“El pueblo unido, jamás será vencido”

Un día como hoy, pero hace 54 años, el Frente Amplio, nacido muy poco antes, realizaba su primer gran acto en la calle y de esa manera inauguraba lo que hasta hoy es una de sus señas de identidad: la movilización popular como elemento central de la acción política.

El 26 de marzo de 1971 la izquierda unida y el pueblo frenteamplista movilizado protagonizaron un gran acto, el más grande conocido hasta ese momento 

La tapa y las crónicas de El Popular de hace 54 años así lo demuestran. La tapa con una foto de la multitud que desbordó la explanada de la Intendencia, 18 de Julio e incluso las calles cercanas, en su título muestra el impacto de lo vivido: “Nunca visto”. En la contratapa hay otro ángulo de la multitud y un título que transmite convicción y que fue, en términos históricos, premonitorio: “El Frente vencerá”.

Es que esa noche cambió la historia del Uruguay. La magnitud de la convocatoria expresaba un salto en calidad en el proceso de acumulación de fuerzas popular, signado por una gran conquista estratégica: la unidad de la izquierda. Se consolidaba la presencia de la clase obrera y los sectores populares como actores políticos independientes y como alternativa de poder. Esa noche, en la calle, el pueblo movilizado, con su instrumento político naciente ponía en crisis el más que centenario instrumento político de hegemonía de las clases dominantes: el bipartidismo.

El pueblo movilizado fue el protagonista de esa noche, como lo fue a lo largo de toda la historia de la izquierda y lo sigue siendo hoy, pero también fue de enorme relevancia el planteo estratégico del discurso del general Líber Seregni.

“El Frente Amplio no es una ocurrencia de dirigentes políticos; el Frente Amplio es una necesidad popular y colectiva del Uruguay”, expresó Seregni con meridiana claridad.

Seregni también se ocupó de resaltar la trascendencia histórica de la unidad y la amplitud lograda en ella: “Nunca se abrió un cauce tan ancho para la unidad popular como en estos momentos. Nunca, salvo con Artigas. También junto a él el pueblo oriental se unió, para enfrentar a la oligarquía y al imperialismo de la época. Y hoy volvemos a lo mismo. Por eso el pueblo, por eso el Frente Amplio es el legítimo heredero de la tradición artiguista y toma sus banderas y su ideario”.

Seregni planteó como objetivo político lograr el gobierno y enfatizó el papel de la participación popular organizada: “El instrumento del pueblo será el gobierno, el gobierno del pueblo al servicio del pueblo, con la participación y contralor del pueblo”. Vaya si esa definición tendrá vigencia.

El discurso de Seregni de esa noche y la Declaración Constitutiva del 5 de febrero de 1971, son dos documentos políticos de dimensión histórica para la izquierda y para la historia nacional toda.

Es importante recordar y recordarnos que la unidad de la izquierda, la gran conquista estratégica del pueblo uruguayo en su camino hacia la liberación, tiene características que la hacen singular en el mundo entero, le han permitido perdurar y transformar la realidad. Esa unidad se sustenta en un programa común; en organismos comunes de participación, decisión y dirección; en la doble condición de expresarse en una coalición de partidos y sectores y un movimiento de pueblo organizado en los Comité de Base. Eso fue, es y debe seguir siendo el FA. 

El imperialismo y la oligarquía se dieron cuenta de la dimensión del desafío que se les planteaba y profundizaron la violencia. Vino el golpe de Estado, la dictadura, el FA fue prohibido, apenas dos años después de nacer, Seregni y otros dirigentes fueron encarcelados, miles de trabajadores y trabajadoras, intelectuales, estudiantes, fueron perseguidos, encarcelados, asesinados, desaparecidos, obligados al exilio. Pero el FA, con su profunda raíz popular, resistió.

Parados en el 2025, cuando la militancia frenteamplista recuperó el gobierno nacional y estamos en la tarea de abrir un nuevo ciclo de transformaciones populares, recordar lo que nos trajo hasta aquí es relevante.

Casi al final de su discurso Seregni hizo suyo un grito que le había escuchado a los estudiantes en sus movilizaciones: “El pueblo unido jamás será vencido”. Ese grito y esa convicción nos acompañaron en estos 54 años. En una maravillosa síntesis histórica, con protagonismo popular siempre, miles de gargantas lo volvieron a gritar este 1° de Marzo en la Plaza Independencia. Está incorporado al ser, individual y colectivo, de la militancia de izquierda y popular.

Este 26 de marzo el FA volverá a la explanada de la Intendencia, con todo este bagaje histórico y con la convicción de que el futuro por construir solo podrá ser si es con el pueblo unido, participando y movilizado.

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