Mediante una declaración pública el colectivo Profesores de Filosofía Autoconvocados (PFA) expresó una serie de críticas y preocupaciones respecto al documento borrador del diseño curricular para bachillerato que se encuentra siendo estudiado por las autoridades de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP)
Para el colectivo el proceso de elaboración de la transformación educativa es esencialmente “antidemocrático”, en tanto el mismo se lleva a cabo “a espaldas del colectivo docente y de la comunidad”, usando como argumento para ello los datos de encuestas “de las cuales se muestran en forma parcial los resultados”.
Para los docentes, el uso de expresiones y palabras “que suenan innovadoras”, “refieren a conceptos anteriores o al vaciamiento de los mismos enfocado en la concepción del capital humano para designar acciones y propósitos que la Educación Media ya desarrollaba”.
De igual forma el colectivo denuncia y rechaza el modo en que se realizaron las consultas a las asambleas técnico docentes, consulta que califican de “meramente formal”, al tiempo que aseveran que la reforma proyectada por las autoridades educativas lo que pretende es “un recorte de contenidos”.
Al referirse a los cambios propuestos para segundo y tercer año de educación media superior, los docentes señalan que “las autoridades son tan desprolijas que no piensan de manera coherente los cambios, generando primero la estructura, pero sin considerar verdaderamente las competencias y los contenidos”.
Critican, además que en la propuesta de transformación sujeta a estudio no se aclare la carga horaria para Filosofía ni para el resto de las materias de los “trayectos” para segundo año de bachillerato.
Al detallar la situación en tercer año, afirman que la Filosofía misma no se presenta en la cutrrícula pasando “de integrar el núcleo común en todos los años del bachillerato de todas las orientaciones y opciones, a desaparecer totalmente en tercero”.
Además de la preocupación por posibles puestos de trabajo, preocupa profundamente el modo en que se gesta “la subordinación de la educación a las supuestas necesidades del mercado laboral”.