Chris Miller quien fuera designado como secretario de Defensa interino del presidente Donald Trump en 2018, publicó un libro donde realiza una serie de apreciaciones sobre el rol de Estados Unidos en los conflictos globales.
El libro titulado “Soldier Secretary”, presenta una perspectiva elaborada por quien es considerado como un experto político de larga trayectoria, marcada por haber ocupado importantes cargos en el Departamento de Defensa.
En el texto. Miller describe sus puntos de vista sobre el papel de Estados Unidos en los conflictos globales, vistos desde la perspectiva de quien ha sido descrito por el diario The Hill, como “un soldado estadounidense que ascendió, brevemente, a la cima del Pentágono a medida que aumentaba su resentimiento hacia el complejo militar-industrial de Estados Unidos”,
En ese sentido, se señala por el medio de prensa local, Miller considera que el complejo militar-industrial estadounidense “se ha convertido en un «monstruo con cabeza de hidra (…) prácticamente sin frenos en la máquina de guerra estadounidense».
En declaraciones al medio de prensa, reseña el portal Misión Verdad, Miller afirmó “que existe una necesidad apremiante de rendición de cuentas en los rangos superiores del Pentágono y con el liderazgo militar por las guerras fallidas en Irak y Afganistán”.
Con una larga trayectoria que incluye los frentes de guerra de Vietnam, Kuwait, Bosnia y Afganistán, Miller señala en su libro que fue durante su segunda misión en Irak “cuando empezaron a brotar las semillas de la duda sobre el complejo militar-industrial de Estados Unidos”,
Las experiencias vividas en dichos frentes lo llevaron a considerar dichas guerras como «sacrificios al servicio de una mentira».
De acuerdo al diario The Hill, fue sobre su última gira en Irak, de 2006 a 2007, cuando Miller expresó su desconfianza en la postura militar del país, en primer lugar, la del “Departamento de Defensa, los contratistas de defensa, los demócratas, los republicanos, los grupos de expertos” e “incluso”, escribe en el libro, de “los principales medios de comunicación” que, con frecuencia “instan a una mayor participación en los conflictos en los que Estados Unidos no tiene por qué luchar»,