Soberanía tecnológica: la respuesta de Cuba a la pandemia en medio del bloqueo económico de Estados Unidos

Se trata de investigaciones de nuevos tratamientos y tecnologías médicas que serían utilizadas para prevenir y combatir la enfermedad, 11 de estos proyectos ya se encuentran en fase de “estudios clínicos o en ensayos de intervención en pacientes y grupos vulnerables”.

Este martes, el diario Granma ha informado de la apertura de un nuevo ensayo clínico, a partir del cual se “determinará la evaluación del efecto y seguridad del tratamiento por vía nasal y sublingual con el fármaco CIGB2020, en personas que han sido contactos o sospechosos de infección por coronavirus SARS-COV-2”.

La información, dada a conocer por el medio de prensa, procede del Registro Público Cubano de Ensayos Clínicos.

Granma señala que, de acuerdo al “sitio web del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB), el ensayo clínico controlado y aleatorizado, cuyo promotor principal es esa institución, ha sido aprobado por el Centro para el Control Estatal de Medicamentos, Equipos y Dispositivos Médicos (Cecmed)”.

El cigb2020, nombrado Inmunopotenciador, ha mostrado su efectividad al ser aplicado “a personas confirmadas con la COVID-19”, ya que limita “el progreso de la afección hasta estadios de mayor complejidad y gravedad”.

Según, la información del Registro Público Cubano de Ensayos Clínicos, “el estudio se realizará en sujetos asintomáticos, mayores de 60 años, y evaluará el tiempo de la aparición de síntomas de infecciones por SARS-COV-2, enfermedades gripales u otros síndromes febriles, así como apreciará la naturaleza y duración de esas sintomatologías e identificará eventos adversos”.

Para la realización del ensayo se utilizará una muestra de 1.440 personas, previendo que el mismo concluya.

Los investigadores, esperan que “el tiempo medio de aparición de síntomas respiratorios con el uso del CIGB2020 supere al tiempo medio sin el uso de este en el grupo control”.

Según explicó, Vicente Vérez Bencomo, director general del Instituto Finlay de Vacunas, “el CIGB2020 es capaz de estimular la inmunidad de la persona a nivel local, donde se halla la puerta de entrada del virus al organismo”.

Por su parte, el doctor Eduardo Martínez Díaz, presidente del BioCubaFarma, afirmó que “el fármaco impide que el virus sobrepase el sistema inmune del organismo y, a la vez, logra un equilibrio en la inmunidad natural o innata, lo que contribuye a salvar vidas y otros notables beneficios en grupos de riesgo”.

El paso a este tipo de ensayo clínico, señala la voluntad del gobierno de la isla, de producir su propia tecnología farmacológica y asegurar con ello, una respuesta integral en el enfrentamiento y tratamiento de los diferentes efectos del Covid-19.

“Cuando hace un año la COVID-19 llegó a Cuba”, destaca Granma, “las alarmas se dispararon ante imágenes aterradoras que mostraban terapias intensivas del primer mundo colapsadas por la cantidad de contagiados. Llegaban noticias de escasez de dispositivos para diagnosticar la enfermedad y de lugares donde se escogió ventilar a un joven porque el anciano tenía pocas posibilidades de sobrevivir y no sobraban los ventiladores pulmonares”.

Entre este panorama y el cerco económico de Estados Unidos, el país decidió apostar “al ingenio de su gente”, la apuesta a “la soberanía tecnológica” fue, como recalca el medio de prensa, “con todas las cartas” y fue lo que permitió que 12 meses se tuvieran “cinco candidatos vacunales contra el SARS-COV-2, y varios equipos y dispositivos médicos para enfrentar su virulencia”.

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