El paro general de 24 horas de este 17 de junio constituyó una contundente respuesta, de organización y movilización, contra la política antipopular del gobierno de la coalición de derecha que está agravando la crisis que sufren nuestro país y nuestro pueblo.
El paro fue una victoria para el movimiento sindical, para todo el movimiento popular y una derrota para las clases dominantes y sus expresiones políticas, sociales y mediáticas, que hicieron una campaña, provocadora y mentirosa, buscando que fracasara.
La restauración conservadora necesita ser omnipresente, no puede permitir fisuras. Por eso la imposición a marchas forzadas del programa neoliberal retardatario en la Ley de Urgente Consideración. Por eso criminalización de la protesta, aumento de la discrecionalidad policial, ataque al derecho de huelga y reglamentación sindical. Por eso ajuste neoliberal y achique del Estado en medio de una de las peores crisis de la historia. Por eso dos aumentos de tarifas públicas en medio de una pandemia. Por eso aumento de la carga impositiva a los sectores populares y baja de la misma a los “malla oro”. Por eso rebaja de los salarios. Por eso alineamiento absoluto con el imperialismo y sus prioridades de política exterior. Por eso ley de Servicios de Comunicación Audiovisuales que concentra el poder y golpea a ANTEL. Por eso discurso único.
El gobierno de la coalición de derecha, hegemonizado hasta límites insólitos por el Herrerismo y conducido como propiedad personal y herencia familiar por Lacalle Pou, está sentado en su fracaso. La crisis en el país no se puede nombrar, pero existe. La política del gobierno de coalición de derecha es un fracaso en salud, al punto que provocó la salida del Grupo Asesor Científico Honorario, tras ser sistemáticamente ignorado en sus recomendaciones. Tenemos más de 5 mil muertos y más de 30 mil personas contagiadas. La falacia de la “libertad responsable” y el fin verdadero de mantener “los motores encendidos de la economía” para salvaguardar a los “malla oro”, también fracasaron. Hay 100 mil uruguayas y uruguayos más en la pobreza; se perdieron 60 mil puestos de trabajo en un año; cerraron miles de empresas; hay decenas de miles de compatriotas comiendo en ollas populares. Como si fuera poco se descubre que un ministro llama a un amigo policía para pedirle información reservada y ayudar amigas y amigos que tuvieron problemas de tránsito en Punta. Y, además, el amigo policía, esconde abigeatos para mejorar las estadísticas de combate al delito. Un primor.
Pero nada de eso es un problema. El problema es que el PIT-CNT hace un paro, pone palos en la rueda y molesta a la “gente de bien”, como decían algunos auto parlantes que circularon por Montevideo y Canelones durante el paro. El problema es que el Frente Amplio y el PIT-CNT le llaman evitables a las muertes evitables y enojan al presidente que cuestionado en la comodidad de su burbuja insulta y descalifica.
Pues el paro fue un rotundo éxito y fue una respuesta a ese ninguneo, prepotencia y soberbia. El PIT-CNT estuvo rodeado y apoyado en sus reclamos por amplios sectores populares en todo el país. El movimiento sindical, y con él todo el movimiento popular, salen fortalecidos de este paro general. Igual que salieron fortalecidos del formidable 1° de Mayo de este año, y el del año pasado, y del paro general anterior, y del paro parcial y de las jornadas de la Intersocial, y de los 20 de Mayo, y de los 8 de Marzo y del 14 de Agosto.
Es que el movimiento popular se fortalece, se proyecta hacia nuestro pueblo todo, con su unidad, su organización y su capacidad de movilización. La organización popular es, en esta etapa, el principal espacio de acumulación de fuerzas de la perspectiva emancipadora. Las clases dominantes lo saben, por eso la atacan.
El paro estaba absolutamente justificado en la brutal crisis que enfrentamos y la ausencia de respuestas del gobierno. En la decisión de luchar de cientos de miles de uruguayas y uruguayos. Y también, en las propuestas que el movimiento sindical realizó y muestran, una vez más, su madurez y su enorme peso en la realidad nacional.
La plataforma entregada, tiene 13 carillas y está organizada en 7 puntos: Inserción Internacional; Propuestas para la protección y generación de empleo; Ingreso básico de emergencia; Protección social enriquecida; Negociación colectiva y recuperación salarial; Empresas públicas y Propuesta en materia tributaria. Contiene 31 medidas que plantea el PIT-CNT para atender la crisis.
En un pasaje del documento, el PIT-CNT fundamenta su propuesta de la siguiente manera: “La falsa dicotomía que se estableció por parte del gobierno entre salud y economía fracasó: no logramos contener la circulación del virus ni las muertes provocadas por el mismo, ni tampoco logramos frenar la agudeza de la crisis económica y social. (…) La acuciante coyuntura que estamos atravesando demanda respuestas extraordinarias y urgentes. Pero la política de austeridad y en beneficio de unos pocos desplegada hasta el momento, ha fallado en ofrecerlas, agudizando por el contrario los efectos de la crisis y haciendo que su salida sea cada vez más lenta, injusta y costosa. (…) El movimiento sindical, a partir de la responsabilidad que tiene con la clase trabajadora y con la sociedad en su conjunto, viene planteando desde el comienzo de la pandemia medidas urgentes que apunten a mejorar la situación de quienes peor la están pasando. Pero, además, dichas propuestas incorporan una visión de mediano plazo: para que la urgencia no nos inhiba pensar en una salida de la crisis que contribuya además en la construcción de una sociedad más justa e igualitaria”.
El movimiento sindical unido, expresión organizada de las y los trabajadores, muestra una vez más su enorme capacidad para expresar los intereses del conjunto del pueblo y, además, de organizar la lucha por ellos. El paro fue por todo eso y con todo eso. Por eso fue tan importante.
Y claro que se juntaron firmas contra 135 artículos de la LUC, miles de firmas. Es que las y los trabajadores tienen claro que, en ese referéndum, que las clases dominantes y el gobierno tuvieron la desvergüenza de no postergar en medio de la pandemia, se juega una parada central de la lucha general contra la restauración conservadora.
Está la pandemia y su tragedia, el hambre, la falta de trabajo y la caída del salario, pero las firmas son el eslabón del que hay que tirar hoy. Es una verdadera hazaña lo que se ha logrado, pero falta un esfuerzo concentrado y enorme para lograr la hazaña final. Ese esfuerzo se libra en estos días.
El paro general, por su masividad, su organización y sus propuestas, fue un gran aporte a esa batalla. Las y los trabajadores una vez más dieron una respuesta contundente, como mejor saben: unidos, organizados y luchando.