Por Jorge Mazzarovich (*)
Cuando se realizan eventos de una excepcional importancia, como sin duda lo será el VIII Congreso del Partido Comunista de Cuba, se necesita un punto de partida en el análisis. Se puede partir de Maceo, de Martí, del Moncada y estaría bien.
Tomemos abril, permítannos a los revolucionarios uruguayos recordar abril. En 1959 llegaba Fidel a Uruguay, la conmoción fue muy grande, un acto multitudinario en 18 de julio y Ejido, luego su viaje a Paso de los Toros, centro principal de las inundaciones, entrevistas, pronunciamientos. En abril de 1961, la invasión mercenaria organizada por los yanquis, la victoria heroica de Girón. También en abril de 1961, la definición del carácter socialista de la Revolución Cubana.
En abril 2021, el VIII Congreso de los comunistas cubanos. Décadas de luchas signadas por la firmeza, la solidaridad internacionalista.
Hemos afirmado, y lo reiteramos, que, para nosotros, comunistas uruguayos, la solidaridad con la Revolución Cubana es parte de nuestra seña de identidad. Ha sido así, y lo sigue siendo. Por eso seguimos con atención concentrada este Congreso.
Las y los compañeros cubanos se proponen, en la discusión previa y las propuestas queda claro, eliminar deficiencias advertidas, errores, ir al encuentro de soluciones de fondo para las necesidades de la vida de su pueblo. Y, como hace 60 años, transformar este abril en una barrera aún más fuerte contra el bloqueo criminal del imperialismo yanqui y sus aliados.
Este bloqueo se agudizó en medio de la terrible pandemia que sufrimos en el mundo. Cuba respondió con las medidas necesarias, y, además, creando y haciendo todas las pruebas necesarias para vacunas como Soberana y Abdala, adelantando que cuando se certifiquen las entregará también a otros pueblos.
Este VIII Congreso será de continuidad y cambios, de franqueza y medidas concretas. Un Congreso inspirado en su gesta de firmeza y metido, con todo, en las propuestas que reflejan la disposición para enfrentar las privaciones y sacrificios de su pueblo.
Para nosotros, solidaridad siempre, también en este abril. La suerte de la lucha de los pueblos latinoamericanos no es ajena a lo que resuelva y concrete el VIII Congreso del Partido Comunista de Cuba.
No se trata de dependencia, se trata de la lucha común contra el imperialismo y las oligarquías. Se trata de internacionalismo, de solidaridad. Si esto se debilitara se debilitaría el sentido de patria, de pensamiento y acción martiano y artiguista. No podríamos reivindicar la frase que citara Marx “nada de lo humano me es ajeno”.
(*) Secretario de Relaciones Internacionales del PCU.