El presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro Moros, mantuvo una reunión de trabajo con el ex presidente de Colombia Ernesto Samper, quien se encuentra de visita en el país.
Ernesto Samper fue presidente de Colombia entre 1994 y 1998, reemplazando de 2014 al 2017, al venezolano Alí Rodríguez Araque como secretario general de la Unasur.
A lo largo de dicho período, Samper apoyó las iniciativas de diálogo entre el gobierno venezolano y sectores de la oposición.
En esta ocasión, informa el diario Últimas noticias, el objetivo del encuentro es avanzar en el desarrollo de los lazos amistosos entre ambos países e incidir en “el levantamiento de sanciones a Caracas”.
Del encuentro participó además del jefe de Estado y el ex mandatario colombiano, “la vicepresidenta Ejecutiva de la República, Delcy Rodríguez y la primera combatiente Cilia Flores de Maduro y la senadora por el Pacto Histórico, Clara López Obregón”.
La reunión se realiza, recuerda el medio de prensa, a pocos días de haberse anunciado la realización de una Cumbre en Bogotá, impulsada por el presidente Gustavo Petro, que tendrá como participantes a representantes de al menos 15 países y tiene como meta “impulsar la reactivación del diálogo entre delegaciones del Gobierno Nacional y las oposiciones congregadas en la Plataforma Unitaria, un proceso que se ha visto detenido desde noviembre pasado”.
Al defender su propuesta el presidente colombiano Gustavo Petro hizo un llmmamiento para que hubiera “más democracia, cero sanciones”, enfatizando así lo que llamó “el objetivo de la conferencia en Bogotá”.
Tal y como recuerda el medio de prensa local, el pasado mes de diciembre, Maduro y Samper se habían reunido en el Palacio de Miraflores con el firme propósito de “adelantar gestiones que intercedan en favor del diálogo entre el gobierno y la oposición venezolana”, salvaguardando así “el ambiente de paz para su desarrollo”.
En dicho intercambio, Samper le expresó a Maduro la importancia de impulsar “la reconstrucción de un espacio eficaz de concertación suramericana”, signada por “el espíritu de una renovada Unión de Naciones Suramericanas (Unasur)”, la cual debería “hacerse cargo autocríticamente de las deficiencias del proceso anterior”.