Durante la sesión extraordinaria del Senado en la que se discutió el espionaje pedido al exjefe de la Seguridad Presidencial, Alejandro Astesiano, por la empresa Vertical Skies, el senador colorado Raúl Batlle calificó a dicha empresa como una “Fake” o “pantalla”.
“A mí me parece”, sugirió el senador, “una empresa, como dicen fake, una empresa pantalla, tiene toda la pinta” y añadió que el hecho de haber ganado “una licitación o lo que fuere”, no invalidaba su carácter de “fake”.
Para Batlle ello es visible en que la empresa pone como números de contactos, “dos celulares uruguayos, uno argentino y un celular americano”, los que aseveró pueden ser “de esos que se compran fácilmente, tipo tarjetero”.
“Debe ser gente que opera acá muy tranquilamente”, enfatizó.
De acuerdo a M24, dicha empresa promociona sus servicios en la web utilizando “fotos de bancos de imágenes para presentar a sus supuestas autoridades”, lo que representa un indicio más de su particular accionar.
En el “mundo” de los servicios de Inteligencia, este tipo de “empresas” son denominadas “pantallas” y/o “tapaderas”, dos expresiones que refieren a los verdaderos objetivos de sus acciones.
Este “modus operandi”, muy común en las acciones encubiertas de los aparatos de Inteligencia, permite, no sólo ocultar los objetivos de trabajo como operadores de los Servicios de Inteligencia, sino que, además “contribuye” a legitimar su accionar en campos específicos de los rubros en que las mismas se desenvuelvan.
Ello explica que las mismas, como es el caso, puedan presentarse a concursos, licitaciones u otros de relacionamientos con diversas instituciones estatales.
En el caso de Vertical Skies, esta firma estadounidense, tiene en el país una subsidiaria que opera bajo el nombre de Lunacar S.A.
Parte de los audios revelados durante la investigación del “caso Astesiano”, reveló que un militar uruguayo ya retirado y con un alto cargo en la firma estadounidense pidió al exjefe de la seguridad Presidencial, Alejandro Astesiano, que buscara toda la información posible sobre los senadores frenteamplistas Mario Bergara y Charles Carrera.
El “pedido” al exjefe de la Seguridad Presidencial, tiene la forma típica de las directivas que las agencias de Inteligencia dan a sus activos.
En este caso, la directiva dada tenía como línea específica la búsqueda de todo tipo de datos personales los que, en caso de resultar “productivos”, serían eventualmente usados para presionar a ambos legisladores para que retiraran la denuncia por el acuerdo entre el Gobierno y la empresa belga Katoen Natie.
La información disponible permitió constatar que, en efecto, Astesiano debió concretar dicha labor ya que existe evidencia de haber recibido por ello 1.500 dólares.
Este dato sobre el pago, ha sido silenciado por aquellos miembros del oficialismo que insisten en blindar la “responsabilidad” del Presidente Lacalle Pou y minimizar el accionar de Astesiano para reducirlo al de un simple y “vulgar malandro”.
Astesiano, por su parte intentó “explicar” la existencia del pago afirmando “que fue por un préstamo para una licitación de botas y mochilas”.
Vertical Skies opera en el país y sus conexiones en la interna del gobierno permitió que vendiera “materiales de seguridad al Ministerio de Defensa Nacional en 2021 y 2022”.
La conmoción política de estos sucesos motivó que el ministerio de Defensa cancelara una compra de mochilas militares tácticas por 129.900 dólares realizada a la empresa norteamericana.
Sin embargo, “los negocios” de Lunacar S.A., han tenido como clientes a otras instituciones nacionales.
La subsidiaria de Vertical Skies, reseña M24, “ganó una licitación abreviada para la adquisición de un dron por 749 mil dólares por parte de UTE en agosto de 2022”.
Para la selección de la oferta, agrega el medio de prensa que cita como fuente al semanario Brecha, “tuvo un rol relevante Raúl Feijo, esposo de la presidenta de UTE, Silvia Emaldi”.
Más que una empresa “fake” o “trucha” como sugirió el senador Batlle, parece que estamos ante una “tapadera” que sirve de “pantalla” para encubrir acciones de espionaje en el país.
La pregunta clave es ¿para qué servicio de Inteligencia operan?