«4 de cada 10 niños, niñas y adolescentes (39,3 %) de 2 a 14 años de edad fueron sometidos a algún método violento de disciplina en el último mes», dice el informe publicado por Unicef.
El organismo internacional publicó una encuesta sobre la prevalencia del uso de disciplina violenta y la exposición a la violencia contra la mujer en la infancia y la adolescencia (2025) en Uruguay.
En Uruguay no se produce información periódica y sistemática sobre la prevalencia de la violencia hacia niños, niñas y adolescentes en distintos ámbitos. Esta carencia de datos actualizados limita la posibilidad de diseñar e implementar políticas públicas eficaces que garanticen entornos seguros para la infancia y la adolescencia.
Los datos más recientes sobre la prevalencia de la violencia en el hogar provienen de la Encuesta de Indicadores Múltiples por Conglomerados (MICS), realizada en 2013 por UNICEF y el Ministerio de Desarrollo Social, así como de las Encuestas de Violencia basada en Género y Generaciones de 2013 y 2018, elaboradas por el MIDES y el Instituto Nacional de Estadística. Por su parte, las Encuestas de Nutrición, Desarrollo Infantil y Salud (ENDIS) han aportado información sobre el uso de métodos de disciplina violentos, aunque se centran exclusivamente en la primera infancia (niños y niñas de hasta 5 años).
Con el objetivo de contar con datos actuales y comparables, UNICEF realizó una nueva encuesta sobre la prevalencia de la violencia en el hogar. Este relevamiento permite conocer la situación actual de los niños, niñas y adolescentes en relación con estas formas de violencia, 12 años después del primer relevamiento a escala nacional.
Aunque los datos recientes muestran una disminución respecto a años anteriores, el uso de disciplina violenta hacia la infancia en el hogar sigue afectando a un número muy significativo de niños, niñas y adolescentes en Uruguay.
Cifras que preocupan
4 de cada 10 niños, niñas y adolescentes (39,3 %) de 2 a 14 años de edad fueron sometidos a algún método violento de disciplina en el último mes por su madre, padre u otros miembros adultos del hogar. Esto equivale a 222.000 niños, niñas y adolescentes aproximadamente.
1 de cada 3 niños, niñas y adolescentes de entre 2 y 14 años es víctima de algún tipo de agresión psicológica por parte de personas adultas de su hogar. El 33 % sufrió gritos y el 6 % fue víctima de insultos o expresiones de descalificación y/o desvalorización.
El 16,1 % de los niños, niñas y adolescentes de entre 2 y 14 años ha sido víctima reciente de algún tipo de agresión o castigo físico por parte de su padre, madre u otros miembros adultos del hogar. El 10% le dio una palmada, lo/la golpeó o lo/la palmeó en la cola solo con la mano. El 7% lo/la sacudió. El 1% lo/la golpeó en la cola o en otra parte del cuerpo con un objeto. El 2% lo/la golpeó o le dio una palmada en la mano, en el brazo o en la pierna. El 2% lo/la golpeó o le dio una palmada en la cara, en la cabeza o en las orejas. El 0,2% le dio una paliza; es decir, le pegó una y otra vez lo más fuerte que pudo.
El 37,8 % de las personas responsables del cuidado (tanto varones como mujeres) reporta haber empleado en el último mes algún método violento de disciplina con los y las adolescentes de 15 a 17 años a su cargo.
La aplicación de algún método de disciplina violenta es levemente más frecuente con los niños que con las niñas. Entre los adolescentes de entre 15 y 17 años, aunque el número de casos de la muestra no permite hacer desagregaciones precisas, existen indicios de que el uso de cualquier método de violencia es más común con los varones que con las mujeres.
Los resultados de la encuesta muestran que, en Uruguay, el 18,3 % de los niños, niñas y adolescentes (casi 1 de cada 5) viven en hogares donde su madre u otra mujer a cargo de su cuidado ha sufrido violencia de su pareja o expareja en los últimos 12 meses.
Si bien Uruguay ha logrado reducir la prevalencia de la disciplina violenta, la persistencia de estas prácticas y la alta exposición a la violencia de género evidencian que aún persisten creencias y pautas culturales que las sustentan.
INFORME COMPLETO:
Fuente UNICEF





















