El presidente argentino Javier Milei fue protagonista de un nuevo ataque a la libertad de expresión y en particular contra la prensa.
En un de Milei en Twitter, este dijo, según reseñó Página 12, que el periodismo es “un espacio corrompido, ensuciado y prostituido”.
Para el “libertario”, en el mundo del periodismo se práctica “la extorsión, la mentira, la difamación y la calumnia”.
El acto de máxima verborragia del mandatario incluyó amenazas directas al periodismo y los periodistas sobre quienes dijo su gobierno tiene como tarea “bajarlos de la torre de marfil en la que creen que viven”.
“El periodismo se ha corrompido, ensuciado y prostituido al calor de los sobres y la pauta oficial. La extorsión es moneda corriente. La mentira, la difamación, la calumnia son algo frecuente también”, posteó Milei sin mostrar pruebas de sus acusaciones.
“El texto”, señaló el medio de prensa argentino, fue titulado “Libertad de expresión. Para todos” (SIC), y constituye “una larga letanía de insultos, descalificaciones, acusaciones sin pruebas y advertencias de domesticación al ejercicio del periodismo”.
El mensaje lanzado, a través del “teatro de operaciones predilecto del jefe de Estado cuando elige confrontar”, se produce tras las críticas y cuestionamientos que recibieran Milei y el ministro de Economía por el uso de un bot que permitió evidenciar que sus afirmaciones sobre el curso de los precios en los supermercados no fue otra cosa que un gran papelón.
En su “definición” de libertad de expresión, Milei señaló que la “expresión significa que nadie puede evitar que hablemos. Ni siquiera los sagrados periodistas”.
Para el medio de prensa, “lo doblemente llamativo de ese texto (…) fue que el mandatario hizo sus acusaciones y amenazas a la prensa enmarcándolas en lo que él denominó una nueva Doctrina de Política Exterior para la Argentina, producto de la visita de la jefa del comando sur de Estados Unidos, generala Laura Richardson”.
Según Milei, “el periodismo se ha acostumbrado, a lo largo de las últimas décadas, a que deben ser tratados como profetas de la verdad única e incontrastable, a los que no se puede criticar, ni desmentir, ni corregir” y “acusó que si alguien osa cometer esa imprudencia, es castigado al unísono por todos los miembros de la corporación y sus agrupaciones”.
Desde la diatriba del presidente quienes se dedican al periodismo “lo hacen con una “pretendida superioridad”, denunciando, además “que en los medios de comunicación la extorsión es moneda corriente”, a la par que “la mentira, la difamación y la calumnia”.
Tras recriminar que “primero te pegan y después te pasan la factura con cifras siderales”, el presidente aseguró “que los dirigentes de su espacio político no le debemos nada a nadie” y “no tenemos negocios con nadie”.
En correspondencia con ello, subrayó, “no nos vamos a quedar callados frente a las operaciones, la mentira, la calumnia, la injuria o la difamación en la información que se publica sobre las acciones de Gobierno. Vamos a contestar. Vamos a decir nuestra verdad. Vamos a bajarlos de esa Torre de Marfil en la que creen que viven”, amenazó el “libertario” al final del extenso posteo.