El PIT-CNT se apresta a dar hoy un paso más, importante, en la pelea por obtener recursos para enfrentar la emergencia de la pobreza infantil en nuestro país y, al mismo tiempo, enfrentar los crecientes niveles de desigualdad que presenta nuestra sociedad hoy.
Este viernes la Mesa Representativa de la central obrera considerará y aprobará una propuesta concreta para gravar al 1% más rico de la población y obtener recursos significativos. Haciendo honor al legado artiguista de que los más infelices sean los más privilegiados y al principio ético de que deben contribuir más con la sociedad y la solución de sus problemas quienes más tienen.
La propuesta es el resultado de meses de trabajo de un equipo de economistas y expertos tributarios, constituido para elaborar una propuesta que permitiera darle nueva fuerza al debate abierto en nuestra sociedad y hacerlo más concreto.
La propuesta busca, además, responder a las críticas realizadas desde sectores del poder señalando que la iniciativa es impracticable, no se puede concretar.
Los detalles de la propuesta, sus componentes más finos, serán dados a conocer luego de su aprobación y en EL POPULAR nunca practicamos el ejercicio de adelantarnos a las resoluciones que las organizaciones populares democráticamente deben adoptar. Respetamos sus tiempos y sus procedimientos. Así que el anuncio concreto lo hará el PIT-CNT, como debe ser.
Todo indica que se iría por el camino de fortalecer tributos ya existentes y no crear nuevos y que se buscaría progresividad en el gravamen. Esto por las declaraciones en los meses pasados de varias y varios de los expertos que han trabajado en la propuesta y porque no buscaron inventar nada, se basaron en estudios nacionales, que hay muchos y muy sólidos y también en estudios y experiencias internacionales. Como adelantaron en charlas varios de los economistas que trabajaron en la elaboración de la propuesta se buscaría modificar la tasa del Impuesto al Patrimonio de las Personas Físicas.
El diseño de una medida tributaria siempre es importante, le da concreción a las ideas y materializa lo que, hasta que se elabora una medida concreta, es una potencialidad.
Pero siento todo lo anterior cierto, no lo es menos que lo central de esta iniciativa que el PIT-CNT lanzó en el acto del 1º de Mayo, recogiendo planteos de la Academia, en realidad de expertos de la Universidad de la República, y que recibió el apoyo de organizaciones populares y de sectores y bases frenteamplistas, es haber colocado en el centro del debate público la desigualdad.
El senador de la 1001 y el Frente Amplio, Oscar Andrade, que ha recorrido el país promoviendo esta iniciativa y la necesidad de abrir un debate, destacó en estos días, en una entrevista con Montevideo Portal, que Uruguay “tiene un problema grave con la desigualdad”.
Andrade ejemplificó su afirmación en que mientras 1 de cada 2 niños y adolescentes viven en viviendas con algún grado de precariedad, los depósitos en el exterior crecieron hasta 62 mil millones de dólares y la sociedad uruguaya hace un enorme esfuerzo, con renuncias fiscales gigantescas, de hasta 6 puntos del PBI, lo que es el doble del promedio de la región, que benefician a un sector de la sociedad y se preguntó: “¿Ese sector no tiene espacio para aportar un poco más?”.
Ese es el centro de la discusión. Con la pobreza infantil, con la pobreza en general y con todos los problemas de la sociedad. La pregunta es: ¿Cuánta desigualdad estamos dispuestos a tolerar?
Hay que discutir la desigualdad, denunciar la pobreza, pero también su contracara, la concentración de la riqueza y el poder. No se puede mirar la desigualdad solo desde abajo, hay que mirar el arriba y su composición.
En Uruguay, el 1% más rico se queda, aproximadamente con el 40% de la riqueza. En estos últimos años los depósitos en el exterior pasaron de 27 mil millones de dólares a 62 mil millones de dólares, casi un PIB anual entero. Las herencias siguen teniendo un peso enorme en la conformación de la riqueza, explican aproximadamente un tercio de esta. La renta derivada de la propiedad de la tierra también sigue teniendo un peso enorme para explicar la riqueza y su concentración.
Y todo esto en un país donde un tercio de los niños está en la pobreza; 4 de cada 10 tienen problemas de seguridad alimentaria en los barrios de contexto crítico y la mitad de las y los niños y adolescentes vive en situación de precariedad habitacional.
A estos datos dramáticos, que deberían avergonzarnos como sociedad, se le puede sumar uno que de una perspectiva más general: más de 500 mil uruguayas y uruguayos ganan menos de 25 mil pesos por mes en su trabajo; mientras el 1% más rico, el que se propone gravar más, tiene 15 mil dólares de ingresos mensuales promedio.
Ese es el debate que hay que dar. Con convicción, con fuerza, con argumentos.
Este debate, además, como lo señalábamos en nuestra edición anterior, no es exclusivo del Uruguay, ni por aproximación. Un informe de un grupo de expertos a nivel mundial, encargado nada menos que por el G20, encabezado por el Premio Nobel de Economía, el estadounidense Joseph Stiglitz, concluyó que el mundo vive “una emergencia de desigualdad”.
Denunció que el 1% más rico del mundo se quedó con el 41% de la riqueza generada entre los años 2000 y 2024, mientras que el 50% más pobre de la población solo obtuvo el 1%. Un escándalo.
Se trata entonces de dar la discusión con argumentos, con iniciativa y con movilización ciudadana.
No se puede vivir en un país y en un mundo donde el 1% más rico concentra niveles obscenos de riqueza y de poder, se trata de reivindicar los derechos del otro 99%, es decir de la inmensa mayoría de la humanidad.
A esa batalla ética, cultural, ideológica, social, política, contribuye la propuesta que aprobará el PIT-CNT y que propondrá a todo nuestro pueblo como bandera de lucha y construcción de dignidad.






















