Luego de conocerse la aprobación en el Parlamento israelí de un proyecto de ley que deja sin efecto el Plan de Desconexión de 2005, lo que permite a Israel legitimar el levantamiento de cuatro colonias en el norte de Cisjordania, el Ministerio de Relaciones Exteriores y Expatriados denunció y repudió lo aprobado.
La decisión, señala el documento palestino, es un paso más “hacia la legalización de muchos puestos de avanzada” que ya se encuentran ubicados en la región.
A pesar del rechazo de estas colonias tanto por parte de Naciones Unidas, como de muchos países que “califican de ilegales todas las colonias israelíes en la Ribera Occidental y Jerusalén oriental, las autoridades de Tel Aviv distinguen entre las autorizadas y las que no”, consignó hoy la agencia de noticias Prensa Latina.
Muchos de estos puestos de avanzada, han sido definidos como futuros asentamientos y son levantados “por sectores y grupos ultraderechistas” que no cuentan con el consentimiento del Gobierno.
De acuerdo a la Cancillería palestina criticó la iniciativa “conduce al saqueo de más tierras, la profundización de las colonias y a la expansión de las bases del terrorismo judío en los territorios ocupados”.
El proyecto, además, constituye “una peligrosa escalada de la situación y un desconocimiento de los esfuerzos realizados por diversos países para reducir la tensión”, agrega el texto.
Ante esta situación, la cancillería palestino hace un “llamado a la comunidad internacional, y a Estados Unidos en particular”, para que presione a Israel a desistir del proyecto .
Ha sido, señala el comunicado, “la continua impunidad de ese país” la que “empuja a sus dirigentes a intensificar sus medidas unilaterales ilegales, que ahora amenazan con desatar un conflicto”.