Paola Beltrán
El economista Bruno Giometti, que integra la lista 1001, fue entrevistado por EL POPULAR en Radio. Con él hablamos sobre reforma tributaria, desarrollo y el escenario económico y social en el que FA deberá llevar adelante su Programa.
-La 1001 marcá una serie de acentos programáticos, uno tiene que ver con lo tributario, allí se habla de la «riqueza». ¿Cómo podemos explicar el sentido de este acento?
Básicamente ahí lo que planteamos es que la sociedad debería discutir en una perspectiva de todo el quinquenio, no es algo quizás para implementar el 1 de marzo, pero sí es algo para colocar en la agenda de la discusión del conjunto de la sociedad, una reforma tributaria de nuevo tipo que de alguna forma ponga el acento en aquella máxima que viene del gobierno de Tabaré de que pague más el que tiene más.
Nosotros creemos que la reforma de 2007 fue importante, que generó efectos positivos en materia de igualdad la introducción de impuestos progresivos que iban en esa línea, pero creemos que hay que discutir a nivel de la sociedad si hay que hacer nuevas transformaciones.
Hay cuestiones que están planteadas a nivel global que tiene que ver con la imposición mínima a las empresas trasnacionales que de alguna forma te obligan a dar esta discusión, pero también dar la discusión a nivel interno de si los uruguayos creemos que el nivel de desigualdad que existe es adecuado o no. Nosotros creemos que no.
En general ese 1% más rico son los dueños de los grandes capitales que, efectivamente, generan inversión y empleo pero al mismo tiempo también podemos decir que no hay nada que indique que si les exigimos un poquito más de aporte se vayan a ir del país o vayan a generar una situación de crisis económica ni nada por el estilo. Esos recursos permitirían al Estado atender un montón de cuestiones que tienen que ver con la inversión pública social y en esa perspectiva estamos.
Creemos que hay que discutir; esto está en el Programa del FA, una transformación del sistema tributario pensando en que haya un mayor aporte de los grandes patrimonios, de las grandes ganancias, tratar de que al mismo tiempo esto pueda ir en un sentido de aliviar los impuestos a los sectores populares, esto implica, por ejemplo, rebajar el IVA que pagan los bienes de primera necesidad.
Tiene que haber una discusión que se dé a nivel del FA en cuanto a la implementación concreta de estas iniciativas.
-Otro acento programático de la 1001 se vincula con desarrollo. No de cualquier manera, nosotros estuvimos quince años en el gobierno, tuvimos un desarrollo, en una entrevista anterior Constanza Moreira expresaba que la inversión directa UPM en su momento fue importante para apalancar pero que hay que repensar. ¿Qué pensás al respecto?
Exacto, eso también está esbozado en el Programa del FA, se habla de una estrategia nacional de desarrollo. Va en un sentido contrario a la posición que tiene este gobierno actual que es la teoría del «maya oro» y del «derrame». De que el mercado y el capital privado es el que orienta la economía y el Estado ahí no tiene mucho para decir.
Nosotros tenemos una visión distinta; el Estado tiene un papel estratégico en cuanto a la planificación del desarrollo, no quiere decir que el Estado tiene que hacer todo pero sí que el Estado, en conjunto con la sociedad, los trabajadores, los empresarios, la academia, tiene que discutir hacia dónde vamos en ese desarrollo que no es solo crecimiento económico.
(Durante los gobiernos del FA) en algunos aspectos de la matriz productiva quedaron pendientes avances que tendrían que haber sido mucho mayor y que tendremos que encarar de ahora en adelante.
No estar tan concentrados en la producción y exportación de materias primas sin valor agregado o con poco valor agregado, y avanzar más en el desarrollo de esas cadenas productivas hacia adelante y eso sólo se va a lograr si el Estado invierte recursos y orientación en esa dirección. Si lo dejamos a que el mercado resuelva, en Uruguay se va a seguir produciendo madera en rolos, celulosa, carne, arroz y poca cosa más.
Nosotros creemos que esos sectores son importantes porque Uruguay tiene ventajas en que son importantes pero hay que avanzar en las cadenas productivas, agregar valor y no en los retrocesos que se están viendo en estos años en los que se exporta el arroz cáscara en lugar del arroz procesado, se está exportando el cuero sin ningún tipo de procesamiento, estamos como retrocediendo en materia de valor agregado en algunos rubros porque eso es lo que indica el mercado, es la rentabilidad en el corto plazo.
El Estado tiene que orientar a que haya desarrollo en las cadenas productivas, se lo tiene que poner al hombro, invertir en política industrial lo que implica subsidios, incentivos, con contrapartidas adecuadas para que esos sectores se desarrollen y se generen capacidades en nuevos sectores que es importante desarrollar para tener un desarrollo productivo con diversificación. En definitiva eso es lo que asegura que en el mediano y largo plazo tengamos salarios, empleo de calidad. Un poco la idea es esa, plantear un gran diálogo nacional por el desarrollo productivo donde participe la academia, los trabajadores, los empresarios y el gobierno y se den pasos contundentes en ese sentido.
-¿Cómo analizas el escenario político y social para poder desarrollar en el quinquenio estas transformaciones que creemos que son importantes?
Evidentemente el escenario no es sencillo porque hay una acumulación de demandas y de vacíos a nivel de la sociedad que son legítimas y que muchas de ellas implican recursos y los recursos no son infinitos, evidentemente, por más que yo soy de la idea y nuestro sector político tiene es visión, de que los recursos no son una cosa estática sino que se puede discutir su incremento por la vía tanto del crecimiento económico como también por el incremento de los aportes de algunos sectores que pueden aportar un poco más.
Evidentemente hay una necesidad de ir discutiendo cómo priorizamos todas esas demandas que están planteadas, los salarios más bajos, las jubilaciones más bajas, el programa del FA de la necesidad de duplicar el presupuesto de vivienda, por ejemplo, hay un montón de retrasos en esa materia, el 6% de inversión del PBI para la educación pública, que es un planteo histórico y legítimo, los países que han logrado desarrollar tienen esos niveles de inversión, incluso por encima, y está claro que todo eso no se puede resolver en el primer año y algunas de estas cosas seguramente requiera de un proceso que va más allá de un quinquenio.
Creo que está esa discusión de que siempre hay un límite de lo que uno puede recaudar con más impuestos directos, evidentemente es así, uno no puede simplemente aumentar los impuestos para recaudar y que esto se dé de forma automática, pero sí creemos que hay una discusión para dar y que hay algunas oportunidades de mayor recaudación que vayan tanto en el sentido de mejorar la equidad, que pague más el que tiene más, y al mismo tiempo fomentar un desarrollo productivo más direccionado en algunos sectores que son lo que queremos potenciar.
(…) tenemos más de mil millones de dólares que se exoneran al año en materia de impuesto al patrimonio, que es un impuesto a la riqueza, es el único impuesto que exonera más de lo que recauda, bueno, esas exoneraciones no se pueden eliminar de un día para el otro, no estaría bien además, ni tampoco hay nada que asegure que eliminando esas exoneraciones van a ser fondos que se van a recaudar inmediatamente, pero sí que hay un margen para discutir. Estamos hablando de cifras que podrían mover la aguja de lo que puede hacer el Estado en materia de presupuesto, de inversión pública, etc. que nos parece que es una discusión general.
Es verdad que en campaña electoral siempre es complejo hablar de impuestos, todos lo candidatos quieren evitar hablar de esto, pero la realidad es que hay un montón de propuestas y de demandas que van a requerir financiamiento y esto tiene que ser parte de la discusión sin que se vea como una discusión mágica pero también sin que se vea como un tabú del que no se puede hablar.
-¿Algo para agregar antes de concluir?
Simplemente saludar, hacer un llamamiento a participar, a militar en la campaña electoral y siempre en base a propuestas e ideas, a confrontar modelos de país. Sabemos que estamos en una campaña donde a veces se han frivolizado algunas cosas, se trata de buscar más la cuestión de la imagen que de propuestas y de ideas y nosotros vamos a seguir, porfiadamente, con esa cuestión que tenemos medio en el ADN de discutir ideas, argumentos, tratar de hacerlo de la forma más respetuosa y más seria posible y esperemos tener una gran victoria popular el 27 de octubre.
Foto
Bandera del Frente Amplio. Foto: Pablo Vignali / adhocFOTOS.