Las trabajadoras y trabajadores más afectados pertenecen a los sectores agrícolas, el comercio, el servicio doméstico y el turismo.
Bruno Giometti (*)
Según un informe realizado por el Instituto Cuesta-Duarte, en base a la Encuesta Continua de Hogares del INE, en el primer semestre de 2022 unos 541.000 ocupados tuvieron por su trabajo principal ingresos inferiores a los $25.000 líquidos mensuales. Se trata de un 35% del total de ocupados. Dentro del universo de los asalariados (es decir, los ocupados cuya actividad principal es en el marco de una relación de dependencia, son unos 320.000 los que perciben un salario líquido inferior a los $25.000 mensuales.
El informe señala que en los últimos dos años, si se compara la evolución de los ingresos en términos reales, aumentó la cantidad de asalariados y la cantidad de ocupados que perciben salarios considerados “sumergidos” de acuerdo a este criterio. Esto resulta consistente con la evolución del salario real medio que ha mostrado una caída en este período. En el primer semestre de 2020 había unos 494.000 ocupados que ganaban menos de $25.000 mensuales (a precios de junio de 2022), mientras que hoy son 541.000 ocupados los que se encuentran en esta situación.
Además de los problemas vinculados a la informalidad y al subempleo (que afectan al 21% y al 9% del total de ocupados respectivamente), el informe muestra que una porción importante de los trabajadores tienen insuficiencia de ingresos por su empleo principal.
El estudio detalla que en algunos colectivos de trabajadores asalariados la problemática de los salarios sumergidos tiene una incidencia particularmente importante. En el análisis por franja etaria, el 58% de los asalariados menores de 25 años, tiene ingresos mensuales por menos de $25.000 líquidos. En términos de zonas geográficas, hay una mayor proporción de salarios sumergidos en el interior del país que en Montevideo. En lo que respecta al género, 37% de las mujeres ocupadas perciben menos de $25.000 mensuales, mientras que este guarismo es del 33% para el caso de los hombres.
Por ramas de actividad, hay cuatro rubros donde la incidencia de los ingresos sumergidos se ubica en torno al 50% del total de trabajadores del sector. Se trata de las actividades primarias (agricultura, ganadería y pesca), el comercio, el servicio doméstico, restaurantes y hoteles. A su vez, en estos cuatro sectores entre el 40% y el 45% del total de asalariados formales (cotizantes a la seguridad social) ganan menos de $25.000 por mes. Esto último refleja el papel que le cabe a la política salarial en la necesaria recuperación de ingresos de estos trabajadores, dado que se trata de personas cubiertas por las resoluciones tomadas en los consejos de salarios, pero aún así, están percibiendo remuneraciones muy bajas.
(*) Economista, integrante del Instituto Cuesta-Duarte y del equipo de “Valor!!”.
Foto de portada:
Trabajadores rurales durante una cosecha en una chacra en Canelones el año pasado. Foto: Daniel Rodriguez. /adhocFOTOS.