A 176 años de la publicación del Manifiesto Comunista para todas las personas que buscan un mundo mejor

Algunos conceptos, algunos conjuntos de ideas y contradicciones (a veces también llamados problemas) han quedado claros en sus formulaciones: la historia es la lucha de clases, que el factor económico o sea la producción y reproducción de las condiciones de vida es, en última instancia, la determinante del resto de las producciones políticas, culturales, filosóficas. No obstante, estas tienen y pueden tener una relativa autonomía. De lo contrario estaríamos condenados a repetir una y otra vez a la mera adaptación a lo que hay. Que las situaciones históricas determinadas no cambian por si solas ni por esperanzas divinas sino en la lucha revolucionaria, ni que el capital deje alguna esfera de la vida sin conquistar o que pueda actuar de buen corazón o con llamados virtuosos. Tomar conciencia y luchar, a la vez, contantemente sin caer en voluntarismos ni idealismos.

Otros son motivo de relecturas a la luz de una obra mayor que siguió profundizándose durante decenas de años, años que fueron de debates ideológicos, luchas políticas e investigaciones teóricas: si la clase obrera es el sujeto de una revolución necesaria entonces ¿cómo se constituye ella misma dada la aparición y desaparición de formas de trabajo, como se constituye su concepción del mundo? ¿Dada la permanente revolución de las formas productivas, como afecta al trabajo y a los trabajadores? ¿Qué tipo de organización será necesaria para esa lucha? ¿Cómo será o irá siendo el socialismo? ¿Cuáles son las formas actuales de las alienaciones? Son muchas las aperturas a desafíos militantes que la propia lucha impone. Hay que seguir estudiando, leer y releer el Manifiesto del Partido Comunista, animarse a luchar organizadamente, incorporar mas y mas pueblo para fortalecer herramientas unitarias y creativas, evitar errores viejos y afrontar los inevitables debates, pero evitando los inútiles debates que la clase dominante busca pautar el escenario simplificado de las luchas políticas y sociales. Nunca es tarde para su lectura.

Esas ideas, esos desafíos se han ido convirtiendo en el núcleo duro de nuestro patrimonio, sea la Humanidad en sus luchas emancipatorias como del Partido Comunista de Uruguay y la Unión de la Juventud Comunista en las singularidades que lo identifican. Peculiaridades insertas conscientemente en el internacionalismo proletario, en el papel del estudio de la realidad concreta en todas sus expresiones para la práctica revolucionaria por la conquista del poder, la necesidad de organización fuerte y combativa, la unidad de las herramientas, aprender de derrotas y crear el mañana con un hoy de lucha y un pasado de memoria.

Juan Bernassa

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