El presidente electo de Bolivia, Luis Arce. Foto: Twitter de Miguel Díaz-Canel.

Conjuran intento de golpe en Bolivia

Este jueves Bolivia y el continente entero se conmovieron ante la denuncia del presidente Luis Arce sobre “movimientos irregulares de tropas militares en La Paz”.

Pocos minutos después se divulgaban imágenes de tanquetas y otros vehículos militares circulando por las calles de la capital boliviana. El diario argentino Página 12 informó que “el excomandante general del Ejército de Bolivia, Juan José Zúñiga, tomó la sede del Ejecutivo boliviano luego de desplazarse en un tanque seguido de más vehículos militares hacia la plaza en la que se ubica la sede del Gobierno en La Paz”.

Zúñiga es un general muy controvertido que acostumbra a realizar declaraciones públicas atacando al gobierno. Hace pocos días había aumentado la tensión reclamando la libertad de los “presos políticos”, en alusión a los golpistas que derrocaron a Evo Morales y sosteniendo que “el Ejército” iba a detener al exmandatario si se presentaba como candidato.

Avanzada la tarde se conoció que los golpistas, encabezados por Zúñiga, habían tomado la Plaza Murillo, donde está la sede de gobierno e incluso ingresado a esta. Según las crónicas el presidente Arce se enfrentó cara a cara a los golpistas. Arce destituyó a Zúñiga y nombró una nueva cúpula militar, encabezada por el general José Sánchez, quien ordenó a los militares movilizados retornar a sus unidades y aseguró el respaldo al gobierno legalmente constituido. Zúñiga fue detenido.

Al conocerse el intento de golpe sectores populares se movilizaron en La Paz, Cochabamba y otras ciudades bolivianas en defensa de la democracia y la Central Obrera Boliviana (COB) resolvió un paro por tiempo indefinido.

Varios gobiernos latinoamericanos, entre ellos el de Uruguay, condenaron la intentona golpista y se pronunciaron por la democracia en Bolivia, EEUU se limitó a llamar a “la calma”.

En nuestro país el PIT-CNT condenó el intento de golpe y expresó su respaldo a la democracia en Bolivia y su solidaridad con la movilización de los trabajadores y el pueblo boliviano.

Al cierre de nuestra edición Zúñiga intentaba instalar la versión de un autogolpe de Arce para exculparse. La movilización popular seguía en pie.

Muchas incógnitas permanecen, seguramente muchas de ellas se irán aclarando con el paso de las horas, en lo que no puede haber dudas, en un país con la historia larga y reciente de Bolivia en cuanto a golpes de Estado. es en la condena sin cortapisas a este intento golpista, y en expresar el respaldo a la democracia y la solidaridad con el gobierno y el pueblo boliviano movilizado.

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