Tal y como se preveía el nuevo presidente del Congreso legislativo de Perú, José Williams, afirmó que el presidente de Perú, Pedro Castillo tenía “que ser sacado del cargo por la vía de la destitución o por una acusación constitucional”.
«Es obvio que él tiene que salir por una vacancia o una acusación constitucional”, declaró Wiliams a una televisora local.
“Decirle formalmente (que renuncie) es como para que después digan: «por qué le piden algo que no va a hacer», agregó Williams a Willax TV.
Con estas declaraciones los temores sobre cómo impulsaría con su elección al frente del congreso nacional peruano, nuevas acciones contra Castillo se han visto confirmados.
Williams es un militar en retiro y tiene afiliación política de derecha integrando el partido Avanza País.
Como militar es recordado por haber dirigido la Operación Chavín de Huántar en 1997, considerada “una de las acciones militares más exitosas en la historia peruana”, al permitir “el rescate de 72 políticos y diplomáticos secuestrados por la guerrilla del Movimiento Revolucionario Túpac Amaru”.
Aunque los intentos de destitución de Castillo han sido varios, las fundamentaciones a dichas acciones son de escasa entidad ya que ninguno de los señalamientos que se le realiza ha sido probado en el sistema judicial.
Ahora que el ex militar lidera el Congreso, las interrogantes que se abren están relacionadas con la cantidad de votos que se precisan, algo que ha sido calificado de incierto ya que todo indica que una mayoría en el parlamento no desea destituir al mandatario, declaró a Sputnik un analista y magíster en Ciencia Política por la Pontificia Universidad Católica de Perú, Godoy, quien recuerda además que “el Congreso es consciente del grave descrédito ciudadano que padece, con niveles de desaprobación cercanos al 90%, según sondeos” realizados en el país.
Si prosperara una destitución, Castillo sería sustituido por la vicepresidenta, Dina Boluarte, lo que “podría derivar en la toma del Ejecutivo por parte del titular del Legislativo”, en caso que “Boluarte, leal a Castillo, renuncia” y desista “de participar en la sucesión”.
En dicho caso, “la presidencia quedaría en manos del presidente del Congreso que, más allá de si sea Williams o no, sería”, según señaló el analista, “algo fuertemente rechazado por la ciudadanía”.