
Pascual sostuvo que “nos hemos quedado cortos para interpretar e incorporar las críticas y las propuestas que nos hace el feminismo, desde el anti patriarcalismo y el feminismo de clase, el movimiento medio ambiental, de los colectivos LGTBIQ+, de las personas con discapacidad, de los sin casa, los pueblos originarios o las etnias, en nuestro país y también de los reclamos de la juventud de la renovación generacional, en todos los ámbitos de la sociedad”.
La senadora comunista subrayó que en Chile “salimos de la dictadura a una democracia tutelada, por la Constitución pinochetista que no perdemos la esperanza de poder cambiar” y por “la naturalización del neoliberalismo”.
Pascual incorporó como factores que impactan en la sociedad y contribuyen a lo que llamó “desafección de la política, los partidos y las organizaciones sociales”, el papel de los medios de comunicación, el empuje “con mucha fuerza” de la ultraderecha y las campañas basadas en el “anticomunismo”.
Se pronunció por la necesidad, en Chile, “de un diálogo intergeneracional que nos permita reencontrarnos a todas y todos los que luchamos por la transformación social”.

“Somos lo mejor de la democracia”

Lilián Abracinskas destacó la “complejidad de hablar desde el movimiento social” y agregó “el movimiento feminista y de las mujeres, en el cual militó desde la década de los 80, por suerte ha crecido, es amplio, es diverso y no lo representa nadie”.
Apuntó que “hoy los movimientos sociales no tienen ni la organización, ni la estructuración, que tuvieron los movimientos sociales con los que la izquierda dialogó históricamente, como el movimiento sindical. Particularmente, con el movimiento feminista, hubo una negación de la existencia del movimiento”.
Dijo que “los movimientos sociales actuales, reflejan dimensiones de la injusticia y la desigualdad, y hubo que construirlos a costa de la relación histórica con los partidos políticos, particularmente los de izquierda, pero de todo el sistema político general”.
Abracinskas hizo un detallado repaso de la lucha histórica feminista en Uruguay, empezando por la Concertación Nacional Programática, “dominada por una visión patriarcal que hoy sería intolerable”, hasta nuestros días.
“Los movimientos sociales somos lo mejor de la democracia, somos ciudadanía organizada. Los movimientos sociales peleamos por lo deseable”, afirmó.
Criticó que “los partidos políticos de izquierda y progresistas, con respecto a la agenda de propuestas del movimiento feminista, estuvo a la altura de lo que pudieron acordar en sus internas y están lejos”.
Advirtió que “el feminismo creció, se hizo más amplio y se diversificó y tiene contradicciones”, señaló la existencia de feminismo de derecha, “feminismo que excluye y dice que es solo para las mujeres biológicas”.
Dijo que la derecha no tolera “la interseccionalidad, le suena muy comunista, le molesta que tratemos de aunar lo que ellos tratan de separar”.
Abracinskas, dijo que ante “el vaciamiento de la democracia” que promueve la derecha “desde los movimientos sociales y los partidos políticos, necesitamos entendernos mejor, saber cuál es el rol de cada quien, primero para resistir este embate de los sectores más ultraconservadores”.
“Hoy tenemos que construir todos base social de apoyo y como organizaciones sociales, particularmente algunas organizaciones feministas, volvemos al ruedo con la Intersocial”, afirmó.

Los caminos para una nueva síntesis

El senador Oscar Andrade indicó que “para encontrar la síntesis tenemos que plantearnos cuáles son las contradicciones que enfrentamos. Hace un tiempo nosotros formulábamos que la contradicción principal era entre si lográbamos desarrollar un Uruguay con desarrollo productivo, justicia social y transformación democrática o se profundizaba la dependencia. Estamos obligados a enriquecer ese planteo. La experiencia reciente es bastante contundente en que tenemos que pensar el Uruguay productivo, en un sentido mucho más ancho, y en como se inserta en una América Latina que se plantee la soberanía”.
Destacó la importancia de “la integración de América Latina, económica para tener la fuerza de romper la dependencia, pero también cultural, de derechos”.
Sostuvo que nuestra lucha se da en un contexto “muy complicado” por una “crisis del capitalismo muy violenta, muy peligrosa, una crisis financiera, alimentaria, ambiental”.
“Buena parte de los desafíos que no logramos desatar en nuestro país, tienen que ver con que debían tener una dimensión regional que no logramos desatar, ni política, ni socialmente”, aseveró.
“La nueva síntesis tiene que estar pensada en términos de acumulación histórica para generar formas de lucha más eficaces para la liberación de los pueblos “ indicó y señaló que tanto “el seguidismo” en algunos países y sectores del movimiento social con respecto a la izquierda en el gobierno, como “la confrontación” en otros, “nos hizo desacumular”.
Andrade destacó que el debate sobre la relación entre los movimientos sociales y los partidos políticos y la política es “histórica” y señaló varios ejemplos en Uruguay.
El senador de la 1001 sostuvo que “tenemos un aprendizaje reciente de que es uno de los factores indiscutibles que no nos permitido consolidar una ola de gobiernos progresistas y de izquierda en América Latina, no el único, pero uno de los factores”.
Puso varios ejemplos en el continente sobre el debilitamiento de las organizaciones sociales por su relación con los gobiernos de izquierda y dijo que en Uruguay “tuvimos momentos de síntesis, de acumulación contradictoria y momentos de enfrentamientos campales”.
Sostuvo que las explicaciones son bastantes más complejas que decir “el gobierno se olvidó de sus bases”. “Es mucho más complejo el proceso de acumulación social y política que intenta construir perspectiva de poder, que tiene que hasta discutir significantes. Es necesario escapar de la trampa de que gobernar es administrar intereses distintos. Una fuerza que intenta quebrar desigualdades no va a administrar nada, intenta fortalecer al que está oprimido”, indicó.
“Como paradoja de la historia tuvimos dos aprendizajes potentísimos. Llegar al gobierno nos permitió un conjunto de transformaciones que ni de cerca podíamos hacerlas sin llegar al gobierno. Olvidarlo sería un enorme error. ¿Las hizo el gobierno? No, si el propio gobierno es una construcción de la lucha popular. Es más, parte de la síntesis que tenemos que generar es que los movimientos sociales entiendan que esa llegada al gobierno es su llegada al gobierno, y que quienes llegan al gobierno entiendan que llegan por las luchas sociales que se dan en la sociedad y que ese movimiento social es su movimiento social. Hay una pertenencia, una identidad. Eso no implica subordinación, eso nunca fue así en Uruguay. Entonces es importante llegar al gobierno, pero también la experiencia nos demostró, como una trompada en el pecho, que solo con el gobierno no alcanza”, afirmó.
Andrade advirtió que “ojalá alcanzara con describir las condiciones objetivas de la necesidad del cambio social y emancipatorio, pero no alcanza”.
Reivindicó que “los fundadores de nuestra teoría nunca despreciaron el papel de la superestructura, ni la subordinaron a la base material, pero hoy la disputa por la subjetividad adquiere una dimensión brutal”.
Dijo que “damos esta lucha, por la perspectiva transformadora con un imperialismo en declive, por lo tanto, más agresivo, y en una sociedad cooptada, mayoritariamente, por un sentido común donde tu identidad la construís teniendo cosas”.
“Tenemos que desatar acciones colectivas que visibilicen las desigualdades y acciones políticas que sinteticen en términos de programa propuestas superadoras, y lo más difícil, la construcción de la correlación de fuerzas que las haga posible”, resumió.
El senador advirtió sobre los errores y peligros que implica “intentar disciplinar a los movimientos sociales” y también “la institucionalización de los procesos de izquierda y progresistas”.
Dijo que la solución no es “sencilla” pero hay que encontrar “componentes programáticos del disenso”. “Se puede reivindicar lo hecho en los gobiernos del Frente Amplio, reconociendo los temas estructurales que no resolvimos. Todo lo que nos faltó hacer para resolver los problemas estructurales de la infancia, o de la cuestión agraria o de la desigualdad, o en salud, o en salud mental, o en segmentación territorial, o en materia tributaria. Reconociendo todo lo que se hizo, pero también lo que faltó”.
“Tenemos tal nivel de segmentación que construir programa común es de una enorme dificultad. Soy hincha del Congreso del Pueblo que está convocando nuestra central sindical, pero se que las últimas instancias convocada para la elaboración programática han sido de una enorme dificultad. Y el FA va a un proceso de elaboración programática que tiene que trascender un conjunto de enunciados básicos”.
Andrade culminó destacando la convocatoria del Espacio Democrático Avanzado, “que será al lado de las luchas para enfrentar el modelo de desigualdad de la derecha, que tiene hondas raíces históricas, pero ojalá, sobre todo, que tenga la capacidad de construir propuestas de futuro”.

Cinco disparadores

Marcos Carámbula destacó “la importancia de los espacios de pensamiento que son una tradición histórica, en nuestro Frente Amplio y en este espacio”.
Indicó que “el planeta no está gritando” y dijo que hay “una crisis civilizatoria, profunda crisis del modo de producción capitalista”.
Denunció que “estamos nuevamente en guerra, ayer leíamos que van 150 bombas nucleares de EEUU a Ucrania”.
Subrayó el impacto de la pandemia, como una expresión de la crisis del capitalismo y aseveró: “Si después de estos dos años la humanidad cree que nos sacamos la mascarilla y está todo resuelto, es que no aprendió nada”.
Carámbula dijo que “nos debemos parar con este continente que se mueve”, aunque reconoció que “no es fácil, ya que, en materia de integración regional, en los años de los gobiernos progresistas, salvo algunos temas puntuales, no movimos la aguja”.
Indicó que Uruguay tiene “tres grandes palancas”: “el movimiento sindical, clasista, independiente, no neutral”; “el movimiento social, desde la sociedad se han conquistado derechos muy importantes”, señalando como centrales la lucha de los jóvenes, de las mujeres y el movimiento por la verdad y la justicia, contra la impunidad; y la tercera es el Frente Amplio “y el compromiso de fortalecer su unidad en la diversidad”.
Carámbula reivindicó la vigencia del concepto “avanzar en democracia” y planteó 5 disparadores para profundizar el debate, la elaboración y la acción política: 1. Afirmar el concepto de una sociedad de derechos, trabajo, salud, educación, vivienda. 2. Un movimiento nacional contra las peores expresiones de la desigualdad, la feminización y la infantilización de la pobreza y la inseguridad alimentaria. 3. Por una ética ambiental radical. 4. No hay desarrollo en Uruguay, si no hay ciencia, innovación e investigación. 5. La Paz y la cultura.
Para ver la charla completa:

Foto de portada:

La mesa que encabezó el debate. Foto gentileza de Diego Correa.

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