¿Qué pasó con las ollas populares?

Por María José Pedraja

Que para algunos medios ya no sea relevante el tema “ollas populares” no quiere decir que hayan dejado de existir, o que el hambre de la gente haya desaparecido, más bien, todo lo contrario. La solidaridad de los colectivos barriales ahora se expresa de manera diferente ante una dura realidad que se expresa en el desempleo en alza.

Las donaciones de las empresas han bajado, y solo algunos Municipios e Intendencias del interior están apoyando con alguna ayuda económica para solventar las ollas.


Esta situación se da a nivel nacional, y de alguna manera los colectivos y organizaciones sociales preocupados y ocupados buscan recursos para paliar esta difícil situación

Para ello, EL POPULAR recabó información de diferentes ollas de Canelones y Montevideo:

Maria Noel Tramontina, de la Comisión Pro-fomento de Santa Ana y Coordinadora de Emergencia Social entre Arroyos (CESEA) en Canelones, explicó que a raíz de la pandemia en el Municipio se creó el Comité de Emergencia y la Comisión de Vulnerabilidad con catorce ollas y siete merenderos.

“La Coordinadora de Emergencia se crea justamente para organizar los recursos humanos y materiales de todos los emprendimientos”, contó Tramontina. “Hasta el mes de junio todo fue solventado con la ayuda de la Sociedad Civil y Sindicatos varios, a partir de esa fecha CESEA fue convocada por la Intendencia y el Municipio a raíz de partidas de dinero de dichos organismos, destinada a la ayuda de ollas y merenderos,que será hasta el mes de noviembre”, relata.

La partida que cede la Intendencia es coordinada por un grupo de logística de ollas y merenderos que son los que llevan adelante la organización y coordinación de las ollas en la zona. ”en la actualidad funcionan siete ollas y tres merenderos, dos en Las Vegas Norte, uno en San Luis Norte, una en San Luis Sur, una en Estación Floresta, una en Costa Azul, y una en Santa Ana,que abarca desde el kilómetro 70 al 80 de la Interbalnearia”, explicó Tramontina.

Pero la realidad de las ollas se está modificando con el tiempo, “ante la llegada de la temporada estival se ha notado cierta reactivación laboral en el territorio. El comité de emergencia resolvió discontinuar el funcionamiento de las ollas y de los merenderos, desde diciembre a marzo en primera instancia, durante este período de receso se pasará a entregar canastas atendiendo a los vecinos que acuden a las ollas”, finalizó María Noel Tramontina.

Una realidad muy similar se presenta en el Municipio de Salinas, los datos proporcionados por la Alcaldesa del Municipio Shirley Núñez quien junto a su equipo de trabajo se encargó personalmente de tratar de resolver tan difícil situación, recorriendo merenderos y ollas populares y hasta cocinando en las mismas conjuntamente con el equipo conformado por Marila Lopez, Soledad Rodriguez, Lujan De Souza y Mercedes Tierno.
En una actividad realizada con los vecinos de la zona y organizaciones sociales, que involucran huertas orgánicas, merenderos y las ollas populares explicó a EL POPULAR que “la situación de las ollas populares y las partidas que el Municipio ha implementado es, conjuntamente con el esfuerzo de todo un equipo (casi todas mujeres), para poder enfrentar la situación de vulnerabilidad que viven muchas familias, para pensar juntas las demandas y las necesidades de la zona”.

Se tuvo que recortar presupuesto en otras áreas para poder destinar partidas de dinero en las ollas populares y enfrentar de forma inmediata la situación de pobreza y desempleo territorial, ya que muchos de los que asisten a las ollas son trabajadores de la pesca y feriantes afectando principalmente a familias numerosas.

En el caso de Salinas también se trabaja desde el Comité de Emergencia, en la participación de la gente, “en algunos lugares se da más que el plato de comida, se trabaja en el intercambio, así como con experiencias para realizar hornos de barro para el funcionamiento de una de las ollas en Pinamar Norte. “Las ollas comenzaron con cada uno llevando algo, vecinos que traían alimentos y colaboraban, la demanda comenzó apenas arrancó la pandemia”, nos comentan desde el Municipio.

Pero no solo se atendió la necesidad alimenticia, sino que al haberse agudizado el tema de violencia intrafamiliar se realizaron talleres de violencia de género, trabajando conjuntamente con el INAU, y se entregaron libros que fueron donados algunos de ellos por el escritor Ignacio Martinez y fueron entregados los hijos de las familias que asisten a las ollas populares.

“Todo este esfuerzo que se volcó a las ollas populares fueron por vecinos voluntarios, también se trata de generar conciencia en el mismo colectivo que va a buscar las viandas, que puedan autogestionar su olla, como se dio en el caso de la olla de Neptunia en que Vanesa “la porteña” y “el vasco” su compañero tomaron la responsabilidad de trasladar la olla popular que funcionaba en el Club Neptunia a su casa.

En el mismo sentido también se consultó a Ruben Moreno de Colonia Nicolich quien contó que en estos momentos “funcionan seis ollas y seis merenderos, gestionadas por los vecinos, en diferentes puntos del territorio, a la vez que también hay un grupo de ollas y merenderos para trabajar en colectivo”.

“Se incorporó a la gente que va a la olla a las huertas para levantar la autoestima e ir generando conciencia”, destaca.

En cuanto al gobierno nacional destacó que aún no se ha recibido ningún tipo de apoyo, si bien solicitaron un listado de ollas y merenderos.

“Todo se sostiene con dinero de comunas y del municipio, realizándose dichas compras en la zona, justamente para insertar también a los pequeños comercios de la zona. Durante mucho tiempo también hubo canastas pero por ahora solo están funcionando con apoyo del municipio”,agregó Moreno.

El SUNCA solidario

El año 2020 el mundo se vió sacudido por una pandemia, una crisis sanitaria global debido a la aparición de un nuevo virus, el COVID – 19.

A Uruguay llegaron los primeros casos en el mes de marzo, lo que llevó a que se impusieran ciertas medidas: cambios culturales, sanitarios y económicos. El primer mes había más de 90.000 trabajadores en el seguro de paro, y esto fue en aumento llegando al día de hoy a más de 200.000 trabajadores en seguro de desempleo y una pérdida progresiva de puestos de trabajo.

Debido a esta situación el Sindicato Único Nacional de la Construcción y Anexos (SUNCA) resolvió en mayo aportar a las ollas solidarias por un periodo de 3 meses. En Montevideo se aportaron semanalmente verduras a 50 ollas ubicadas en distintos barrios de la capital. En el interior del país también se hizo lo mismo por intermedio de las intersindicales con un monto de dinero mensual durante 3 meses.

En Montevideo el monto total aportado durante los meses de mayo, junio y julio fue de 300 mil pesos y en el interior en el mismo periodo se aportó para 10 plenarios intersindicales la suma de 15 mil pesos para cada uno.

Hoy en día en Montevideo hay alrededor de 50 ollas populares que funcionan a diario y unas 30 que funcionan los fines de semana, lo que determina una disminución en la cantidad de ollas funcionando. Esto se debe a las pocas donaciones que se realizan hoy en día, es por eso que en el plenario de delegados departamentales del SUNCA en el que participaron cerca de 300 compañeros, se lanzó una campaña para juntar alimentos para de esta manera lograr mantener las mismas en funcionamiento. La entrega a las distintas ollas se coordina con la coordinadora de ollas populares.

Las consecuencias de la pandemia siguen golpeando fuerte a la clase trabajadora y a los sectores más desprotegidos por lo que es de suma importancia seguir organizando el pueblo para poder generar mejores condiciones para los más vulnerados.

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