Días previos a la final del Mundial de Futbol, un jugador iraní Amir Nasr Azadani, pasó a ser el centro de una campaña seguida por diversos medios occidentales.
Bajo la excusa de defender la vida del jugador, se escondía una prolongación de los ataques mediáticos contra la República Islámica de Irán.
Los artífices de la campaña hicieron correr un relato al menos verosímil, a través de una narrativa que afirmaba que la condena a muerte se debía al apoyo de Nasr a la lucha por los derechos de las mujeres en su país.
Sin embargo, denuncia el portal de noticias resumenlatinoamericano.org, “lo que las agencias de noticias globales no informan es que en realidad Nasr Azadani fue acusado por el asesinato del coronel Ismail Chiraghi y dos miembros de las fuerzas de seguridad, Mohammed Hossein Karimi y Mohsen Hamidi”.
En entrevista concedida a la agencia de noticias iraní Mizan, reseña el portal de noticias, “el Presidente del Tribunal Supremo de la provincia de Isfahan, Hojjat-ul-Islam Jafari (…) sostuvo en relación con las afirmaciones que se han venido difundiendo” que el pasado “25 de noviembre, durante los disturbios en Isfahan, 3 miembros de las fuerzas de seguridad fueron asesinados y los acusados en el caso fueron detenidos”.
“Este caso”, añadió, “tiene 9 acusados, uno de los cuales es Amir Nasr Azadani”.
De acuerdo al funcionario “Amir Nasr Azadani es el quinto acusado en el caso y ha estado bajo custodia desde el 27 de noviembre”, aclaró, además que, “de acuerdo a la causa, esta persona es acusada de rebelión. Es miembro de un grupo armado y organizado con la intención de enfrentar a la República Islámica de Irán, él y otros cometieron un motín armado el 25 de noviembre, como resultado del cual murieron 3 agentes de seguridad”.
Además de estas acusaciones, el futbolista enfrenta otras acusaciones entre las que se señala “la pertenencia a bandas ilegales con la intención de perturbar la seguridad del país y la sociedad, y la colusión que conduce a delitos contra la seguridad”, añadió Hojjat-Ul.
Según el mismo medio, Jafari aclaró “que el acusado ha confesado claramente su accionar delictivo”, existiendo, además evidencia fílmica de los hechos a partir de los registros de las cámaras locales, a lo que se agrega toda la documentación existente acerca de su pertenencia al grupo armado.
Si se comprobase que Nasr Azadani usó el arma de fuego con la que fueron asesinados los agentes de seguridad, este “podría enfrentar entonces la pena capital”, ya que concluyó, “ser futbolista de profesión no significa que un ciudadano iraní pueda estar por encima de la ley”.