Año 2024 cerró con cifra record de desplazados internos

En 2024, el número de desplazados internos alcanzó los 83,4 millones.

Se trata, de acuerdo al Informe Global sobre Desplazamiento Interno de “la cifra más alta jamás registrada”.

El Informe que es publicado por el Observatorio de Desplazamiento Interno (IDMC, por sus siglas en inglés), señala que la cifra es el equivalente “a la población de Alemania y es más del doble que la de hace sólo seis años”.

“El desplazamiento interno”, explicó Alexandra Bilak, directora del IDMC, “es un fenómeno en el que chocan los conflictos, la pobreza y el clima, y que golpea con mayor dureza a los más vulnerables”.

En su valoración de las cifras, Bilak subrayó que las “últimas cifras demuestran que el desplazamiento interno no es sólo una crisis humanitaria; es un claro reto político y de desarrollo que requiere mucha más atención de la que recibe actualmente”.

El reporte detalla que “casi el 90% de los desplazados internos”, equivalente a “73,5 millones de personas, han sido desplazados por conflictos y violencia, lo que supone un aumento del 80% en seis años”.

“A finales de 2024”, se describe en el Informe, “diez países tenían más de 3 millones de desplazados internos por conflictos y violencia, el doble que hace cuatro años”, al tiempo que “el número de países que informan de desplazamientos tanto por conflictos como por catástrofes se ha triplicado desde 2009”.

“El desplazamiento interno rara vez aparece en los titulares, pero para quienes lo viven, el sufrimiento puede durar años. Las cifras de este año deben servir de llamada de atención a la solidaridad mundial”, dijo Jan Egeland, secretario general del Consejo Noruego para los Refugiados.

El hecho de que muchas personas hayan “tenido que huir varias veces a lo largo del año a medida que cambiaban las zonas de conflicto”, provoca un aumento de “su vulnerabilidad y obstaculiza los esfuerzos por reconstruir sus vidas”.

De acuerdo a Egeland, “cada vez que se recorta la financiación humanitaria, otra persona desplazada pierde el acceso a alimentos, medicinas, seguridad y esperanza”.

“El coste de la inacción está aumentando, y las personas desplazadas están pagando el precio”, afirmó Bilak, del IDMC quien consideró que “resolver el desplazamiento requiere tanto esfuerzos inmediatos para ayudar a las personas que lo han perdido todo como inversiones para abordar las vulnerabilidades subyacentes, para que las personas no se conviertan en desplazadas en primer lugar”.

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