Foto de la campaña del SUNCa contra el trabajo esclavo en Qatar

Qatar un mundial teñido de sangre obrera

Por Gabriel Mazzarovich

Las denuncias sobre el mundial de Qatar no paran, pero lamentablemente no todas reciben la misma atención. Las de corrupción en la FIFA para elegir a esa multimillonaria monarquía y dictadura como sede, si tuvieron enorme difusión y provocaron una ola de detenciones y acusaciones contra la FIFA, una de las multinacionales más corruptas y opacas del mundo. Más allá de que cambiaron los nombres y todo siguió más o menos como siempre.

Pero hay otra cara, mucho más brutal, mucho más grave y a esa no se le presta la misma atención, ni se escuchan voces con la misma fuerza para condenarlas. Se trata de las muertes de más de 6 mil obreros en la construcción de 7 estadios y otras obras de infraestructura.

Las denuncias han sido muchas, de parte de sindicatos, centrales sindicales internacionales y organismos vinculados a los derechos humanos. En nuestro país el SUNCA realizó una campaña que convocaba a sacarle “tarjeta roja” al trabajo esclavo en Qatar. Incluso se realizaron protestas, con mucho apoyo, durante partidos de las eliminatorias mundialistas pasadas en el estadio Centenario.

Pero no hubo respuestas enérgicas para parar la barbarie y todo sigue igual en Qatar.

El tema se vuelve a colocar con fuerza ahora porque el diario inglés The Guardian publicó un informe en el que se denuncia que más de 6.500 trabajadores inmigrantes habrían muerto en las obras para el mundial de Qatar desde el 2010 hasta mediados del 2020. El periódico afirma que la cifra seguramente es mayor porque no están los últimos meses del año pasado y lo que va de este 2021.

De acuerdo a la investigación de The Guardian, miles de inmigrantes de Sri Lanka, Nepal, Pakistán, India, Bangladesh, Kenia y Filipinas, han viajado a Qatar para trabajar en las obras. Los obreros son obligados a trabajar en condiciones infrahumanas, con temperaturas de más de 50 grados, con horarios de más de 12 horas y sin las condiciones mínimas de alimentación y seguridad.

La nota advierte que la estimación de las cifras se podría quedar corta porque se desprende de la cuenta que llevan a cabo 5 de los países de origen de los trabajadores, no están contados ni los keniatas ni los filipinos, porque sus países no llevan registro.

Qatar solo reconoce 37 muertos y dice que el resto son muertes naturales, dentro de esa categoría incluye los infartos, paros respiratorios, y cientos de muertes en las que ni siquiera se hicieron autopsias. Es decir hay miles de obreros muertos en cuyos certificados de defunción no se explicitan las causas.

Según las organizaciones sindicales y de derechos humanos la causa más extendida es el sobre esfuerzo enorme que deben realizar los obreros por las altas temperaturas.

En uno de los testimonios recogidos en la investigación del diario inglés, un obrero metalúrgico que trabaja en el estadio de Kalifa, da una idea de las condiciones en las que trabajan miles de obreros: «Mi vida aquí es como estar en una cárcel. El gerente de la empresa dijo que si queremos quedarnos a trabajar en Qatar, hay que cerrar la boca y seguir trabajando.

En las cifras publicadas por The Guardian, India es el país de procedencia de la mayor cantidad de obreros muertos con 2.711; en este macabro listado le sigue Nepal, con 1.641; luego aparecen Bangladesh que tiene 1.018; Pakistán, 824; y Sri Lanka, con 557.

Según las denuncias de centrales sindicales internacionales y también de Amnistía Internacional se estima que más de un millón 800 mil trabajadores inmigrantes han trabajando en las obras que incluyen 7 estadios completamente climatizados, algunos tienen aire acondicionado hasta en el estacionamiento, carreteras en medio del desierto, hoteles, etc.

Qatar es el sueño del neoliberalismo en lo atinente a las relaciones laborales: no hay negociación colectiva, ni legislación laboral que proteja a las y los obreros, los sindicatos son brutalmente perseguidos y los empresarios, si se llevan bien con la monarquía pueden hacer lo que quieran.

Las condiciones de trabajo y la verdadera masacre de las obras del mundial no es distinta a la que ocurre en la construcción de los rascacielos y las mansiones de lujo de los oligarcas qataríes.

Las obras siguen, los obreros siguen muriendo, el mundial se hará a cualquier precio, porque «business is business”.

 

 

 

 

 

Compartí este artículo
Temas