Reprimir para doblegar a los trabajadores

El escenario de tensión que se vivió la pasada jornada debido al accionar policial ante la pacífica manifestación de los trabajadores del Sindicato Único Nacional del Transporte de Carga y Ramas Afines (SUTCRA), provocó que el máximo dirigente de la central obrera uruguaya, Marcelo Abdala, intermediara para que, mediante el diálogo con las autoridades policiales, se descomprimiera una situación que, por momentos parecía iba a desbordarse.

Se trata, en menos de un mes, del segundo accionar policial que pone en marcha la aplicación “a rajatabla” de la Ley de urgente Consideración (LUC).

Anteriormente, una manifestación de trabajadores del transporte interdepartamental, fue brutalmente reprimida por las fuerzas policiales, quienes, con el mismo argumento de la “libre circulación”, emplearon contra los manifestantes, balas de goma y gases.

Los defensores del accionar policial, entre los que se destaca, en primer término, el presidente de la República y sus acólitos en el ministerio del Interior, han expresado que lo que importa es el cumplimiento de la ley y la libre circulación.

El argumento de que los trabajadores impedían con su accionar la circulación no es de recibo en ninguno de estos dos casos.

Los trabajadores del SUTCRA no estaban impidiendo el acceso al puerto, y ello es así, aunque no más sea porque dicho puerto tiene tres accesos, de modo que no puede afirmarse que la movilización impedía que se circulara o entrara al puerto de Montevideo.

Más allá de la verborragia a la que nos tiene acostumbrado el director de Convivencia del ministerio del Interior, personero del gobierno sobre quien pesan varias acusaciones por su accionar violento e irrespetuoso, el mandato de la fiscalía a las fuerzas policiales no incluía que se impidiera la manifestación, sino que, se asegurara el acceso y para ello lo que se imponía era el diálogo lo que, a todas luces, si nos remitimos a los videos que circulan, no sucedió.

Tal y como señaló Marcelo Abdala al portal del PIT-CNT, lo que la fiscalía resolvió fue que se garantizaran los derechos de las partes involucradas, pero no el desalojo.

«No es función de la fiscalía decidir el procedimiento policial», aclaró Abdala, “el desalojo fue una decisión que partió del propio Ministerio del Interior”.

Los niveles de violencia policial cesaron, toda vez que el dirigente se hizo presente en el lugar e intermedió para que predominara el diálogo que es, lo que cualquiera, con dos dedos de frente, puede interpretar que significaba la resolución de fiscalía, en tanto y en cuanto dictaminó se aseguraran los derechos de todas las partes involucradas.

Al decir del portal de noticias del PIT-CNT, “los hechos que acontecieron este mediodía, en medio de un reclamo sindical, encendió luces de alerta y la rápida mediación del presidente del PIT-CNT, Marcelo Abdala, junto con las y los integrantes de la Mesa Representativa”, quienes “mitigaron lo que pudo ser una instancia represiva extremadamente compleja”.

Este accionar represivo fue denunciado en la conferencia de prensa, donde integrantes del Secretariado Ejecutivo denunciaron y rechazaron la acción represiva del Ministerio del Interior contra la manifestación pacífica de trabajadoras y trabajadores del Sindicato Único del Transporte de Carga y Ramas Afines (SUTCRA).

Con respecto a lo acontecido, el SUTCRA denunció, «la represión desmedida, los golpes, el esposamiento, el arrastrar compañeros por el piso, son expresiones que nos retrotraen a épocas oscuras de nuestra historia más reciente y de las cuales, la unidad, la solidaridad y la resistencia en la lucha de los trabajadores organizados, supimos darle respuesta para salir adelante».

En la conferencia de prensa realizada sobre las 18:330 horas del miércoles desde la central obrera, Daniel Diverio, integrante del Secretariado Ejecutivo, remarcó “que los hechos acontecidos causaron enorme preocupación por el escenario que se está viviendo”.

El dirigente no dudó en enfatizar que la respuesta que se observa ante los planteos sindicales, «no es una mesa de negociación, ni la búsqueda de diálogo, sino una brutal represión».

Una represión que, como hemos visto, por los dichos de los máximos jerarcas del gobierno, con el presidente a la cabeza, han sido calificadas como “las nuevas reglas del juego”.

Luego de un largo período de construcción y diseminación del relato descalificatorio y antisindical que ha venido desarrollando el gobierno herrerista, los tozudos hechos nos muestran cómo, sin dudarlo, ante un posible escenario de victoria el próximo 27 de marzo, accionarán incrementando la violencia y la represión.

A fin de cuentas, no es la primera vez que lo hacen y aunque sepan, como destacó Sergio Sommaruga, integrante del Secretariado Ejecutivo del PIT-CNT en la conferencia de prensa de ayer, «lo que sucede es que cuando se nos empuja de manera sistemática a la precarización laboral, nuestra conciencia está llamada a defendernos». 

Es justamente, doblegar ese espíritu de lucha lo que el herrerismo de hoy pretende alcanzar, parece que la historia de resistencia del movimiento obrero uruguayo no les resulta una evidencia suficiente y contundente y ante ello no queda más que decir, en buen yoruga, «suerte en pila».

Rolando Arbesún

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