Ho Chi Minh habla hace 75 años ante una multitud. Foto PL.

Vietnam siempre victorioso

A 75 años de la independencia de Vietnam proclamada por Ho Chi Minh.

Por Mariela Pérez Valenzuela (*)

A 75 años de la declaración de Independencia de Vietnam, ese país donde se mezclan lo histórico y lo moderno en perfecta armonía, es una nación 10 veces más hermosa, como prometió el líder de la Revolución Ho Chi Minh el 10 de mayo de 1969.

“Nuestros ríos, nuestras montañas, nuestros hombres siempre quedarán. Derrotados los yanquis, construiremos una Patria diez veces más hermosa’. ‘…. Nuestra Patria será reunificada. Nuestros compatriotas del Norte y del Sur se reunirán bajo el mismo techo”, escribió a sus 79 años, pocos meses antes de fallecer.
El 2 de septiembre de 1945, ante cientos de miles de personas que en representación del pueblo se congregaron en la plaza de Ba Dinh, en la actual ciudad de Hanoi, el presidente Ho Chi Minh leyó la Proclamación de la Independencia, declarando el nacimiento de la República Democrática de Vietnam.
“Un pueblo que se ha opuesto con coraje a la esclavitud impuesta por los franceses durante más de 80 años, un pueblo que resueltamente se ha puesto del lado de los aliados contra los fascistas durante los últimos años, debe ser libre e independiente”, expresó el máximo inspirador de los heroicos combatientes que jamás se dejaron amilanar frente a ejércitos más poderosos.
Fue ese un documento político que ponía fin a casi un siglo de lucha y de resistencia contra el colonialismo francés.
Sin embargo, al finalizar la Segunda Guerra Mundial, París intentó recuperar su dominio sobre la península indochina ocupada anteriormente por los japoneses. En respuesta a la proclamación de independencia de Vietnam, en diciembre de 1946 la nación europea inició intensos bombardeos, asesinando a miles de civiles.
Tal situación radicalizó el patriotismo de los vietnamitas contra la injerencia extranjera.
Bajo el liderazgo del Partido Comunista, lucharon durante ocho años contra un agresor opuesto a reconocer su soberanía, hasta que en marzo de 1954 sufrió una gran derrota en la batalla de Dien Bien Phu, que puso fin a casi un siglo de colonización.
Ese propio año el país fue dividido en el Norte (bajo el mando del Tío Ho) y el Sur, cuyo gobierno títere recibía la ayuda directa de Washington. Se dice que para 1965 había unos 500 mil soldados estadounidenses en esa zona.
Estados Unidos no tuvo un ápice de piedad durante la guerra desigual de casi dos décadas. Organismos internacionales calculan entre tres y cinco millones los vietnamitas fallecidos, la mayoría civiles, a lo que hay que añadir los daños ambientales y a la salud humana causados por las armas químicas utilizadas por el país norteño.
La toma de Saigón por las fuerzas revolucionarias forzó la rendición del Sur y de Estados Unidos, naciendo la República Socialista de Vietnam el 2 de julio de 1976, después de una cruda guerra de resistencia.
A la potencia norteña, sus poderosos equipos bélicos y millares de soldados no le valieron para ganar la contienda. Más bien perdieron de manera vergonzosa. El estadounidense era un ejército desmoralizado por el arrojo y la inteligencia demostradas por los vietnamitas, cuya lucha se asentaba en la justeza de su causa.

Vietnam construye una sociedad próspera, democrática y justa

Para los vietnamitas que vieron destruidos sus entornos mas amados por el odio del imperialismo norteamericano, que sufrieron la muerte de un familiar durante la guerra, que sintieron las bombas caer y el hambre en los rostros de sus niños, las huellas de ese pasado cruel son imposibles de borrar.
Sin embargo, supieron restañar las heridas de la guerra y cumplir con el compromiso hecho con el presidente Ho Chi Minh y con los valerosos combatientes caídos de construir un Vietnam hermoso y desarrollado
Vietnam edifica hoy una sociedad próspera, democrática y equitativa. El proceso de Renovación o ‘Doi Moi’ que se implementa en el país desde 1986 – economía de mercado ajustada a las necesidades del país con orientación socialista- es vital en la reconstrucción de una nación que a fuerza de mucho trabajo de sus hombres y mujeres deviene una de las economías más fuertes del Sudeste asiático, con avances importantes en diferentes sectores claves y con significativos logros en los indicadores sociales.
De un país eminentemente agrícola pasó a ser una nación industrializada, con un crecimiento económico considerado uno de los más altos de Asia, 7.02 por ciento el año pasado.
El fuerte progreso tecnológico convirtió a Vietnam en campo fecundo para la expansión de nuevas empresas; en el ámbito manufacturero, el sector de textiles y confecciones constituye el segundo renglón de exportación, en tanto es el cuarto mayor exportador de calzado.
Mientras, el sector agropecuario se mantiene como uno de los puntales de la economía nacional, teniendo como principales productos el arroz, la caña, frutas, vegetales y té.

Indicadores sociales muestran resultados alentadores

Vietnam hizo suyos los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que los líderes mundiales se comprometieron a cumplir para 2030, relacionados con la eliminación de la pobreza, la protección del planeta, la garantía de la salud y el bienestar de la población, el acceso a la educación con calidad, el desarrollo de las energías renovables y la edificación de ciudades sustentables, como parte de una agenda de desarrollo mucho más amplia, con 17 objetivos y metas específicas.
Mucho antes, el país había consumado cinco de los ocho Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), que los Jefes de Estado y de Gobierno de 189 países se comprometieron a finalizar para 2015 y que pocos lograron.
Una muestra de su desarrollo es que en dos décadas el índice de pobreza disminuyó de 58 por ciento en el año 1993 a 5,97 por ciento en 2014; todos los niños tenían acceso a la enseñanza primaria en 2002, y los índices de mortalidad materna e infantil disminuyeron considerablemente.
Hoy, el 94 por ciento de la población está alfabetizada y la esperanza de vida es de 72 años.
Con la dirección del Partido Comunista se ha logrado elevar el Índice del Desarrollo Humano en Vietnam, cuya población ronda los 90 millones de personas, aunque el gobierno reconoce que aún queda mucho por hacer principalmente en las zonas rurales para mejorar las condiciones de vida, en especial en las minorías étnicas. De ahí que se ejecuten proyectos de desarrollo local y a nivel nacional que contribuyen a reducir la brecha entre las regiones del país.
Este 2 de septiembre, como los últimos desde que Vietnam alcanzó su definitiva independencia en 1976, los niños no tendrán motivos para llorar y las familias podrán reunirse con la absoluta confianza de que ningún avión enemigo sobrevolará el espacio aéreo. Este es un día de recordación y celebración, en un país que crece y se desarrolla a un ritmo vertiginoso.

(*) Periodista cubana, corresponsal de Prensa Latina en Vietnam. Tomado de Prensa Latina y del blog https://marielaperezvalenzuela.wordpress.com

 

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