La escuela de COVISUNCA se llama Hederson Cardozo

Andrade: “Él no terminó la escuela, pero quizás por no haberlo hecho, su batalla principal fue que el barrio debía tener una escuela”.

Este miércoles el Senado resolvió designar con el nombre de Hederson Cardozo a la Escuela N° 249 y al Jardín de Infantes N° 252, ubicados en COVISUNCA.

Hederson Cardozo, fue fundador del SUNCA, de Covisunca, dirigente de FUCVAM, edil y dirigente del PCU y preso político de la dictadura durante 8 años. Cardozo, que vivía en Covisunca, fue uno de los principales impulsores de la construcción de una escuela y un jardín de infantes en esa cooperativa de vivienda.

La senadora del Partido Nacional, Graciela Bianchi, dio el informe favorable a la nominación; Oscar Andrade, senador de la 1001 y el FA, hizo la intervención central. Intervinieron las senadoras Sandra Lazo y Amanda Della Ventura, y los senadores Sebastián Sabini y Mario Bergara, del Frente Amplio, así como el senador Sebastián Da Silva, del Partido Nacional y Germán Coutinho, del Partido Colorado.

Estuvieron presentes en las barras, familiares de Cardozo, dirigentes y militantes del SUNCA, de FUCVAM, del PCU y niñas, niños y maestras de la escuela que desde este martes llevará su nombre.

La intervención de Oscar Andrade

EL POPULAR reproduce los pasajes principales de la emotiva intervención de Oscar Andrade que, al culminar, fue aplaudida de pie por todas y todos los presentes.

“Hoy es un día de enorme emoción. En las barras está el hijo de Hederson Cardozo, Roli; sus hermanos, César y Artigas, y sus sobrinos; está parte del Covisunca que Hederson supo fundar; hay maestras de esa época; está Marga y, por una injusticia de la vida, no está su compañero, el Toto Núñez, que se nos fue hace muy poco y que compartió con Hederson militancia cooperativa, militancia sindical,  prisión y lucha por esta escuela. 

Se trata de una escuela que estuvo décadas para poder lograrse, desde que el Covisunca decide donar 3036 metros cuadrados, a principios de la década de los setenta.

Hederson era arachán; su madre fue Edilia y su padre Julio Cardozo. Él nació en Rincón de Suárez, en Fraile Muerto, y estudió en la Escuela Rural Granja N° 24 Cruz de Piedra, de Cerro Largo. Su padre fue picapedrero –él es el quinto de once hermanos: nueve varones y dos mujeres– y tuvo un accidente laboral: una esquirla de granito se le clavó en la mano y por una infección mal curada le quedó inhabilitada. Esta fue una de las circunstancias que obligó a que muy temprano Hederson tuviera que salir a buscar la changa. 

En la década de los treinta –él nació en julio de 1921– se vincula a la obra de Rincón del Bonete a través de la empresa Rione. Quienes después compartieron con él cuentan que participar de esta obra fue muy particular porque era de ingenieros alemanes y algunos de ellos tenían simpatías nazis. Fue una obra muy peculiar, de hecho, cuando en el año 1936 se coloca su piedra fundamental llega un telegrama conjunto de Hitler y de Terra saludando la inauguración de la obra. A Hederson le tocó participar de esta obra y vincularse bien temprano a las luchas sindicales, siendo un factor sustancial de la unidad de los trabajadores de la construcción (…). Y don Hederson Cardozo fue un militante sindical tan importante que, habiendo distintos sindicatos de la construcción posconsejos de salarios, en el año 1956 le tocó encabezar la lista unitaria N° 2 a la Caja 17 de Asignaciones, junto a Agustín Pedroza, suplente de esa lista sindical (…). Don Hederson Cardozo participó activamente del primer congreso unitario de la construcción, que empieza el 9 de mayo de 1958 y termina el 11 de mayo, fecha que tomamos como fundadora para la unidad de los trabajadores de la construcción. Es uno de los dirigentes sindicales más importantes. También fue edil departamental de Montevideo y suplente en la Cámara de Diputados. En el año 1962 don Hederson participó como candidato a diputado en una lista, en la misma línea que Atahualpa del Cioppo. 

Además, la historia de Hederson Cardozo es emocionante porque es un factor de unidad del movimiento sindical con el movimiento cooperativo (…). Si algo hay que reconocerle a Hederson Cardozo es que, aparte de ser un militante sindical durante toda la vida, fue un compañero de un enorme humanismo. Sus hermanos recuerdan que cada quincena no faltaba el aporte económico que les hacía mientras estaba en la Rione. Cuando después se mudan a Aires Puros pasó lo mismo, en esa situación de dificultad que había transitado una familia numerosa. 

Además, Hederson era un compañero con una extraordinaria solidaridad. (…) Conversando con uno de sus hermanos en Las Barreras, en El Dorado, comentábamos que son muchas las viviendas en las que Hederson participó antes de impulsar la iniciativa de los Covisunca, de la que fue un compañero principal. También, a partir de la participación en las cooperativas de vivienda, se integró a FUCVAM. Hederson fue militante de la FUCVAM y llegó a ser su vicepresidente. La historia del Covisunca es la historia de don Hederson Cardozo. 

Él no terminó la escuela, pero quizás por no haberlo hecho, su batalla principal fue que el barrio debía tener una escuela. Integró todas las comisiones –de la primera a la última– que fueron a reclamar la posibilidad de crear una escuela y un jardín para la gurisada del Covisunca. En un momento llegó un plano con una escuela mucho más pequeña que la prometida y fue don Hederson Cardozo quien reclamó la necesidad de que se cumpliera con los pliegos. 

Luego vino la dictadura y, con ella, la ilegalización de los sindicatos. En el año 1974 hubo un intento de la dictadura de liquidar la ley de aporte unificado de 1970; de hecho, la recorta. Hubo aspectos de esa ley que fueron recortados, como el de la bolsa de trabajo. Es muy emocionante que décadas después el sindicato de la construcción logre un acuerdo colectivo para promover la bolsa de trabajo y el registro de trabajadores, sobre todo para apoyar la mano de obra local en el interior profundo. Como decía, a mediados de 1974 se recortó la ley de aporte unificado a través del Decreto Ley 14.411. Hubo movilizaciones del sindicato de la construcción en setiembre y en octubre. La de octubre fue una huelga general realizada el día 9, en la que el Covisunca tuvo mucho que ver. Los volantes de esa huelga general salieron del Covisunca. 

Después de algunas detenciones, la dictadura persigue a Hederson por actividades subversivas, pero logró demostrar que básicamente las reuniones en las que participaba eran de la cooperativa y legales. Más adelante hubo un allanamiento en el que lo encuentran culpable por tener libros de izquierda, y ahí lo llevan preso durante 8 años. En la barra también hay compañeros de celda de Hederson. Reitero: la dictadura lo tuvo 8 años preso por tener libros. Es emblemático que al momento de la liberación de Hederson Cardozo se haya sostenido que estuvo detenido por averiguaciones. (…)

En prisión, como muchos, tuvo que soportar mucha barbarie. Según lo que nos cuentan algunos compañeros que compartieron prisión con Hederson, quizá una de las más crueles humillaciones que sufrió fue que durante los primeros días en la cárcel lo mandaron a limpiar el patio con una pala, de las de pie, que estaba hecha con la placa del sindicato que la dictadura ocupó durante 10 años. Algunos compañeros recuerdan que esa fue una de las pocas veces que lo vieron conmoverse en medio del horror. También cuentan que fue un puntal para la organización dentro de los calabozos: para armar los almacenes y repartir entre todos lo poco que les llegaba a los presos. 

Es que era un cooperativista pleno, cooperativista de vivienda, pero también de producción. En el Covisunca se sabe que el arachán armó con otros una cooperativa de aberturas, para producir aberturas para esa y para otras cooperativas, y para desparramar solidaridad.   

Hederson sale de la cárcel, ya veterano, y se vuelve a vincular a la militancia sindical, en la última etapa del Pro SUNCA, cuando el SUNCA recupera el local, pero lo hace desde una actitud conmovedora. Mucho se ha escrito sobre el conflicto generacional entre las viejas generaciones sindicales y los nuevos militantes sindicales. (…) Algunos están acá, en la barra, como Lirio Rodríguez, presidente del SUNCA a la salida de la dictadura. Manuel, que se nos fue muy temprano; era el secretario general del SUNCA a la salida de la dictadura. 

Pero en la reorganización del SUNCA a la salida de la dictadura lo que se recuerda de Hederson es que fue a dar una mano. Ayudó a constituir la Comisión de Vivienda del sindicato a la salida de la dictadura con otro compañero que también se nos fue muy temprano, don William Gracide. Nos ayudó a armar programa. 

Y también volvió a militar en el barrio por la escuela, a volver a militar en el Covisunca, por la vieja y querida escuela; a volver a integrar las comisiones y volver a levantar viejas banderas. 

En su historia de militante por las cooperativas de vivienda está la intención de tratar de dar vuelta una leyenda muy cruel que nos acompaña a los trabajadores de la construcción: construimos palacios y vivimos en chozas. A través del fondo de vivienda de la construcción, de cooperativas y de las peleas por el salario, lo que se está intentando –esa consigna, es a la vez es una denuncia– es que esa injusticia, muy dura, se pueda revertir. Fue un maestro en construir caminos en esa dirección. (…)

Ningún contrato laboral, ninguno, puede hacerte arriesgar la vida en el trabajo. Y Hederson, que supo tener un padre con discapacidad durante muchísimos años por un accidente de trabajo, también fue un maestro en la lucha para ganar ese derecho tan básico de ir a trabajar y volver vivo. 

Hederson no vio la batalla de su sindicato en los años 2013 y 2014 por establecer normas que protejan la vida en el trabajo y que transformaron este país; era un país que tenía 50.000 accidentes registrados por año en el Banco de Seguros del Estado y ahora tiene la mitad (…). Pasamos de ser un país que tenía 50 accidentes mortales por año a tener la mitad(…). Él estaría muy orgulloso, porque la organización que supo fundar le dio continuidad a esas banderas. 

Don Hederson, además, fue un actor principal para que el nomenclátor montevideano tenga una calle con el nombre de Agustín Pedroza. Esto se votó en julio de 1993, justo en medio de la huelga de la construcción; fue la más grande de la historia, incluso que de la huelga del 39. El Negro Agustín fue el primer presidente del SUNCa, compañero de militancia de don Hederson. Seguramente, junto con él, fue uno de los dirigentes más importantes de la historia; el Covisunca y el SUNCA se repartieron la financiación, para a la viuda de Agustín, de un residencial, porque no tenía ni siquiera dónde vivir cuando murió. Esa es la historia de los militantes sindicales, de una ética monumental.

Don Hederson muere en el año 2010. La historia de solidaridad del sindicato de la construcción es larga. Hay una placa en Fray Marcos que recuerda cuando en medio del temporal, décadas atrás, los trabajadores de la construcción fueron a poner el hombro; también tenemos la reconstrucción del teatro El Galpón. En el medio de la crisis más espantosa en el año 2001 ayudaron a reconstruir Migues. Allí trabajadores desocupados fueron a poner el hombro; también en Juanicó, junto con las Fuerzas Armadas, en el año 2002. En el 2010 fundamos una brigada de trabajo solidario permanente para todos los fines de semana. (…)

Uno cree que un militante de las características de don Hederson Cardozo estaría orgulloso de cómo se intenta tomar la posta en estas cosas (…)

Una historiadora amiga me pasó un petitorio de los trabajadores que estaban construyendo la fortaleza de Santa Teresa, más o menos en el año 1760, reclamándole al Virrey por los días que perdían por lluvia. Más acá, en el año 35 y 37, los trabajadores reclamaban por las horas perdidas; en el 40, por las 44 horas, que justamente se terminan de consagrar en el año 2010. Muchas décadas después se logra la reducción de la jornada sin pérdida de salario. Pensamos que estaría orgulloso de que el sindicato de la construcción sea el primero –creo– de América Latina en el que cuando muere un trabajador, cada obrero de la construcción dona una hora para su familia y los gurises, porque cuando cae un compañero del andamio, de alguna manera la familia cae con él. 

Hederson, que defendió tanto la educación, debería estar orgulloso de que en cada arranque del año se reparten 30.000 sets de útiles escolares para la gurisada (…). Hace 15 años empezamos a promover becas para los hijos de los trabajadores de la construcción que hacen estudios terciarios. Recuerdo que cuando empezamos esa discusión muchos se burlaron porque decían que iba a ser un beneficio sin beneficiarios, porque hay un prejuicio muy grande respecto al obrero de la construcción, la trabajadora doméstica y al trabajador rural; parecería que pueden servir para todo, pero para nada importante. Y hoy se entregan 2.000 becas por acuerdo bipartito, financiadas por trabajadores de la construcción y empresarios de la construcción, para hijos de trabajadores de la construcción que están haciendo estudios terciarios. Muchos años antes de que empezara el Plan Ceibal, comenzaron los cursos de computación, también para la gurisada de los trabajadores de la construcción. También pasan por año 8.000 gurises por arreglo odontológico gratuito (…)

En general, estos temas no ocupan la tapa de los diarios, no son noticia. Desde la década del 90 hay acuerdos que tienen que ver con la productividad y la formación profesional. Además, la construcción tiene la tripartita de seguridad más antigua de América Latina, con la primera estructura de evaluación de tareas, para asociar el trabajo a la dignidad. 

Todo esto, entre otras cosas, se le debe a compañeros como don Hederson Cardozo, que dedicó su vida a los demás; la dedicó en su cooperativa, fundándola y uniéndola al conjunto del movimiento sindical y siendo parte integrante del movimiento cooperativo. 

Hay anécdotas de don Hederson Cardozo que emocionan. Cuando él cae preso era vicepresidente de FUCVAM, en vez de ampararse en ese cargo, renuncia a FUCVAM para que dicha institución no tuviera problemas desde el punto de vista de su legalidad. 

(…) Fue un militante social y sindical que sirve para tomar como ejemplo por su compromiso, por su inteligencia, por su modestia, por su firmeza y por su profundo humanismo. Es obvio que la tarea de la lucha social y sindical implica renuncias enormes, muchísimo tiempo puesto en función de los demás. 

Creo que es la primera vez que en Uruguay una escuela tiene el nombre de un trabajador de la construcción. Muchas veces ironizamos con que hacemos las grandes obras, pero somos aquellos que no estamos en la foto el día de la inauguración. En la foto puede estar el inversionista, el gobernante –del color que sea– y el arquitecto. Sin embargo, el que rompió la escarcha con las manos, el que hizo los pozos, el que dobló el hierro, el que armó los encofrados, el que coció las vigas, el que subió los tabiques, el que arriesgó su vida en el andamio y el que hizo la instalación, por lo general, nunca aparece a la hora de la inauguración de la obra. En este caso, esto es muy emocionante para la familia de la construcción; es muy emocionante para la familia de FUCVAM; es muy emocionante para la comunidad educativa. 

Se que hoy le estamos poniendo el nombre de Hederson Cardozo a la escuela, pero ya lo tiene. Hace un par de años los gurises hacían dibujos dedicados a los cien años de Hederson, porque en el barrio todo el mundo sabe que esa escuela está ahí porque se la puso al hombro durante años, porque la peleó con una firmeza inquebrantable desde el lugar de un humilde obrero del interior que no la pudo terminar en sus pagos y que vino a luchar por su familia colgado de un andamio con su oficio de carpintero, que lo unió a los demás después, para pensar que la acción colectiva es la que construye derechos. Si uno mira la larga historia desde la Caja de Auxilio para acá, vaya si tenemos para reivindicar que la acción colectiva es fundamental a la hora de construir una sociedad más justa.

Este es un homenaje a todos los compañeros de la construcción, a los primeros inmigrantes que trajeron los oficios, a los que fundaron los primeros sindicatos, a los que encontraron los caminos de la unidad, a los que enfrentaron a la dictadura, a los que pagaron el precio más alto. Es difícil no mencionar hoy a Luis Batalla, a Arpino Vega, a Alejandro Acuña, a Piterle, a Omar Paitta, a Gelós Bonilla, a Modesto Quiñones, compañeros todos que entregaron su vida en el marco de la dictadura. Es muy difícil hoy no mencionar a Machado; su hija –que está arriba– está haciendo un libro en homenaje a su padre que perdió la vida en una razia en 1989, joven obrero de la construcción. (…)

Es muy difícil hoy no recordar la gesta del movimiento cooperativo de vivienda, la pelea de FUCVAM por la Intersocial, la huelga de pago, la juntada de firmas contra la ley que intentaba reglamentar el movimiento cooperativo, la forja del 1º de mayo de 1983, el “Río de libertad”. 

Es muy difícil no pensar en gestas heroicas que hacen que uno se reconcilie con la humanidad. 

Bertolt Brecht decía que la injusticia es humana, pero mucho más humana que la injusticia es la lucha contra la injusticia. Ejemplos de vida como el de Hederson Cardozo ayudan a aferrarse a que es posible construir una sociedad mucho más justa, más humana y más igualitaria”.

Enlace para ver la intervención de Oscar Andrade completa:

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