Nicaragua se fue de la OEA: foro político para la hegemonía estadounidense

Mediante una carta enviada a Luis Almagro, Secretario General de la Organización de Estados Americanos (OEA), Nicaragua anunció su retiro definitivo de la organización regional.

La decisión nicaragüense de abandonar la OEA es una reacción de respuesta a las acciones injerencistas, surgidas en el seno de la organización y que culminaran con una resolución del organismo contra las elecciones celebradas el 7 de noviembre último.

El anuncio se produce pocos días después de las elecciones presidenciales y legislativas celebradas el pasado 7 de noviembre en la nación centroamericana, elecciones estas que fueron desconocidas por algunos Gobiernos y organismos internacionales, y que, de acuerdo a una resolución de la OEA «no fueron libres, justas ni transparentes”, por lo que carecían de “legitimidad democrática».

Desde la sede de la Cancillería en Managua, el ministro de Relaciones Exteriores, Denis Moncada, contrapuso el apego de su país a los principios rectores del derecho internacional y la Carta de las Naciones Unidas, en particular, aquellos referidos a la igualdad soberana entre los estados y la no injerencia en asuntos internos de otros territorios, con lo que acontece en el organismo regional al que describió como “un foro político diplomático, surgido bajo la influencia de Estados Unidos como instrumento de injerencia e intervención”.

En ese sentido, recuerda la agencia de noticias Sputnik, el accionar de la OEA respecto a Nicaragua, no ha hecho otra cosa que evidenciarla como foro facilitador de la hegemonía de Washington, con lo cual manifiesta su complicidad frente al intervencionismo en las naciones de América Latina y el Caribe.

El canciller nicaragüense recordó las continuas condenas y rechazo a las actuaciones intervencionistas de la OEA y ratificó la postura de su país en defensa de la soberanía, independencia, autodeterminación y el derecho del pueblo nicaragüense a elegir su Gobierno y definir sus políticas.

«No nos reconocemos como colonia de ninguna potencia y reivindicamos la dignidad y el decoro nacional (…) frente a las acciones agresivas violatorias a la Carta de la ONU y del Derecho Internacional, por la Organización de Estados Americanos, los Estados Unidos y otras entidades colonialistas y neocolonialistas», se destaca en la misiva en la que Nicaragua anuncia su retiro del organismo regional.

Cuba respalda decisión de Nicaragua

Toda vez que se conociera la decisión del gobierno nicaragüense, la Cancillería cubana emitió una declaración de apoyo al Nicaragua.

«Cuba ratifica su apoyo y solidaridad con el pueblo y gobierno nicaragüenses. El único camino posible es la unidad e integración regional y el compromiso común con la Proclama de América Latina y el Caribe como Zona de Paz, firmada en La Habana en enero de 2014», resalta el documento, publicado en la página web de la Cancillería de la isla.

El documento recuerda que, «la OEA ha callado en múltiples ocasiones ante golpes de Estado en nuestra región, ha sido cómplice de intentos de aislamiento e intervenciones militares y ha apoyado agresiones económicas».

Al describir el accionar reciente de la OEA en nuestro continente, el documento de la cancillería cubana denuncia que la OEA fue “el instrumento servil de Estados Unidos para orquestar el golpe de Estado diseñado por ese país en el Estado Plurinacional de Bolivia, que incluyó el uso de la violencia contra cargos e instituciones electas».

«Las relaciones hemisféricas necesitan una transformación profunda basada en el estricto respeto al Derecho Internacional y la Carta de las Naciones Unidas, incluidos los principios de autodeterminación e independencia de los pueblos, la no injerencia en los asuntos internos y la igualdad soberana», señala la declaración.

De esta forma, Nicaragua se convierte en el tercer país que abandona la OEA, desde su creación en 1948.

En 1962 y fruto del injerencismo estadounidense, Cuba fue expulsada con el voto de 14 países, mientras que, en 2017, Venezuela presentó su carta de renuncia luego de denunciar «injerencia en sus asuntos internos».

Rolando Arbesún

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