En un emotivo acto con la presencia de Carolina Cosse, se inauguró el 27 de marzo el local de la 1001 en el barrio La Teja de Montevideo con la oratoria central a cargo del senador Oscar Andrade:
El recurso de la militancia
“Este es un espacio más para encabezar la lucha contra la desigualdad y este año que es especial, porque va a estar marcado por la campaña electoral y porque estamos contando de reojo los días que quedan para el último domingo de octubre, donde se van a plebiscitar dos proyectos de país. También en la forma en que se hace la política somos distintos. Las actividades del FA son todas en base al sacrificio. Uno mira esta campaña que está apenas arrancando, donde hay candidatos que ni aparecen en las encuestas y ya tienen todas las avenidas tomadas con carteles gigantes, con salones lujosos y mucha publicidad”, reflexionó Andrade.
“Ahora, esto no nos tiene que achicar, la diferencia que hay de recursos siempre fue así y hay una máxima que dice que los carteles no votan, así que no tenemos que estar angustiados por eso”, añadió.
“Que bueno haber logrado poner un local en el corazón de La Teja, porque representa mucho de lo que somos como proyecto político. El FA nace de las luchas obreras, estudiantiles, universitarias y académicas. Nace de un esfuerzo gigantesco de construcción unitaria. Ayer (26 de marzo) celebrábamos la primera gran movilización popular del FA, recién nacido, en un momento político extraordinariamente complejo y en ese acto Seregni dejaba una frase al final que decía: – con el FA el pueblo va a llegar al gobierno-. Esta referencia no es un artilugio discursivo para ordenar la retórica, sino que es una forma para entender la lucha política, de que solo convocando a las grandes mayorías organizadas, protagonizando las transformaciones, estas son de la profundidad que merecen ser”, afirmó Andrade.
“Una cosa es referirse a esto y otra cosa mas complicada es organizar la participación. Este será un local para todos, para el FA, para los trabajadores si lo necesitan, para el movimiento estudiantil y para la actividad popular. Será un local para el conjunto de las organizaciones que plantean enfrentar las desigualdades, aquí van a tener su casa y su espacio”, afirmó.
Tradición de lucha
“En última instancia somos eso, una larga tradición de lucha social que intenta organizarse políticamente para ofrecer un programa que ayude a contribuir a esa lucha contra la desigualdad. Merecemos vivir de otra manera. Y este año es especial porque nos toca ser la primera generación de militantes frenteamplistas que carga en su mochila haber conquistado el gobierno y eso no nos hace mejor que nadie, ni mejores que las generaciones que construyeron las herramientas de unidad, pero estamos obligados a aprender de esa experiencia . Después de largos procesos de lucha, de acumulación de dificultades, de sacrificio supimos conquistar el gobierno nacional tres veces seguidas y también somos la generación de militantes sociales y políticos que nos tocó enfrentar la derrota en el 2019”, recordó.
“De las dos experiencias estamos obligados a aprender, el primer aprendizaje, el más importante de todos, el que tiene que ayudarnos a organizar la lucha que permita defender la esperanza este año. El primero es que valió la pena todo ese largo acumulado de lucha y sacrificio desde que los primeros anarcos fundaron los primeros sindicatos en el siglo XIX, las luchas obreras y estudiantiles, la resistencia contra la dictadura de Terra, todo ese acumulado, los que forjaron la unidad obrero-estudiantil. Los que supieron acá en La Teja, acompañar los restos de María del Carmen Díaz, asesinada en la huelga de Ferromal, los que se movilizaron para acompañar a los mártires estudiantiles en el 68. Todo ese largo acumulado, la primera reflexión, crítica pero importante, es que valió la pena haber conquistado el gobierno. No fue lo mismo tener el gobierno que no tenerlo para la lucha de los trabajadores, para la educación pública, no fue lo mismo para atender la emergencia social, no fue lo mismo para las empresas del Estado, no fue lo mismo para la dignidad nacional y la democracia, no fue lo mismo”, reafirmó Andrade.
“Estamos obligados a apropiarnos de esa transformación, la llegada del FA al gobierno inauguró un período de 15 años seguidos de mejora del salario real, a veces con viento en la camiseta en la economía, pero también con dificultades en la economía”.
Ganar y perder
“No hay que olvidarse que cuando llegamos al gobierno, 7 de cada 10 trabajadores, estaban condenados a no jubilarse por el endurecimiento que se había establecido en la reforma del 96. La conquista del gobierno permitió ensanchar la Universidad en el interior, el Plan Ceibal, las operaciones de ojos. Se podría haber mejorado más, quedamos con ganas de más, mejorar el salario, más inversión social en la infancia, más inversión en Ciencia y Tecnología, más inversión en Vivienda es probable, pero lo que es indiscutible es que los períodos de gobierno frenteamplistas rumbearon la economía con un paradigma: crecimiento de la economía con distribución. ¿Esto es solo resultado del gobierno? No, resultado de las luchas de los movimientos sociales pero en el marco de un gobierno del FA se dieron varias reformas y derechos largamente postergados”, afirmó.
“La segunda experiencia, la más traumática: perdimos las elecciones del 2019 y tengo la impresión que más la perdimos nosotros que ganar la derecha, en un contexto complicado por un puñado de votos. Aprendimos también de la derrota, entre otras cosas aprendimos a valorar el esfuerzo militante, porque cuando la toalla estaba casi por el piso fue el militante de base que salió a recorrer el país, voto a voto, en una hazaña inédita, de remontar diez puntos de diferencia en cuatro semanas. Ahora, estamos obligados a reflexionar sobre la derrota. Haber perdido el gobierno, ¿qué nos dejo? Cuatro años de rebaja de salarios, la economía se recuperó y creció por encima del 2019 pero hubo rebaja de los salarios, rebaja de las jubilaciones, recorte del presupuesto de la enseñanza”, recordó.
“Los que venían a resolver el problema de la inseguridad cerraron los primeros cuatro años de gobierno con 160 homicidios que el ultimo período del gobierno del FA, los mismos que tenían la receta mágica para resolver los temas de violencia en la sociedad”, ironizó.
“Un gobierno que ha entregado la soberanía de manera escandalosa, esta última semana con el tema de internet donde Antel es clave para el desarrollo tecnológico , pero antes el Puerto y antes una parte de la energía eléctrica y Ancap no la vendieron porque logramos enfrentar en la discusión parlamentaria y con movilización social el intento primario. La característica de este gobierno es la entrega de la soberanía, el deterioro democrático, desde perseguir periodistas a hacer espionaje a senadores y ataques a Fiscalía, uno detrás del otro, con situaciones dramáticas”, recordó Andrade.
“Tuvimos un senador de la República acusado de un delito terrible, un Ministro del Interior que sale a excusarlo y que pocas semanas después se compromete a garantizar que la investigación se va a hacer de manera profunda y hoy tenemos la novedad de que una parte de la policía con cargos de confianza no solamente salieron a perseguir a las víctimas, sino que las llevaron detenidas y las amenazaron para que retiraran la denuncia”, apuntó.
“El tamaño de algunos de los escándalos de corrupción de este gobierno son gigantescos. Estamos en el período de mas casos de corrupción del Uruguay, es uno atrás de otro: la entrega de un pasaporte a un narco que estaba preso, la destrucción de documentos que demostraban que se sabía que era un narco, después de eso la situación del jefe de seguridad presidencial, la entrega de viviendas, entre otros desastres”, agregó.
La lucha social y cultural
“Lo que también nos demuestra haber perdido el gobierno es la importancia que tiene la lucha política donde no se puede abandonar jamás la lucha social que se da en el barrio, en el territorio, en la cooperativa, en la academia, en el sindicato, en la cultura, en los colectivos feministas. Tiene mucha importancia traducir la reivindicación social en un programa político”, añadió.
“Tenemos que tratar de profundizar en lo siguiente, podemos caer en la tentación de decir conquistar el gobierno fue importante y perder el gobierno fue un retroceso, pero entonces nos tendríamos que dedicar solo a los problemas electorales, solo a ganar los votos suficientes para ganar el gobierno y listo. Esto es un error, porque tenemos desafíos electorales pero también el FA tiene desafíos políticos. Una fuerza con la historia que tiene el FA, con la tradición, con la militancia, con la entrega, con la ética, tiene desafíos políticos que implica llevar a la cancha de la vida, la reflexión crítica de porqué perdimos el gobierno”, apuntó.
“Nosotros nos animamos a agarrar el cuchillo del lado del filo para reflexionar acerca de nuestras dificultades. Una imperdonable, llegamos al gobierno y nos costó muchísimo dar la batalla cultural cuando teníamos bastante claro que el neo liberalismo era una estrategia que no solo era económica, instalando el concepto de que donde vemos sociedad ellos ven individuos, no era solo una estrategia económica, era también en lo cultural promover un individualismo exacerbado, de romper la cultura del trabajo, de romper la cultura del barrio, cada uno peleando por su plato de lentejas separados del resto. Y nosotros no siempre supimos articular el incremento de las políticas sociales de la atención a la parte del pueblo que está mas postergada, con la conciencia solidaria. El año 2022 fue récord de la exportación agropecuaria y también aumentó la pobreza infantil , es un desastre, una tragedia que nos pase eso como país”, afirmó.
“Hoy cuando aumentó la violencia hacia los niños, se multiplicaron por cuatro los niños baleados, la situación de la infancia hoy en la pobreza, en la inseguridad alimentaria, en la violencia. Colocar la cuestión de la infancia parece más sensato, pero hace cinco años, cuando estábamos peleando el gobierno colocabas la situación de la infancia y a veces tenías a tus propios compañeros que te criticaban, que si no era mucho la asignación familiar, que si no había que tener mas contrapartidas”, recordó.
“No alcanza con que la orientación económica y social esté bien rumbeada si simultáneamente no se va generando una consciencia colectiva solidaria de comunidad de hacerte parte de las conquistas colectivas. Porque el concepto artiguista de la pública felicidad tenemos que plantearlo hoy. La batalla política necesariamente tiene que estar entrelazada a la batalla cultural y no siempre la dimos.
Resultado de esto, un segundo problema que tuvimos como FA fue destruir toda la militancia en territorio. No es solo comunicar bien, es organizar al pueblo para que sea protagonista de la conquista de derechos. Es más complicada la tarea de un gobierno popular. Si fuera tan fácil se resolvería solo con una campaña de marketing”, afirmó Andrade.
Raíces profundas
“Cuando las conquistas son protagonizadas por sectores amplios de nuestro pueblo es mas difícil echarlas para atrás, ayer hizo 10 años de la ley de responsabilidad penal empresarial. ¿Por qué el gobierno no la toco? Porque sabía que el lío que podía tener era enorme, hace poco celebrábamos el avance de que la mujer pueda decidir sobre su cuerpo, ¿por qué ahí tampoco toco? No es porque no tenga miradas internas que cuestionan estos avances, sino porque lo acumulado en la sociedad es bastante profundo”, afirmó.
“Ahora en los espacios donde avanzamos sin que la sociedad fuera protagonista, no nos duro nada. Hace unos años promovíamos que el Inefop diera becas a los gurises mas pobres que estaban estudiando, este gobierno sacó las becas y no pintamos un muro. El sistema de cuidados, una de las decisiones más profundas de la justicia social, centro de la campaña del año 2014, no fue entendido, sino no se explica como congelaron el sistema y no salimos a la calle a defenderlo”, añadió.
“La elaboración programática de una fuerza popular tiene que tener raíces profundas en su pueblo, por eso estamos tan contentos de que se inaugure este local. No es un local para campaña electoral, sino al servicio de las luchas de nuestro pueblo y tenemos por lo tanto una enorme responsabilidad política, entender de lo que estamos hablando, porque los procesos de transformación cuando van en un sentido popular no se puede organizar si hay democracia de baja intensidad y con cada uno mirándose la panza”, criticó.
“Tenemos un desafío enorme, dentro de los temas que vimos como FA, bueno, descuidamos la relación con los movimientos sociales históricos. En determinado momento estábamos enfrentados a nuestra base social, no quiero ni hablar de la esencialidad en la educación, pero nos paso. Fíjense, hoy hay un atraso cambiario impresionante y no vas a ver un solo tractor de Un solo Uruguay cortando la calle, si fuera durante el gobierno del FA los alaridos se escucharían de lejos”, opinó.
“Hay determinados sectores sociales que difícilmente puedan ser el sostén de un gobierno del FA, ahora hay otros que sí, los movimientos sociales son independientes y está bien, pero no es lo mismo que un gobierno del FA tenga una relación profunda, por ejemplo, con el movimiento cooperativo. Hace poco hubo un encuentro en El Galpón. Es muy bueno que sea el período de gobierno de Montevideo con mas tierras entregadas a las cooperativas”, indicó Andrade.
“Descuidamos las nuevas generaciones , los frenteamplistas pensamos que teníamos la vaca atada, que los jóvenes siempre nos iban a votar y lo cierto es que fuimos viendo como de a poco se nos iban vaciando los comité de base de jóvenes frenteamplistas, donde cada vez eran menos y no reaccionamos a tiempo. Nos siguen votando pero mucho menos que antes. El problema es que no precisamos solo que nos voten, sino que abracen las banderas que se traduzcan en lucha política la sensibilidad y la rebeldía juvenil, que le pongan programa, que le pongan pienso, que le pongan crítica”, afirmó. “Precisamos ganar las elecciones con los comité de base inundados de jóvenes pensando en lo que viene y recambiando generacionalmente al FA”, añadió.
“Aprendimos en el gobierno que no alcanza con tener leyes que vayan en el buen sentido. Alguien duda que para la transformación democrática del Estado la descentralización es una herramienta imprescindible y necesaria que hay que militar. Nos costó la discusión política, la síntesis, la orientación, que entendiéramos que una parte de la transferencia del poder está ahí, que precisamos pueblo organizado y una institucionalidad más profunda, articular el desarrollo local con el nacional”, opinó.
“La transformación democrática no alcanza con que esté en la ley, es una construcción compleja, es asamblea, es masa crítica , es orientación y sentido estratégico, perdimos sin darnos cuenta en los pies. También en la calidad de la militancia de base, la historia de los comité de base es para adentro pero sobre todo para afuera, en la marcha, en el conflicto, en la movilización, etc”, afirmó el senador de la 1001.
El conflicto
“Tenemos programa para salir a la calle, más allá de que en la interna elegimos candidato, el programa orienta pero también ubica un conflicto. Uno de los desafíos programáticos que tenemos es el conflicto. América Latina no es por casualidad subdesarrollada, es así por la forma que está articulada con la economía mundial y hay intereses pesados que mantienen el subdesarrollo y quebrar el círculo del subdesarrollo es un enorme desafío político, de movilización en todos los planos. Desde el pensamiento crítico a la movilización social”, agregó.
“Un país como el nuestro que históricamente ha tenido una economía primarizada, nuestro programa orienta en distribuir la riqueza que se genera, mejorando los salarios, reduciendo la jornada laboral. Ahora alguien cree que vamos ensayar la reducción de la jornada laboral y el poder económico se va a quedar tranquilo”, se preguntó. “Asumir el programa es también asumir la tensión que el programa tiene y por lo tanto no alcanza con ganar las elecciones, además hay que generar el protagonismo social en la defensa del programa, que permita avanzar en democracia rumbo a las transformaciones”.
“La magnitud de las transformaciones siempre va a depender del tamaño de pueblo que tengamos atrás. En esa cancha vamos a jugar y es bueno poder jugar en esa cancha, con el desafío enorme de ser capaces de plantear el debate”, apuntó.
“Resolver la violencia en la sociedad es sumar más viviendas, más escuelas, más cultura, más deporte, mejor alimentación, trabajo digno, es salud mental, es también la capacidad de respuesta ante el delito. Es también una batalla cultural, pensar la sociedad desde la solidaridad, con un profundo humanismo. No se puede ser feliz del todo si hay gente que no tiene para pucherear”, agregó. “No puede ser que un país que produce alimentos para 30 millones de personas tenga gurises con hambre, no puede ser tan difícil de resolver y tiene que ser prioridad”.
“La economía es más igualdad, menos pobreza y más desarrollo. El FA llega al gobierno para transformar y para eso lo primero que necesitamos es la unidad del Frente y por eso creemos que estamos con la compañera (Carolina Cosse) que esta en mejores condiciones para enfrentar los desafíos que se vienen”, indicó con firmeza. “El Uruguay se merece un gobierno popular”, finalizó.
Foto de portada
Oscar Andrade haciendo uso de la palabra durante la inauguración del local de la 1001 en La Teja. Foto Equipo Comunicación 1001.