Gabriel Mazzarovich
El movimiento “Un Solo Uruguay”, que acaba de ser derrotado en las urnas, con voto secreto y obligatorio, por el PIT-CNT y la ONAJPU, en las elecciones del BPS, aunque tuvo el apoyo abierto de todos los partidos políticos de la derecha, de los referentes, de las Intendencias de derecha y del gobierno, sale nuevamente a la palestra.
Esta vez lo hace con una placa en redes, porque las marchas cada vez tienen más autos y menos convocados, entonces sale así, sabiendo, claro, que tiene asegurada una amplísima cobertura mediática. De hecho, sus actos siempre fueron transmitidos por cadena privada de radio y televisión, la que tanto condenan si la hace el gobierno o la piden el PIT-CNT o Familiares, porque tienen el apoyo expreso de la patronal de los medios, ANDEBU.
Nada nuevo dicen en esta placa. El movimiento que cree que los salarios y las políticas sociales son “una mochila” de la cual hay que desprenderse, vuelve a sostener la mentira de que la culpa de los problemas económicos y sociales son de los paros, del movimiento sindical, enemigo jurado de estos y estas “autoconvocadas”, mucho más después de que, ese vilipendiado movimiento sindical, tuvo más de 420 mil votos en las urnas y les ganó por destrozo.
No es nuevo lo de este sector que cree que “el campo” son ellos. Comparto la placa de “Un Solo Uruguay” y un aviso del diario El País, del 7 de julio de 1973, en plena Huelga General contra el Golpe de Estado. El País y los sectores empresariales, convocaban a trabajar, “ponerle el hombro al país” y culpaban a los sindicatos de los problemas que vivía el Uruguay.
¿Qué en 1973 había golpe de Estado y estaba empezando una dictadura? ¿Qué las y los trabajadores, el movimiento sindical, ese tan atacado, defendía la libertad y la democracia con su huelga? ¿Qué hoy es el ajuste neoliberal, que ellos apoyan y los recortes presupuestales, que ellos reclaman, los que provocan 100 mil pobres más, caída de salarios y jubilaciones y por eso son los paros?
No hay que mirar esos detallecitos, decían en 1973 y repiten hoy, lo importante es mantener prendida la economía y, obviamente, que ellos ganen cada vez más, lo otro son anécdotas.
Tampoco dicen que el sector del agronegocio, al que representan, ya ha recuperado y superado los niveles pre pandemia, que incluso están ganando más que antes y que son ellos los que quieren mantener la “vaca atada” y concentrar, como siempre, la riqueza y el poder.
En 1973 varias gremiales empresariales enviaron listas de sindicalistas, los que estaban parando para defender la democracia, para que fueran espiados y detenidos y aprovechando un decreto de la dictadura, despidieron a miles. Si, en medio de la Huelga General por la democracia.
Hoy, los herederos de ese discurso, esos intereses y esa práctica social, vuelven a reclamar mano dura con el sindicalismo, “que no se pierda la oportunidad de apagar la llama de la desgracia”, dicen textualmente, por si quedaban dudas, comparando ellos mismos una situación con otra.
Es un discurso clasista y mentiroso, el de 1973 y su heredero de hoy. El movimiento sindical uruguayo fue y es garantía de lucha por la libertad y la igualdad, es decir, por la democracia. Mal que les pese.