“Empezando de inmediato, nuestras Fuerzas Armadas y policiales se sentirán con fuerza en las calles porque estamos decretando el estado de excepción en todo el territorio nacional”, anunció la pasada jornada del lunes el mandatario ecuatoriano en una alocución transmitida por el canal estatal EcuadorTV.
En la ocasión Lasso exhortó a los efectivos militares y policiales a cumplir con la orden “con la valentía que los caracteriza”.
“Este Gobierno indultará a todos aquellos que hayan sido injustamente condenados por haber cumplido con su labor”, agregó el mandatario, quien recalcó que “en las calles del Ecuador hay un solo enemigo: el narcotráfico”.
La medida dispuesta por el presidente de Ecuador será por 60 días y de acuerdo al decreto emitido obedece a lo que se calificó como “estado de conmoción interna”.
De acuerdo a los datos oficiales, entre enero y octubre del presente, se han registrado en el país un total de 1.900 homicidios intencionales (11 por cada 100.000 habitantes), lo que significa un incremento respecto al 2020, cuando se produjeron cerca de 1.400 homicidios.
En lo que se refiere a los decomisos de drogas, los datos oficiales reportan que, entre enero y octubre de este año se había arribado a la cifra record de 147 toneladas contra las 128 toneladas decomisadas el pasado año.
Para el mandatario, la situación de conmoción respecto al narcotráfico se revela no solo “en la cantidad de droga consumida en nuestro país, sino, en la cantidad de crímenes que hoy tiene relación directa o indirecta con la venta de estupefacientes”.
Consultado por la agencia de noticias alemana DW, el experto Jorge Vicente Paladines, profesor de la Universidad Central del Ecuador, sentenció que las medidas adoptadas “eran estériles”.
Consultado por las medidas anunciadas, Vicente Paladines afirmó “que el presidente Lasso había señalado que hay un desbordamiento de la actividad delictiva, lo que implica que el Estado de Derecho, o al menos el marco del estado de Derecho se siente incapaz de responder en una situación de normalidad frente a la delincuencia”.
Respecto a la medida de estado de excepción señaló que se trata de una medida que contradictoriamente se enfrenta a un programa y una política de seguridad ciudadana y lucha contra la criminalidad, “esta medida del estado de excepción paradójicamente surge cuando hay una existencia de movilizaciones sociales (…) actores sociales insatisfechos con las políticas o con las recetas neoliberales del gobierno, entre ellos el escándalo Pandora Pappers (…) y por supuesto la visita del Secretario de Estado de los Estados Unidos”.
Para el experto, las medidas adoptadas no señalan claramente cuáles serían los derechos que se suspenden, “pero implícitamente el sacar el Ejército a las calles pone de facto la imposibilidad de transitar o de una existencia de protestas sociales”.
Vicente Paladines, no dudó en calificar las actuales medidas de “soluciones como palo de ciegos, son soluciones estériles”, para el profesor de la Universidad Central, “esto tiene que tratarse atendiendo los problemas o las causas estructurales que está llevando el Ecuador en una especie de juego geopolítico del mercado y de la posición geopolítica de las drogas”.
Finalmente, el entrevistado insistió que había en el país una agudización de la pobreza y de la pobreza extrema, así como un importante problema migratorio que ni siquiera será tratado con el Secretario de Estado norteamericano ya que “la agenda prevista es para tratar la migración de haitianos y venezolanos, pero dónde están los cientos de miles de ecuatorianos que están saliendo hoy despavoridamente del Ecuador cruzando las fronteras de México y Estados Unidos (…) ese no es un tema que se discute”, enfatizó Paladines quien recalcó que estos fenómenos solo pueden ser explicados como efectos de las políticas que desarrolla el país y que no aportan a la solución de los verdaderos problemas de los ciudadanos.
Rolando Arbesún