De acuerdo a un Informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), “las perspectivas a corto plazo de mejora del empleo no son optimistas en América Latina y el Caribe”.
La región fue una de las más afectadas en su mercado laboral, recuerda el portal de noticias IPS, que describe cómo durante el tiempo de confinamiento “se perdieron masivamente los puestos de trabajo”, lo que significó que “más de 30 millones de personas se quedaron sin sus fuentes de sustento”.
En ese proceso, se subraya, las más afectadas fueron las mujeres, que vieron retroceder su participación laboral en la región a la situación de 18 años atrás.
El informe conjunto de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), señaló, al finalizar 2022, que, “pese a los avances en la reducción del desempleo en el primer semestre de dicho año, esta tendencia sería difícil de sostener”.
Al referirse a esta situación, Gerhard Reinecke, especialista principal en políticas de empleo de la oficina de la OIT en Santiago de Chile, declaró que “el contexto económico global se ha complicado bastante en los últimos meses y tiene un impacto en la dinámica mundial”.
En ese sentido detalló que la Región se ha visto afectada por “el menor crecimiento de China por la política de combate a la covid” y agregó que los crecimientos del gigante asiático al cual se estaba acostumbrado, ahora se localizan en el 3% y no en el 7, 8, 9 %.
De igual forma subrayó el impacto en la Región de la guerra de Rusia contra Ucrania, así como las características del “contexto inflacionario que impacta sobre las perspectivas económicas del mundo y de la región latinoamericana”.
Reinecke, es coautor del informe de OIT y Cepal, Coyuntura laboral en América Latina y el Caribe, dinámica de productividad laboral.
En dicho estudio, recuerda el medio de prensa, “Cepal proyectó que la desaceleración económica se acentuará en la región en 2023”, estimando que habría “un crecimiento de 1,3%, porcentaje que limita el optimismo frente a la recuperación del empleo de calidad, tras los indicadores auspiciosos logrados en el primer semestre de 2022”.
Durante el primer semestre del pasado año, se detalla, “disminuyó la tasa de desocupación en los 16 países analizados”, ubicándose la misma en el 7 %, un “porcentaje menor al de pre pandemia”, al tiempo que se incrementaba “el trabajo asalariado con una mayor demanda en el sector industrial”.
El estudio de ambos organismos incluyó a Argentina, Barbados, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Jamaica, México, Nicaragua, Paraguay, Perú, República Dominicana, Trinidad y Tabago y Uruguay.
En ocho de estos países, Argentina, Brasil, Chile, Costa Rica, Ecuador, México, Paraguay y Perú, se detalla, hubo “un crecimiento de más de 4 % del empleo total con respecto al 2021”:
Sin embargo, agregó el especialista, “el difícil contexto global, así como, la menor inversión y crecimiento económico de los países, y el alza de la inflación, recortan las expectativas de sostener la recuperación del mercado laboral en la región y de superar el histórico problema de la informalidad, que hace perder derechos a la población trabajadora”.
“Al corto plazo esas nubes siguen estando ahí, no se han despejado las perspectivas para un crecimiento tan dinámico como el que se requiere para dar un impulso fuerte a la creación de trabajo decente”, subrayó Reinecke.
Para revertir la situación, la OIT planteó a los Estados la puesta en marcha de “estrategias integradas” que permitan disminuir la informalidad laboral, partiendo, en primer lugar, por el desarrollo de políticas que atiendan “las causas que la originan”.
“Hay muchas unidades productivas que son estructuralmente débiles y les cuesta asumir los costos de la formalidad; y falta también el conocimiento de cómo hacerlo”, dijo el especialista que agregó la importancia de que los Estados atiendan además lo que se conoce como la “informalidad oportunista” que se presenta, por ejemplo, “cuando una empresa de 50 u 80 trabajadores decide tener 10 o 20 sin contrato, sin cobertura” y “sin cotización a la seguridad social”.
En este escenario, concluyó afirmando “los desafíos para seguir creciendo y seguir creando empleos formales, trabajos decentes, siguen ahí”.