Organizaciones de Derechos Humanos turcas denuncian que la tortura es resultado de un gobierno basado en la opresión y el control

Con motivo de la celebración del día Internacional de las Naciones Unidas en Apoyo a las Víctimas de la Tortura celebrada el pasado 26 de junio, la Fundación de Derechos Humanos de Turquía (TİHV), la Asociación de Derechos Humanos (İHD) y la Sección de Derechos Humanos de la Asociación Médica Turca (TTB) realizaron una declaración conjunta en la que se denuncia que Turquía se ha convertido “en un lugar de tortura como resultado del gobierno basado en la opresión y el control”.

La declaración señala que a pesar de la retórica discursiva del gobierno de “tolerancia cero con la tortura” esta continúa teniendo una importante presencia en el país.

“Los funcionarios estatales de todos los niveles deben abandonar el discurso que elogia y fomenta la tortura y los torturadores, y la tortura debe ser condenada públicamente de acuerdo con las recomendaciones de las organizaciones internacionales”, señala la declaración conjunta que aporta como datos la situación de las muertes en prisiones y las torturas que se producen bajo detención

Con respecto a la tortura se señala que “una persona murió sospechosamente bajo detención en 2022, y al menos seis personas en los primeros cinco meses de 2023”.

En lo que va de año, un total de “270 personas acudieron al TİHV para denunciar torturas y malos tratos.

De acuerdo a “la Unidad de Documentación de İHD, al menos 1.347 personas fueron sometidas a tortura y malos tratos en lugares oficiales de detención en 2022”.

La Declaración detalla que “el 50,7 por ciento de los solicitantes del TİHV afirmaron haber sido sometidos a torturas y malos tratos en la jefatura de policía, el 5,7 por ciento en las comisarías y el 6,4 por ciento en las unidades de la gendarmería”.

En lo referido a los efectos de las intervenciones de “las fuerzas del orden en manifestaciones y eventos pacíficos”, el documento detalla que “al menos 5.434 personas, incluidos 144 niños, fueron sometidos a tortura y malos tratos en 2022”, mientras que un total de 1.557 personas, de las cuales 49 eran niños”, sufrieron torturas en los primeros cinco meses del presente año.

Los datos aportados sobre la situación de los prisioneros, según la Unidad de Documentación de İHD, indican que 247 presos “afirmaron haber sido torturados y maltratados” el pasado año, mientras que “65 presos en 2022 y diez en los primeros cinco meses de 2023 murieron por enfermedad, suicidio, violencia, negligencia, etc”.

En 2022 se reportaron, agrega el texto, un total de 83 muertes sospechosas en prisiones.

Para enfrentar esta situación y revertirla la declaración sugiere que “la Institución de Derechos Humanos e Igualdad de Turquía (TİHEK)” sea “reemplazada por un nuevo mecanismo de prevención nacional completamente independiente de acuerdo con el Protocolo Opcional de la Convención contra la Tortura de la ONU (OPCAT) y los Principios de París de la ONU”.

Al mismo tiempo se demanda que “la Comisión de Supervisión del Cumplimiento de la Ley” sea “imparcial e independiente” y que “la documentación y el informe de la tortura se realice “de acuerdo con los principios del ‘Protocolo de Estambul’ de la ONU”.

Para ambas organizaciones, “las denuncias de tortura deben ser investigadas de manera rápida, eficaz e imparcial (…) por comités independientes” que aseguren que “las normas éticas y legales internacionales” sean respetadas “en todas las etapas de los procedimientos judiciales”.

Finalmente, informó la agencia de prensa ANF, el documento sugiere que las prisiones estén “abiertas a la supervisión independiente de organizaciones legales y de derechos humanos”, asegurando, además que “todos los informes de CPT” sean “revelados al público” y que se sian “todas sus recomendaciones”.

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