En todo el país, voto a voto

El 24 de noviembre las y los uruguayos decidirán entre dos proyectos de país. Claros, nítidos. A pesar de los esfuerzos de la derecha política y mediática de licuar las diferencias, estas son claras y profundas.

El 24 de noviembre se votan dos fórmulas, Yamandú Orsi y Carolina Cosse o Álvaro Delgado y Valeria Ripoll, pero también se votan dos programas de gobierno que expresan un proyecto de país y el balance de lo que se hizo en el gobierno.

Algunas consideraciones políticas

Como decíamos en el editorial anterior Orsi y Cosse, el Frente Amplio, tienen una posición de fortaleza hacia el 24 de noviembre. Orsi y Cosse componen una fórmula de probada capacidad de gobierno, en las dos intendencias más importantes del país y a nivel nacional. Tanto Orsi como Cosse gobernaron y gestionaron teniendo como centro a las grandes mayorías nacionales. Están respaldados por el Frente Amplio que creció en apoyo popular en estas elecciones, que es la primera fuerza política del país por sexta elección consecutiva, que tiene mayoría en el Senado y la bancada más grande de Diputados, que ganó en 12 departamentos y que es la única fuerza política con diputadas o diputados en los 19 departamentos. El Frente Amplio respalda unánimemente y sin fisuras a la fórmula que integran Orsi y Cosse.

Nada de lo señalado anteriormente se puede decir de la fórmula de Delgado y Ripoll, que es de un partido que perdió votos en la elección, que tiene que acordar con otros cuatro partidos para intentar disputar la presidencia porque quedó 17 puntos abajo del Frente Amplio. Una fórmula políticamente débil, Ripoll fue candidata a diputada y los votantes de su propio partido no la respaldaron, no fue electa, sacó apenas unos 6 mil votos. Es muy difícil pedirles a los ciudadanos de otros partidos que respalden para vicepresidenta de la República a alguien que los votantes de su propio partido ni siquiera eligieron diputada. Por otro lado, muy lejos de la imagen homogénea que quieren mostrar, en la coalición de derecha empezaron la campaña en medio de tiroteos internos nada menores. Andrés Ojeda, el frustrado candidato presidencial levantador de pesas y experto en signos zodiacales, que perdió no solo con Delgado la pelea por la candidatura de la derecha, sino hasta la interna colorada con Pedro Bordaberry, cometió un sincericidio y dijo que si ganaban el balotaje debería instrumentarse un cogobierno entre blancos y colorados. Esa pretensión no le gustó a nadie en la tan mentada coalición. Los blancos mordieron el freno, muy necesitados de votos como están, pero por lo bajo le recordaron que casi lo duplican en votos. Cabildo Abierto, muy de capa caída, recordó que sigue siendo importante para que ganen y con sus votos, raleados, en el Parlamento. El más ofendido de todos fue Pablo Mieres, que pese a su consigna no logró ir demasiado “para arriba” y dijo varias lindezas de Ojeda. Pero bueno, hay que reconocer que los recules de Mieres en los balotajes ya son un clásico. En el pasado había dicho que jamás se sacaría una foto con Manini Ríos y allá tuvo que ir a Punta Gorda y subir al estrado sonriente. Ahora fue menos la exposición, dos días después de mostrar su indignación con Ojeda salió en la foto a su lado sonriente con el folleto que llaman programa de gobierno. Por si todo esto fuera poco, Manini Ríos al salir de la presentación del publicitado programa de gobierno aclaró que Cabildo solo se mantendría en la coalición republicana o multicolor si se gana el gobierno, porque en la oposición no le ve sentido. Manini Ríos explicita el corto, cortísimo alcance, de la famosa coalición, solamente los une el espanto al Frente Amplio y al movimiento popular y la posibilidad de acceder a cargos y cuotas de poder, si eso no está, pues entonces adiós coalición. 

Además de las fórmulas y de su respaldo político para decidir el voto deben compararse los programas y lo que ha hecho cada uno en el gobierno. Los problemas principales que nuestro pueblo plantea tienen que ver con el trabajo y el salario, la pobreza, el costo de vida, la educación, la salud, la vivienda, la seguridad social y la violencia y la seguridad pública. 

En cada uno de esos puntos el Frente Amplio, Orsi y Cosse, tienen mejores respuestas, en lo programático y en cuanto a actuación de gobierno. Mientras la coalición de gobierno, sin un atisbo de autocrítica, pinta un Uruguay de fantasía y propone más de lo mismo y de lo que ya no cumplió, el Frente Amplio tiene propuestas superadoras de la situación actual y también de lo que hizo en sus gobiernos. Una actitud política muy distinta. 

En su propuesta, redactada a marchas forzadas, la coalición de derecha nombra una sola vez la desigualdad, sin asumirla ni proponer nada que la afronte y no menciona nunca, nunca en 33 carillas, ni a la Universidad de la República ni al Instituto Nacional de Colonización. Más allá de disfraces retóricos para intentar disimular, no plantean aumento del salario, reivindican totalmente la reforma jubilatoria que condena a la mayoría de las y los uruguayos a trabajar más años para cobrar menos jubilación y sostienen que mejoraron la seguridad pública. Hasta se permiten hablar de que van a fortalecer la ética pública, cuando su gobierno ha estado marcado por interminables escándalos de corrupción.

En estas páginas hemos informado de todo el proceso de elaboración programática del Frente Amplio, destacado las principales propuestas. Hay que ponerlas arriba de la mesa. Pero alcanza con hacer el ejercicito ante cada uno de los temas centrales señalados de comparar que propone y que hizo cada quien. El resultado es de una contundencia que exime de mayores comentarios.

Lo central

Todo lo señalado anteriormente es así. Expresa una potencialidad mayor y más sólida del Frente Amplio, de Orsi y de Cosse, hacia el 24 de noviembre. Pero en la sociedad las cosas no son automáticas ni mecánicas. Lograr que se sinteticen en la cabeza y el corazón de nuestro pueblo es una tarea política. Necesitamos hacer mucha política de aquí al 24 de noviembre y hacerla masivamente.

La campaña de Yamandú Orsi, Carolina Cosse y el Frente Amplio ya se lanzó y está adquiriendo densidad política. Orsi y Cosse están recorriendo el interior del país y los barrios de Montevideo. Se realizó el banderazo en la rambla capitalina el domingo pasado con miles. Orsi ya ha estado en al menos 6 departamentos. Cosse tiene actividades todos los días en barrios de Montevideo. Las y los senadores electos, junto con el presidente del Frente Amplio, ya han estado en 6 departamentos, estarán en 6 por semana y participan de las barriadas y puerta a puerta en Montevideo. La militancia frenteamplista se ha desplegado en todo el país, son decenas las iniciativas que se están desarrollando en todo el territorio nacional. Barriadas, abordaje de ferias, encuentros con vecinos y vecinas, pintadas, colocación de pasacalles. Ya está en todo el país la hoja de votación y se está repartiendo por miles. Varios dirigentes blancos y colorados han expresado su respaldo a Orsi y Cosse, tanto los que la prensa difundió como varios y varias más en los distintos departamentos. Se han empezado a expresar convocando a votar a Orsi y Cosse varios colectivos como el de profesionales de la arquitectura, del derecho, de la salud, de la cultura, lo harán las y los protagonistas del quehacer educativo, las y los trabajadores. 

Todo eso es muy importante. Pero es fundamental la militancia en la calle. Ese esfuerzo es el central. Hemos demostrado muchas veces que la militancia frenteamplista y popular desplegada, en la calle y actuando con convicción, cambia la realidad, la transforma.

De aquí el 24 de noviembre, con Orsi y Cosse, con nuestras y nuestros legisladores, con las propuestas que tenemos para convocar a nuestro pueblo a enfrentar los principales problemas que tenemos planteados, con la convicción de estar militando una causa justa, hay que desbordar las calles. La tarea principal, central, definitoria, es el trabajo casa a casa, puerta a puerta, esquina a esquina. Es el voto a voto en todo el país.

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