“Las ideas no se matan, nuestras ideas no murieron, nadie puede matarlas».
Por Rony Corbo
Un día como hoy, 13 de agosto del año 1926, hace 95 años, nacía Fidel Castro Ruz, en Birán, Mayarí, provincia de Oriente (hoy Holguín). Fidel y Raúl Castro siempre reconocieron su origen, declarándose orgullosamente orientales, y en esa región de Cuba, toman un 26 de julio de1953 el “Cuartel Moncada”, en plena tiranía batistiana, heroica acción que encendió el proceso revolucionario cubano.
Fue en oriente que Fidel desembarcó en el Granma, y desde la Sierra Maestra Fidel, el Che, Raúl, Camilo, Melba, Haydee y el heroico pueblo cubano vencerían al imperialismo norteamericano triunfando la primera revolución anti-capitalista en el hemisferio occidental a 90 millas de EEUU. La Revolución cubana, no solo se hizo venciendo al imperialismo, sino contradiciendo todas las “leyes objetivas” del marxismo dominante en la primera mitad del siglo XX, para “traer” a nuestro continente la primera experiencia socialista.
A Fidel es imposible recordarlo sin su pueblo detrás. Desde los primeros días del triunfo revolucionario, hasta su muerte más de medio siglo después, el pueblo de Cuba tuvo en su hijo pródigo, heredero directo de Martí, en el centenario del nacimiento del apóstol, retomando su obra inconclusa, la síntesis de su sentir colectivo, de pueblo esclavo con ansias de libertad.
Por supuesto para quien escribe, es imposible hacerlo sin el plano subjetivo, del privilegio durante tres años de haber estado muy cerca del “Comandante”. Desde el XIV Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes de 1997 hasta el XII Congreso de la Organización Continental Latinoamericana y Caribeña de Estudiantes, la OCLAE, que antes de ayer cumplió 55 años.
Increíblemente Fidel había ido a crearla años antes a Colombia, en abril de 1948, cuando concurre en representación de la FEU de Cuba, donde estudiantes latinoamericanos se reunían para protestar contra la IX Conferencia Panamericana y fundar una organización estudiantil de carácter continental. El encuentro estudiantil iba a ser clausurado por el líder liberal, Eliacér Gaitán, quien nunca llegó, pues fue asesinado en los hechos conocidos como el «Bogotazo». Fidel terminó participando en las defensas populares y posteriormente volviendo a Cuba.
El embajador americano, Lester Mallory, en su informe de 26 de abril de 1948 a Washington desde La Habana dice sobre Fidel: “Si bien no hay pruebas de que sea comunista, hay más que suficientes de que es un personaje indeseable y gansteril”.
Lo que no se imaginaba Mallory es que ese “indeseable personaje” una década después lograría una histórica hazaña, derrotando a los Estados Unidos en su “patio trasero”.
La gravitación continental de la Revolución Cubana, que Fidel encabezó por cinco décadas, la que continúan hoy “los pinos nuevos” de la nueva generación de revolucionarios, fue y es inmensa. Estos años tienen un común denominador: la determinación de las elites imperialistas estadounidenses de derrotar la revolución cubana, restablecer el predominio del capitalismo y recolonizar ese país, en conjunto con el resto del continente. La resistencia cubana es así no un hecho de una pequeña isla, sino una acción política determinante en todo el continente, como señalaba Rodney Arismendi.
Fidel: unidad contra el neoliberalismo
La vida de Fidel ha sido motivo de cientos de libros y documentales que dan cuenta de uno de los personajes mundiales más destacados del siglo XX.
Compartiré con los lectores de “EL POPULAR” algunos recuerdos del aporte de Fidel a la reactivación del movimiento juvenil mundial y latinoamericano y caribeño, en particular del movimiento estudiantil.
En los años noventa, la caída del socialismo real y el «fin de la historia» se imponían a nivel global y continental.
Los movimientos populares de nuestros países se levantaban en lucha contra el nuevo paradigma del capitalismo mundial: el neoliberalismo. Las viejas estructuras políticas del socialismo real crujen y son derrotadas y con ellos muchas estructuras políticas dejan de existir, entregan sus banderas o comienzan períodos de crisis y reorganización que durarían años.
Con una diferencia, en nuestra región, la resistencia de Cuba marca el camino de la autodeterminación y la independencia y solo diez años después, Chávez gana en Venezuela, comenzando 15 años de gobiernos populares, progresistas y revolucionarios que mejoraron la vida de las grandes mayorías de la población, en la región más desigual del mundo. Y en esto Fidel fue determinante.
El 5 de agosto de 1995, en pleno auge neoliberal, se realiza La Habana el Festival “Cuba Vive”. Después de concluir una gran marcha juvenil contra el bloqueo, Fidel sugiere la idea de no dejar morir el espíritu de los festivales mundiales juveniles y pone a disposición Cuba como sede el XIV Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes.
Del 28 de julio al 5 de agosto de 1997, nos reunimos en La Habana 12.500 delegados de 132 países, del más amplio espectro político e ideológico, en representación de más de 2 000 organizaciones juveniles del mundo.
En la histórica escalinata de la Universidad de La Habana tuvo lugar la ceremonia inaugural. Allí estuvo Fidel recordando a su compañero el Che, a quien dedicamos el Festival; sintetizado su pensamiento en un hermoso tema de Gerardo Alfonso: «Son los sueños todavía”.
Fidel soldado de ideas
En noviembre de 1999, fue secuestrado por contrarrevolucionarios en Miami Elián González. Durante seis meses Fidel y el pueblo cubano trabajaron sin pausa para el retorno del niño a la isla. Fidel organizó a toda Cuba, especialmente a los jóvenes, -en multitudinarias marchas con pequeñas banderitas cubanas- en la nueva «batalla de ideas».
La idea del comandante se expresaba en una máxima de Martí: «Trinchera de ideas, valen más que trincheras de piedra». Visto hoy dos décadas después, la batalla de ideas de Fidel fue un magisterio para todos nosotros; el imperio, según Fidel, era fuerte en armas, pero débil en el plano de las ideas y allí debíamos liberar la batalla, con ideas, con debate político para derrotar al imperialismo. Toda Cuba se movilizó y Elián volvió; nuestro invicto comandante en jefe había ganado otra batalla.
Ese año Fidel viaja a Brasil a Rio de Janeiro a una cumbre climática. Lo llámanos y al terminar el evento, Fidel se dirige a Belho Horizonte para participar en el 46 Congreso de la Unión Nacional de Estudiantes de Brasil (UNE) con 4.000 delegados. Allí habla de la «batalla de ideas» y posteriormente en una cena, nos plantea su idea de organizar en Cuba un congreso de la OCLAE; quería hablar con los estudiantes del continente sobre el futuro, los cambios desde la llegada de Chávez y los nuevos retos y perspectivas para derrotar el ALCA. Cuando preguntamos en cuantos participantes pensaba nos tiró la cifra de 5.000.
Un año y pico después, 5.014 estudiantes participábamos de la inauguración del XII CLAE: «La unidad será siempre el camino de nuestra Victoria», estrenando la plaza antimperialista con el Comandante Fidel y Silvio cantando, en frente de la oficina de intereses de los Estados Unidos en La Habana.
El cierre del evento se realizó en un remodelado teatro Carlos Marx, donde Fidel habló siete horas desde el surgimiento del hombre hasta la propuesta anexionista del ALCA y la necesidad de la más amplia unidad para derrotarla.
La síntesis de su intervención la expresa la siguiente cita: «La batalla de las ideas la estamos ganando; el campo de batalla hoy es el mundo, está en todas partes, en todos los continentes, en todas las instituciones, en todas las tribunas. Eso es lo bueno que tiene la batalla globalizada. Hay que combatir a todo lo largo y ancho del inmenso mundo que ellos dominan o pretenden dominar. En muchos campos lo dominan casi de manera total; pero no en todos los campos, ni de forma igual, ni en absolutamente todos los países.
Ellos (los imperialistas) descubrieron armas muy inteligentes; pero los revolucionarios descubrimos un arma más poderosa, mucho más poderosa: que el hombre piensa y siente…las ideas no se matan, nuestras ideas no murieron, nadie puedo matarlas».
A casi un siglo de su nacimiento al Comandante Fidel Castro lo recordamos en Nuestra América en lucha contra el imperialismo norteamericano, tarea a la que consagró su vida y lo derrotó siempre. Recordamos su profundo amor a la humanidad, su sentido de la justicia, su internacionalismo, pero sobre todo su convencimiento en la construcción de un sistema superior de vida, para como Fidel decía “salvar a la humanidad de la extinción”: el socialismo.