50 años del secuestro y la desaparición de Brieba

Este jueves, 30 de octubre, a las 17.00 horas, se realizará un nuevo homenaje a Juan Manuel Brieba, trabajador del diario El Popular y militante clandestino del Partido Comunista de Uruguay, secuestrado y desaparecido por el fascismo, hace 50 años.

Como todos los años, y este de forma especial, al cumplirse medio siglo del secuestro y desaparición de Brieba, la Asociación de ex trabajadores del diario El Popular 1957-1973 convoca a participar del acto en su homenaje, que se realizará en la plaza que lleva su nombre en el barrio 3 de Abril (cerca de Paso de la Arena), en Carlos de la Vega y Eduardo Paz Aguirre, a pocos pasos de donde vivía, donde fue secuestrado el 30 de octubre de 1975 junto a su madre, en el marco de la Operación Morgan, el plan del fascismo para quebrar a la resistencia popular y que tuvo como objetivo central aniquilar al PCU y la UJC y a sus militantes.

Historia de un secuestro

Cada año publicamos una síntesis de la historia de Brieba, su secuestro y su desaparición, lo volvemos a hacer, porque es un ejercicio imprescindible de denuncia, memoria y lucha contra la impunidad, por verdad y justicia y nunca más dictadura.

Brieba fue un trabajador del diario, trabajaba en el taller y además era carpintero de oficio, y militante clandestino del PCU en los momentos más oscuros de la historia de nuestro país. Brieba era un luchador por la libertad.

Juan Manuel tenía 38 años cuando fue secuestrado, la tarde del 30 de octubre de 1975, en su casa junto a su madre, ambos fueron trasladados a unidades militares. Un dictamen judicial de este caso dice que “a las 14 horas, dos hombres armados y vestidos de particular”, se presentaron en la vivienda, “detuvieron a ambos moradores, a la madre la apuntaron con un arma, comenzaron a interrogarla y cuando la llevaron adonde se encontraba su hijo, vio que le habían atado los pies y las manos y lo pateaban”.

“A la señora Brieba le vendaron los ojos y la llevaron a un lugar donde había otras personas detenidas, hombres y mujeres, de las que oía sus quejidos, así como el llanto de una mujer. El día 2 de noviembre fue trasladada a otro centro de detención donde por debajo de la venda puesta en sus ojos pudo ver a su hijo “más flaco y muy pálido”, continúa el escrito fiscal, que recoge estos datos del valiente testimonio realizado por Elisa Brieba ante el Parlamento y la Justicia en 1985, inmediatamente de recuperada la democracia, en una Comisión Investigadora cuya labor fue truncada por la votación de la Ley de Impunidad.

Elisa fue liberada el 4 de noviembre de 1975 y al retornar a su humilde casa descubrió que había sido “saqueada y destrozada”. Los vecinos fueron testigos que “agentes del Estado sustrajeron los muebles”.

«Me habían llevado hasta lo más insignificante, un primus, un despertador y el timbre de la casa. Rompieron muchas cosas. Estuve dos o tres años yendo a los cuarteles. Un día la milica me dijo; – ¿Juan Manuel Brieba? Sí lo vi, me contestó. Estaba hojeando un block y entonces vi que allí figuraba el nombre de mi hijo. Enseguida me dijo: Eso no, no lo agarramos. Yo le respondí – ¿cómo qué no? Si a mí me llevaron con él y yo lo vi. Entonces los milicos me apuntaron y me fui a mi casa», sostiene el testimonio de Elisa ante la Comisión Investigadora del Parlamento.

Por otros testimonios y documentos encontrados en archivos militares se sabe que Juan Manuel fue llevado al centro clandestino de detención y torturas «300 Carlos – R» o «Infierno chico» y luego al «300 Carlos» o «Infierno Grande». El primero ubicado en una casa de Punta Gorda y el segundo en los fondos del 13 de Infantería.

En este marco, como publicó EL POPULAR en su momento, en febrero de 2023 la Fiscalía Especializada en Crímenes de Lesa Humanidad pidió el procesamiento de seis militares por el secuestro y desaparición de Brieba. El fiscal Ricardo Perciballe pidió “el enjuiciamiento y prisión de Ernesto Avelino Ramas, Rudyard Scioscia, Omar Raúl Lacasa Antelo, Rubely Pereyra, José Luis Parisi Alegre y Antraning Ohannessian Ohannian, bajo la imputación de “homicidio muy especialmente agravado en calidad de co-autores (artículos 3, 18, 310 y 312 del Código Penal)”, por el secuestro, tortura y asesinato de Juan Manuel Brieba.

La represión contra el PCU

En el citado dictamen fiscal, en el apartado subtitulado “Hechos”, se destaca que a partir de la ilegalización del PCU y la UJC “se persiguió a todos los ciudadanos que intentaron resistir a la dictadura mediante la estructura que desde la clandestinidad dichas organizaciones se dieron”, señala el escrito.

Se indica que “inicialmente la represión contra el PCU y la UJC” fue llevada adelante “por la Policía en general e Inteligencia policial en particular”. A partir de 1975 “se desplego la Operación Morgan”. El dictamen fiscal la califica como “un operativo masivo contra las principales figuras políticas del PCU, que alcanzó también a dirigentes y centenares de militantes de dicho partido”.

Afirma que de la “Operación Morgan” participaron “todas las fuerzas represivas del Estado, pero un eje estuvo en la actuación del OCOA y el SID”. Para este accionar represivo se utilizaron varios “centros clandestinos de represión”, dice la Fiscalía e identifica a algunos: A) la casa ubicada en Rambla República de México 5515, conocida como “300 Carlos R” o “Infierno Chico”, a cargo del SID. B) La ex Cárcel del Pueblo, en Juan Paullier 1192, del SID. C) El galpón N°4 del Servicio de Material y Armamento, conocido como “300 Carlos” o “Infierno Grande”, a cargo del OCOA.

Enlace para acceder a la convocatoria de la Asociación de ex trabajadores del diario El Popular 1957-1973 publicada en nuestra anterior edición:

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